Cuando la música habla de la historia. Sonidos de las culturas es el tÃtulo que la etno-musicóloga MarÃa Rosa Salas -la voz detrás de las canciones quechuas del disco "Arguedas, canto y herencia"- le ha puesto a un ciclo de conferencias en el que se realiza un insólito viaje por la historia del Perú: a través de su música.
Tomado del: Dominical, El Comercio, 02-07-06
El sonido de los mitos
Cuando la música habla de la historia. Sonidos de las culturas es el tÃtulo que la etno-musicóloga MarÃa Rosa Salas -la voz detrás de las canciones quechuas del disco "Arguedas, canto y herencia"- le ha puesto a un ciclo de conferencias en el que se realiza un insólito viaje por la historia del Perú: a través de su música.
MarÃa Rosa Salas ha dedicado gran parte de su vida a estudiar los sonidos de las culturas, pero no solo a estudiarlos: es también una cantante dotada e impetuosa cuya máxima se podrÃa resumir asÃ: la música es la argamasa de las acciones de la sociedad. Y en esa máxima, evidentemente, el Perú no es excepción. Salas estudió la música renacentista española en Inglaterra, en un posgrado realizado a fines de los sesenta, y de regreso en el paÃs, acicateada por el propio José MarÃa Arguedas, empezó a investigar los vÃnculos entre nuestra historia y nuestros sonidos.
Se sabe poco o nada de la música del Perú precolombino. ¿Cómo ves ese perÃodo?
Hay estilos que pueden tener tres notas y ser maravillosos. No es necesario utilizar las doce notas occidentales para crear música extraordinaria. Eso es lo que hicieron los africanos, y eso también lo que deben haber hecho los pobladores del antiguo Perú. Y eso lo digo porque sus instrumentos a veces solo permiten dos notas. Pero a partir de ahÃ, de esas dos notas, y de la combinación de esas notas con la voz, con las distintas percusiones que brindan las piedras, se pueden sacar muchos sonidos, muchos efectos, muchas texturas.
¿Cuál es el objetivo de esa música primera, es un objetivo puramente ritual?
Yo creo que sÃ. El fin de los rituales, como sabemos, es convocar a las deidades, básicamente para que protejan y ayuden a la población. ¿Y qué es lo más escaso y valioso?, pues el agua. Desde el comienzo las sociedades se organizan y rezan para que llueva. Y la música y la géstica están muy vinculadas a esos rituales. Cuando las sociedades evolucionan, el sentido de la música se sofistica: en la cultura Moche eran los altos dignatarios quienes tocaban la flauta, que era el instrumento más prestigioso.
La verdad y el sonido
MarÃa Rosa Salas afirma que la historia de nuestra música está llena de clichés, de afirmaciones inexactas, de realidades alteradas. Y claro, no podemos dejar de pensar que se trata de un reflejo de cosas más grandes. Dice Salas: "Ahà está el cliché de que la música andina del Perú es triste, por ejemplo. Y ahora me viene a la mente una canción que en ciertas zonas del ande solÃan cantar las compañeras de juego de una novia. Mientras la acompañaban a la casa del novio le decÃan, en un tono travieso y risueño, que por qué se va, que va a ser la esclava de su suegra, que se quede con ellas para seguir buscando a la mosquita de las alas de oro".
En la música peruana hay una vertiente claramente andina, y otra claramente negra, pero no parece que ambos universos se hubieran acercado.
Eso sà ha sucedido, pero no se sabe. Y es que se ha dado una polÃtica del "divide para imperar". Entonces, si el indio y el negro eran los más explotados, y si juntos eran más que los españoles, habÃa que mantenerlos enemistados. Sin embargo, en paralelo, ha habido muchos espacios de conjunción. Sabemos, por ejemplo, que existieron palenques a lo largo de toda la costa, pero, pregunto, ¿cómo podÃan sobrevivir estos palenques si no era con el apoyo de los indÃgenas, que les daban todas las vituallas? Esa parte de la historia no se ha contado debidamente, creo.
El sonido del arpa está muy vinculado al sonido de la música andina. ¿Por qué es un instrumento que engancha tanto con la sensibilidad andina?
El arpa es el primer instrumento melódico que llega al paÃs. Antes ya habÃan llegado el pÃfano y el tambor, claro, que sirven para que Pizarro y Almagro venzan. El cuento de que triunfan por el arcabuz y el caballo es solo un cuento. Ellos eran muy pocos pero estaban muy ordenados: todo era guiado por el pÃfano y el tambor, que marcaban la actitud y el movimiento de los soldados, que los mantenÃan aglutinados. Después de eso, la iglesia introduce las arpas: los indios debÃan llegar a las 6 de la mañana y salir a las 6 de la tarde de la ciudad (si no les caÃa encima la inquisición), y obviamente era imposible que se llevaran el órgano de la iglesia a los extramuros, asà que utilizaban el arpa. (D.O.)
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