La costumbre de los huevos de pascua, existe desde los primeros cristianos, quienes los pintaban de rojo como símbolo del amor de Cristo a la humanidad a través de su pasión. Los huevos simbolizan fertilidad y renovación.
Sin embargo, según Alois Döring, estudioso de las tradiciones, fueron los protestantes quienes dieron fuerza a la actual tradición del conejo repartiendo huevos de pascua.
Tras el período de cuaresma y ayuno donde se prohibía el consumo de huevo, la Pascua significaba el regreso de este alimento a la mesa, de ahí nació la costumbre del conejo trayendo los huevos, como una actividad pedagógica ideada por los protestantes para los niños y a su vez para reemplazar la famosa risa pascual católica.
Por su parte, en el catolicismo no le vieron nada malo a los huevos y el conejo, y adoptaron esta costumbre en la sociedad europea.
¿Por qué un conejo?
Hay dos razones que explican la relación del conejo con la Pascua: en ese entonces, el conejo era considerado símbolo de fertilidad, además, la fiesta de Pascua coincide con la primavera en el hemisferio norte y en ésa época en la cual aparecen muchos conejos en las praderas europeas.
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