La precaria situación de derechos humanos de los pueblos indígenas sigue siendo uno de los principales impedimentos para que los objetivos de desarrollo contenidos en la Declaración del Milenio se cumplan, declararon los delegados indígenas presentes en el cuarto periodo de sesiones del Foro Permanente sobre Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, que se realiza hasta el próximo 27 de mayo en la ciudad de Nueva York.

 

Los cerca de 1500 dirigentes, activistas y representantes indígenas que se hacen presentes desde el 16 de mayo en el Foro, ven con preocupación que el logro de los objetivos de desarrollo convenidos por todos los Estados Miembros hace cinco años en la Cumbre del Milenio pueda terminar perjudicando a los pueblos indígenas y tribales, generándose llamamientos para que se revisen los indicadores de los objetivos de desarrollo del Milenio y se contemplen sus necesidades específicas.

 

“Los pueblos indígenas son, a menudo, los más marginados de la sociedad, sin acceso suficiente a la educación, la atención de la salud ni el agua, y frecuentemente se los priva del derecho a participar en su propio desarrollo humano sostenible y definirlo”, aseguran los dirigentes indígenas.

 

Durante la primera semana, las discusiones se centraron en el análisis y la adopción de las recomendaciones acerca de los dos Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) sobre: a) la erradicación de la pobreza extrema y el hambre, y b) el logro de la educación primaria universal.

 

Una de las principales debilidades de los ODM, señalada en el Informe del Grupo de Apoyo Interinstitucional sobre Cuestiones Indígenas presentado en el Foro, es que: “la sociedad civil, incluidos los pueblos indígenas, no participó oficialmente en la formulación de los objetivos de desarrollo del Milenio y hasta ahora no ha participado, en general, en la elaboración de estrategias e indicadores relativos a los objetivos ni en el proceso de vigilancia y presentación de informes”. 

 

De igual forma, señala que: “los pueblos indígenas tienen percepciones e indicadores específicos de la pobreza y del bienestar, además de sus propias estrategias para luchar contra la pobreza (…) en la mayoría de los casos, estos conceptos diversos de la pobreza no se incluyen en los esfuerzos nacionales de lucha contra la pobreza”.

 

“La pobreza y el hambre son en gran medida resultado de las acciones de los gobiernos y de las corporaciones transnacionales que se apropian de las tierras, territorios y recursos naturales indígenas sin nuestro consetimiento previo, libre e informado”, ratificó la Declaración del Caucus de las Mujeres Indígenas.

 

Por su parte, Victoria Tauli, Presidente del cuarto periodo de sesiones del Foro Permanente, destacó que existe una agresión desarrollista mediante la imposición de políticas en nombre de la modernización. “El paradigma del crecimiento económico mediante la liberalización comercial y de las inversiones, la desregulación y la privatización han dado lugar hasta el momento a un mayor empobrecimiento de los pueblos indígenas y a la desaparición de sus conocimientos y de su cultura”.

 

Por otro lado, se hizo visible en el documento: Educación de los niños indígenas y lenguas indígenas, que la educación bilingüe impartida en la lengua materna “es más conveniente que cualquier otra modalidad o práctica educativa para lograr la alfabetización y un aprendizaje efectivo”.

 

El documento concluye recomendando que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) emprenda una campaña para informar y educar a los Estados y a los órganos especializados de las Naciones Unidas en lo siguiente: a) las serias consecuencias de la instrucción obligatoria en el idioma dominante “que son especialmente graves cuando los niños no dominan bien el idioma dominante”, b) los efectos positivos de la educación en la lengua materna, y c) cómo la educación en el idioma dominante “puede constituir un grave incumplimiento de las obligaciones del Estado” de acuerdo a las normas de derechos humanos.

  

En el informe presentado al Foro sobre evaluación de ecosistemas, el experto Richar Walquer, asegura que los servicios que estos prestan como el agua dulce, la pesca de captura, la purificación del aire y del agua y la regulación del clima regional y local, entre otros, dramáticamente se están degradando o se usan de manera no sostenible.

 

Los cambios generados por este abuso están generando: ”la aparición de enfermedades, las alteraciones bruscas en la calidad del agua, la creación de zonas muertas en las aguas costeras, el colapso de las pesquerías y los cambios en los climas regionales”, lo cual contribuye al aumento de las desigualdades y disparidades entre los grupos sociales, siendo “el principal factor causante de la pobreza y del conflicto social”.

  

Tres de los cuatro escenarios desarrollados por la Evaluación “sugieren que los cambios importantes en las políticas, instituciones y prácticas pueden mitigar algunas de las consecuencias negativas (…) pero los cambios que se requieren son substanciales y en la actualidad no se los está haciendo”.

 

De igual forma, Manuel Becerra, del Foro de las Naciones Unidas sobre Bosques afirmó que las políticas globales en los últimos años no han sido adecuadas y “existe una gran hipocresía internacional para enfrentar y derrotar las causas de la deforestación y la degradación”.

 

El 27 de mayo, día en el que se termina la cuarta sesión del Foro, se debatirán la situación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de los pueblos indígenas, se hará seguimiento a los temas especiales anteriores: “Los niños y jóvenes indígenas” (2003) y “Las mujeres indígenas” (2004) y el proyecto de programa del quinto periodo de sesiones a realizarse el 2006. 

 

Antecedentes del Foro

 

El Foro, que se reúne una vez por año durante 10 días, es el primer órgano oficial de las Naciones Unidas en que pueden escucharse las voces de los indígenas que han sido propuestos como miembros por los pueblos indígenas. Asesora y formula recomendaciones al Consejo Económico y Social sobre cuestiones relativas al desarrollo económico y social, la cultura, los derechos humanos, el medio ambiente, la educación y la salud. También se le ha pedido que cree conciencia, promueva la integración y la coordinación de las actividades relativas a las cuestiones indígenas en el seno del sistema de las Naciones Unidas, y que elabore y difunda información sobre las cuestiones indígenas. Los Estados, los órganos de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales, las organizaciones no gubernamentales y las organizaciones de los pueblos indígenas pueden tomar parte en calidad de observadores.

 

Los 16 miembros del Foro—ocho presentados como candidatos por las organizaciones indígenas y ocho por los Estados—pueden desempeñarse a título personal durante dos períodos de tres años como máximo. Entre los 16 miembros elegidos para desempeñarse en el período de tres años comprendido entre enero de 2005 y diciembre de 2007 hay una serie de miembros nuevos.

 

*Con apoyo en información de Servindi

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