El conflicto intercultural es uno de los grandes problemas del mundo globalizado. Los estereotipos que ciertos norteamericanos atribuyen a árabes, o las brechas étnicas que dividen a un país multicultural como el Perú, son algunas de sus múltiples formas.

 

El tema del conflicto intercultural es amplio pero tiene una vigencia preocupante. Más allá de los múltiples problemas que enfrentan culturas distintas en todo el mundo, lo ocurrido después del atentado del 11 de septiembre ha sido interpretado por muchos como el cumplimiento de la conocida tesis de Samuel Huntington, quien manifestó en su obra El choque de las civilizaciones que si en gran parte del siglo veinte los conflictos habían tenido un carácter político-ideológico con la lucha entre los bloques capitalista y comunista, estos iban a ser reemplazados por los conflictos entre culturas o civilizaciones.

 

Para Fidel Tubino, profesor de filosofía de la Universidad Católica y coordinador de la Red Internacional de Estudios Interculturales, los planteamientos de Huntington son más que todo representaciones maniqueas que, llevadas al extremo, dan pie a que se justifique la invasión a otros países árabes o a la xenofobia en general: "Es erróneo que alguien hable de Occidente y Oriente como civilizaciones homogéneas respectivamente. En ambos lados hay diversidad cultural. Así, encontramos el fenómeno del orientalismo, la imagen que Occidente tiene de Oriente, viéndolo como una totalidad homogénea, calificando a todos los árabes como potenciales terrorista de Al-Qaeda. Eso está azuzado precisamente por la lectura esquemática y simplificadora que ofrece Huntington. Por lo mismo, su interpretación de la realidad es ideológica, al cumplir funciones políticas de tipo ultraconservadoras que son bastante claras", señala Tubino.

 

Pero la mirada maniquea de Huntington no sólo ha alcanzado a los árabes, sino también a la población de origen latinoamericano que vive en Estados Unidos de Norteamérica, designándola como una amenaza para la cultura angloamericana. Muchos especialistas opinan que en las manos de los votantes latinos se encuentra la victoria definitiva que podría obtener Bush o Kerry en las elecciones norteamericanas. Hoy, lo étnico está íntimamente ligado a lo político. Por eso, no se equivoca Cornel West cuando afirma que "en esta era de la globalización... la raza -en el lenguaje codificado de la reforma de la asistencia social, la política de inmigración...- sigue teniendo un significado central en el debate político".

 

El Perú interior

 

Los conflictos interculturales en nuestro país no surgieron con la llegada de los conquistadores españoles. El imperio incaico estaba conformado por distintas poblaciones que cultural y religiosamente jamás llegaron a coincidir. La diversidad cultural es y ha sido uno de las características más distintivas del Perú. Hoy, quizá el principal conflicto intercultural al que se enfrenta nuestro país tiene que ver con la ausencia práctica del Estado en las regiones habitadas por determinadas etnias andinas o amazónicas. Así lo demuestran los recurrentes ajusticiamientos populares que se producen en zonas donde la institucionalidad oficial no está adecuadamente establecida.

 

Como ya lo han destacado diversos especialistas, los funestos sucesos ocurridos hace varios meses en la localidad de Ilave no fueron originados por un conflicto entre etnias, sino por una política de Estado que no se adapta a las necesidades de todos los grupos étnicos del Perú. Entra a tallar la administración de justicia según las tradiciones ancestrales, sea el consejo de ancianos en el caso de los aimaras, sea la sociedad de clanes en el caso de comunidades amazónicas, por dar dos ejemplos.

 

"A diferencia de Bolivia, en nuestro país no se está pensando en la descentralización de un modelo de Estado que convenga a todas las etnias. Se tiene que buscar una democracia multicultural, que integre la institucionalidad tradicional de aquellas etnias que aún no son lo suficientemente tomadas en cuenta, con la institucionalidad oficial. Ese es el reto", afirma Tubino. En su ensayo Democracia e interculturalidad en las relaciones entre Estado y sociedad, publicado en el libro editado por Norma Fuller Interculturalidad y política: desafíos y posibilidades, la antropóloga Carmen Ilizarbe avala esa posición, planteando nuevas políticas públicas que tomen en cuenta el diálogo intercultural, como por ejemplo la capacitación de dirigentes de organizaciones comunales con el objetivo de que se participe en planes y proyectos de desarrollo en los que el Estado y organizaciones no gubernamentales estén comprometidas. "Se trata de incorporar el 'lenguaje' y los 'contenidos' de las poblaciones culturalmente excluidas del planeamiento del Estado, pero también de darles las herramientas para participar en el diseño técnico de las políticas sociales", precisa. ¿Se logrará ese diálogo?

  

* Tomado del diario El Comercio.

 

Comentarios   
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