Por: Carlos Ortega / Profesor Universidad de la Guajira
En Colombia todavía no existía control específico y jurídico para el empleo de ocho de estos tóxicos, hasta la semana pasada cuando el gobierno Santos decidió legislar sobre el glifosato.
El herbicida utilizado en la Sierra Nevada de Santa Marta en 1984 para la destrucción de los cultivos de Marihuana fue el Glifosato, que se incluye dentro de los pesticidas conocidos como “los doce del patíbulo” por ser cancerígenos, mutagénicos y esterilizantes: En 1945, la corporación Monsanto, de la familia Rotschild, llamada por algunos El Imperio del Mal, “comenzó a promover el uso de pesticidas químicos en la agricultura con la fabricación del herbicida 2,4,5-T (uno de los precursores de agente naranja), que contiene dioxina. Las dioxinas son un grupo de compuestos químicamente relacionados que se conocen como los "Doce del patíbulo" - Son contaminantes ambientales persistentes que se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales. Durante décadas, desde que fue desarrollado por primera vez, Monsanto fue acusada de encubrimiento o no informar sobre la contaminación por dioxinas en una amplia gama de sus productos”[i].
En Colombia todavía no existía control específico y jurídico para el empleo de ocho de estos tóxicos, hasta la semana pasada cuando el gobierno Santos decidió legislar sobre el glifosato. Golpe duro a los que podrían llamarse en el país los intocables, los illumati a la colombiana, defensores de los intereses de las corporaciones multinacionales, la Monsanto, etc., es decir, el procurador y el ex presidente innombrable como sus representantes más notables. Ya salieron a decir en sus medios de comunicación que con la proscripción del uso del glifosato, el país va inundarse de cocaína en el futuro próximo y en consecuencia el poder de la narco-guerrilla escalará en proporciones imbatibles. Y se pregunta uno, ¿cuál de estos temores tiene un fundamento real? ¿Ha ayudado el glifosato a acabar efectivamente con los “narcocultivos” en Colombia durante todos estos años de uso? Y ¿será que con la “inundación” de cocaína los grandes beneficiarios serán las narco-guerrillas colombianas, o serán, como se descubre día a día, los grupos a los que se les llama “al margen de la ley”?
La fumigación aérea con herbicidas, prohibida internacionalmente por su toxicidad para la salud humana y el medio ambiente, fue impuesta por los Estados Unidos como método de control del narcotráfico en Colombia, mientras que en su propio país, en 1988, bajo el gobierno de Ronald Reagan, se realizó la erradicación de los cultivos crecientes de marihuana a punta de machete (los cuales fueron comprados en Suecia y no en Latinoamérica, donde tradicionalmente se usan y son más baratos, por no dar “mal ejemplo”). Con el pretexto de eliminar un delito como el narcotráfico, se comete otro delito, que podría llamarse “ecocidio”, porque se emplean sustancias prohibidas para la guerra (Convención de Helsinsky, 1977), que afectan irreversiblemente a los seres vivos y al medio ambiente (envenenamiento del agua, cáncer, deformaciones genéticas, muerte fulminante) y las que, en últimas, lo que único que hacen es disparar el precio de las drogas por el alto riesgo que implica su producción.
Las secuelas de la fumigación con Glifosato en la Sierra Nevada de Santa Marta están ampliamente documentadas por el extenso estudio de la Fundación Pro-Sierra, 1986,[ii] por el químico experto Armando Lacera Rúa de la Universidad del Magdalena, 1995[iii], y por los innumerables comunicados de las comunidades indígenas de la Sierra a las entidades gubernamentales dando a conocer las consecuencias de las aspersiones con glifosato y paraquat anteriores y suplicando por la erradicación de estas prácticas letales en los territorios de la Sierra. Estos comunicados se refieren por ejemplo a problemas con la reducción del cauce de los ríos, destrucción de cultivos de todo tipo, muerte de animales, enfermedades epidémicas humanas y muerte de niños que recibieron directamente la aspersión con glifosato. Los testimonios son incontables. Se llegó a decir que otra fumigación con glifosato podría ser la declaratoria de la muerte para este sistema fundamental para la vida material y espiritual de Colombia.
Causa perplejidad pues que los medios masivos de comunicación en Colombia, RCN y Caracol, especialmente, se hayan dedicado a presentar las opiniones y posiciones de aquellos que se oponen a este nuevo mecanismo de control sobre el uso del glifosato que el gobierno nacional ha legislado en los últimos días, como parte de una política más racional y respetuosa con la vida, en la guerra contra el narcotráfico. Las noticias sólo dan cuenta de los mezquinos detalles que se tienen sobre los beneficios de este herbicida, dejando de lado la abrumadora información que disponemos en la actualidad sobre las graves consecuencias que su uso causa de manera irreversible en toda forma y fuente de vida en nuestro ya vapuleado territorio nacional.
muy cortos para niños con imagenes: http://cmcu-cm.com/index.php?option=com_k2&view=itemlist&task=user&id=914330.
Suscripción de noticias RSS para comentarios de esta entrada.