Mediante diversas tradiciones culturales las comunidades indígenas son ejemplo de paz, de convivencia, de solidaridad y armonía, en medio de un panorama violento que no es compatible con el perdón. En tal sentido, representantes de las comunidades Inga y Kamëntsá del Valle de Sibundoy, departamento del Putumayo, se reunieron en Bogotá para promocionar una de las fiestas culturales más tradicionales del país, el Carnaval del Perdón o reconciliación (Clestrinye o Béts-kna-té), que se realiza todos los años en el mes de marzo.
Mediante diversas exposiciones como la de máscaras tradicionales o fotografías, además de conversatorios sobre el yagé, estas comunidades le dieron a conocer a muchos citadinos las costumbres y tradiciones culturales que ancestralmente las han acompañado.
Según María Clara Cuagibioy de la comunidad Kamëntsá: “Lo más importante del carnavales es el Rito del Perdón. Este es como un llamado a todo el pueblo colombiano a que, a través de la simbología cultural, podamos reencontrarnos entre familias, entre personas, para darnos otra nueva oportunidad de vivir dentro de esa convivencia humana, la idea es perdonarnos por todas las cosas que hayan sucedido en todo el año, y poder reencontrarnos en la paz”.
Este carnaval, que se celebra dos días antes del miércoles de ceniza (fiesta tradicional católica dentro de la Semana Santa): “El carnaval es una forma de marcar el terminar de un año y empezar otro, celebramos alegremente el poder disfrutar un nuevo año de vida. En este día utilizamos trajes especiales, máscaras, pinturas especiales. Sacamos a relucir las costumbres tradicionales, el Matachín, los danzantes y toda la comunidad”.
La ceremonia de Clestrinye es la celebración ante la alegría del resultado del trabajo comunitario donde día a día, se alimenta la conciencia colectiva a partir de la ayuda mutua en el trabajo. Béts-kna-té en lengua Kamëntsá significa el día más especial porque es el día de todos sin exclusiones y por su relación con la religión católica, se celebra a partir del lunes anterior al miércoles de ceniza.
Por su parte, el Béts-kna-té es una danza que está precedida por una persona que lleva una máscara roja con corona de plumas a quien se le llama el "matachín" y dirige el desfile. Este día es un día especial de reencuentro entre los miembros de la comunidad, es un espacio de reconciliación y perdón en donde se deben solucionar los conflictos entre las familias y grupos para lograr la armonía. Este desfile se acompaña con música de flautas, música, cascabeles y armónica, danza y brindis de chicha y comida.
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