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Los combates en inmediaciones del río Salaquí, el Litoral del San Juan, El Baudó, el Bajo Atrato y Unguía, tienen a la población adportas de desplazamientos masivos.

Helfer Andrade, presidente de ASOREWA, señalo este mediodía que aunque aún no se presentan desplazamientos en la región de Salaquí (municipio de Riosucio, noroccidente de Colombia) donde habitan comunidades indígenas Embera, la situación de orden público si reviste total gravedad.

Según Andrade, desde ayer en las horas de la mañana se vienen presentando combates entre unos 300 miembros de grupos paramilitares y un número similar de guerrilleros de las FARC en inmediaciones del río Salaquí.

Después de los enfrentamientos, los paramilitares se quedaron en el lugar, donde revisaron los computadores de la escuela y el colegio, requisaron a la gente y revisaron sus teléfonos celulares. Allí permanecieron hasta el mediodía de este viernes, cuando abandonaron el lugar, al parecer por el anuncio de la llegada del ejército que se aproxima al lugar.

Dichos combates vienen presentándose desde el pasado mes de febrero. Según las fuentes, los paramilitares vienen intimidando a la población. Aunque las comunidades vienen haciendo resistencia pacífica en el lugar, no se descarta un desplazamiento masivo, sobre todo después de la crudeza de los combates del día anterior. En medio de la zozobra, los indígenas y afros que habitan la zona han optado por reunirse por grupos en los tambos y en la escuela, con el temor a que suceda una tragedia como la de Bojayá. Aunque se desconoce la existencia de muertos en los enfrentamientos, las fuentes hablan de varios heridos.

Estos hechos han sido puestos en conocimiento de las autoridades competentes, de la Defensoría del Pueblo, de la Diócesis, aunque el líder indígena aclara que es muy poco lo que puede esperarse de los funcionarios locales, pues el temor es generalizado y los servidores públicos están prácticamente expósitos a las represalias de los actores armados.

En el Litoral del San Juan

El líder indígena denunció también la situación que padecen los indígenas Wounann en el Litoral del San Juan. En esta región, el ejército viene realizando operativos militares y bombardeos desde hace unos 12 días contra grupos del ELN y el Clan de los Úsuga, ocasionando el desplazamiento de cerca de 3000 indígenas otros más se encuentran confinados en sus territorios. Los hechos han afectado principalmente a los pobladores de Docordó y existe el riesgo que buena parte de la población se desplace a Buenaventura.

Según Andrade, la situación es igualmente compleja en la región del Baudó, del San Juan, en el Bajo Atrato, en Unguía, y en otros lugares y realmente no hay condiciones para que las comunidades estén tranquilas en sus territorios.

Andrade denuncia que en los últimos días han recibido amenazas. En el caso de los docentes de la zona de carretera, estos se han dado a través de las redes sociales, lo que ha acentuado el temor de las comunidades.

El recrudecimiento de la violencia en esta región tiene como eje el control territorial. Antes los paramilitares sólo podían avanzar hasta donde tenía presencia la guerrilla, situación que viene cambiando con las negociaciones de paz, que los han llevado a concentrarse en algunos sitios. Son zonas estratégicas que entran en disputa ahora que la guerrilla de las FARC ha reducido su accionar militar. Este es un corredor estratégico con la frontera con Panamá, importante para la protección de las rutas de los traficantes de drogas y armas.

Defensores de derechos humanos han señalado que esta situación no es nueva y que es el Estado quien debe copar estos territorios, antes que lo haga la delincuencia armada.

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