Celebramos la primera merienda de negros en estos territorios, siglos después corresponderían a la República del Ecuador, ocurrió en los primeros días de octubre de 1 553 y fue la primera comida ancestral de la libertad. La nao negrera había encallado. La tripulación ignoraba que en octubre, con las últimas luces de la tarde, arrecian peligrosos vientos cruzados.
La embarcación encalló a orillas de Portete y los golpes de mar la hicieron zozobrar. Llevados a tierra firme por agua y provisiones frescas, los africanos se alejaron a prudente distancia para luego volver y cargar con lo sobrante del naufragio antes de meterse monte adentro. Las próximas manducatorias fueron a la vecindad de indígenas y se comprobó a satisfacción de cuerpo que “la amistad del estómago no muere nunca”. Ninguno de los comensales vespertinos se había visto nunca y no hablaba idioma igual o parecido. Todos apaciguaron las desconfianzas y se aliaron con sus ciencias y saberes para sobrevivir en libertad. En la merienda dominguera de la negritud ecuatoriana participe todo el que quiera ennegrecer noblemente su mano. A pesar de la repetida frase blanca y tramposa.
Hace 10 años se aprobó en el Congreso Nacional el Día Nacional del Negro y se celebra cada primer domingo de octubre. Y sí hay cosas para celebrar. Este jazzman cree que mejor es llamarlo el Día de la Negritud Ecuatoriana o como dicen otros hermanos el Día de la Africanidad Ecuatoriana. Mañana las casas de culto de Cuba, Venezuela y Brasil harán bonitas ceremonias en homenaje a Orula (u Orúnmila) orixâ de la sabiduría e inteligencia. Con esas potencias intelectuales colectivas e individuales hemos llegado hasta este sábado, que suenen los tambores por esas facultades, porque ambas nunca nos han faltado para vencer el racismo estructural y de grupos sociales del Ecuador.
Malcolm X dijo estas palabras por todos los afroamericanos: “Fueron las manos de tus abuelos las que forjaron la civilización y fueron las manos de tu abuela las que mecieron la cuna de la civilización. Pero los libros de texto no les explican a nuestros hijos los grandes aportes que han hecho los afroamericanos al crecimiento del desarrollo de este país”. Esta verdad fiscaliza la historia y acusa al Gobierno de la Revolución Ciudadana de perseverar en el mismo error que los gobiernos anteriores, ante todo en la educación. Todavía no es pluricultural ni intercultural y desde Raúl Vallejo hasta el último funcionario del Ministerio de “Educación” llevan el peso muerto del colonialismo mental.
Los Ancestros solían explicar sus saberes con metáforas como esta: “nadie crece a fuerza de estirarse”. Por las políticas educativas del Gobierno parecería que es así. Creánmelo o cómo se explica el Decreto 1780. “La educación es nuestro pasaporte al futuro, porque el futuro pertenece a los que se preparan hoy”. Ahí está la principal bandera de lucha de la negritud ecuatoriana el día después de mañana.
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