Las mujeres negras-afrocolombianas que suscribimos este manifiesto, convocamos a otras mujeres y hombres de la población negra colombiana, a que se pronuncien frente a los requerimientos mínimos que tendrían que tener nuestros candidatos y candidatas, que pretenden ser representantes de nuestras comunidades en los diferentes espacios de la vida comunitaria y política, a nivel nacional e internacional.
Nosotras, mujeres negras/afrocolombianas, consideramos que la unidad del pueblo afrocolombiano, es una tarea urgente que se lleva a cabo de forma más efectiva, si tomamos en cuenta las diversidades y subordinaciones al interior del pueblo negro. Somos un pueblo diverso, que tiene en común la experiencia histórica de la esclavización y la trata negrera, que nos ha hecho a todos y a todas víctimas del racismo, y al mismo tiempo nos ha ubicado en contextos regionales y geográficos diversos, hemos sido enfrentados a diferentes experiencias históricas que nos hacen heterogéneos culturalmente, lo cual enriquece nuestra condición de pueblo afrodiaspórico y renaciente.
Habiéndonos construido históricamente como pueblos desde nuestras resistencias cimarronas y palenqueras, y en la lucha permanente por la conquista de nuestra dignidad como seres humanos, hemos venido cargando diferentes taras que han profundizado la situación de subordinación de las mujeres dentro de nuestras comunidades. Es así como la cultura patriarcal, común a todas las sociedades y culturas conocidas, tiene entre la población negra, características particulares dado que los hombres fueron considerados sementales y las mujeres reproductoras de esclavos dentro del proceso esclavista, lo que ha significado para nosotras, las mujeres negras, una situación de desventaja y ser más proclives al ejercicio de todo tipo de violencias, manifestándose en un deterioro de nuestra dignidad y limitando nuestro protagonismo político en todos los ámbitos de nuestra vida.
Consideramos que la lucha por la emancipación del pueblo negro/afrocolombiano, debe asumir la reflexión y superación de todas las situaciones internas de injusticia, para que todos y todas, como sujetos sociales de derechos, logremos una situación y condición de bienestar integral que se represente en una vida buena, digna y abundante. Por lo tanto, es urgente y necesario cuestionar todo tipo de actitudes y hechos que causen daño a otros y otras, especialmente a las mujeres, dada su situación histórica de discriminación y subordinación.
Consideramos que el cuestionamiento interno es válido y nos ayuda a construir una unidad con bases sólidas, sin sacrificar a ningún sujeto social. Es la discusión y el debate abiertos, y sin miedo a la confrontación y a la autocrítica, los que nos permitirán adelantar con éxito el proceso de unidad que soñamos desde hace tantos años.
Este planteamiento, más que dividir internamente o fomentar la visión racista de la sociedad dominante sobre nosotros y nosotras, nos ayuda a avanzar en el reconocimiento de nuestras debilidades, falencias y limitaciones, para potenciarnos políticamente y ser abanderados de un proceso político distinto, que se constituya en propuesta de una sociedad alternativa, no solo para la población negra, sino para toda la población colombiana y sea un referente ético-político para otros pueblos. Se trata de superar la visión clientelista e inmediatista del ejercicio político, que sólo busca una cuota de participación en los espacios de poder hegemónicos, sin cuestionamientos de fondo a las propuestas y políticas públicas, que van en contravía de nuestros intereses como pueblo negro.
Esperamos que la persona que se proponga en nuestra representación, tenga una mirada autocrítica que le ayude a superar prácticas inequitativas y abusivas en sus relaciones cotidianas familiares, interpersonales, laborales, comunitarias y organizativas. Igualmente, que asuma una postura crítica frente a las relaciones asimétricas en relación con el Estado, el gobierno y el resto de la sociedad colombiana.
Proponemos que las personas que pretendan representarnos asuman los siguientes compromisos:
1. No a la firma de los TLC internacionales, que atenten contra la soberanía y autonomía del pueblo afro y en general de la población colombiana.
2. Defensa de la propiedad colectiva de los territorios ancestrales y el desarrollo de este propósito para los espacios urbanos.
3. Apoyo a las iniciativas de políticas públicas, programas y acciones que busquen la equidad de las mujeres y de otros grupos de población subordinados y discriminados como la población LGBTI.
4. No a la violencia intrafamiliar ni a la Violencia Basada en Género (VBG)
5. No a la corrupción, no al CVY, ni a las prácticas clientelistas.
6. Las alianzas con otros grupos políticos no pueden sacrificar principios éticos, en la búsqueda de puestos y beneficios personales y grupales. Los principios éticos son irrenunciables e imprescriptibles. Las alianzas deben hacerse en la búsqueda del beneficio colectivo.
No apoyaremos políticos que están en la palestra pública con antecedentes por dudosos manejos económicos y/o por sus relaciones con grupos al margen de la ley, ni que hagan o hayan hecho alianzas con sectores que tengan estos cuestionamientos.
Las mujeres negras/afrocolombianas asumimos este debate, ya que afecta nuestras vidas y el modo de relacionarnos entre nosotras mismas y con los hombres. Convocamos a las mujeres lideresas, a los compañeros líderes, a grupos de mujeres de nuestras comunidades, a enriquecer esta propuesta y su debate. Debemos fortalecer la confianza entre nosotras como mujeres, ya que ésta ha sido una característica de la cultura de las comunidades negras, y además, reconocer y valorar entre nosotras, las diferentes formas de liderazgo. Invitamos a las mujeres negras/afrocolombianas, a denunciar cualquier situación de maltrato, ya que ninguna violencia se justifica y ninguna violencia es privada ni íntima. Las mujeres queremos democracia en el país y en la casa; la violencia intrafamiliar es un problema de salud pública que se ha plasmado en la ley 1257 de 2008, de la cual transcribimos su objeto y definición de violencia:
"ARTÍCULO 1o. OBJETO DE LA LEY. La presente ley, tiene por objeto la adopción de normas que permitan garantizar para todas las mujeres, una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado, el ejercicio de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional, el acceso a los procedimientos administrativos y judiciales para su protección y atención, y la adopción de las políticas públicas necesarias para su realización."
"ARTÍCULO 2o. DEFINICIÓN DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER. Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial, por su condición de mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado."
"Para efectos de la presente ley, y de conformidad con lo estipulado en los Planes de Acción de las Conferencias de Viena, Cairo y Beijing, por violencia económica, se entiende cualquier acción u omisión orientada al abuso económico, el control abusivo de las finanzas, recompensas o castigos monetarios a las mujeres por razón de su condición social, económica o política. Esta forma de violencia puede consolidarse en las relaciones de pareja, familiares, en las laborales o en las económicas."
Finalmente, declaramos que somos leales a principios éticos que guían nuestras relaciones personales, familiares, comunitarias, organizativas y sociales y por ninguna circunstancia somos incondicionales con personas, organizaciones y/o propuestas y acciones, que atenten contra la vida digna de las mujeres y comunidades negras/afrocolombianas, así como la de la humanidad en su conjunto.
JUNIO DE 2009
FUNDACIÓN AKINA ZAJI SAUDA - CONEXIÓN DE MUJERES NEGRAS- Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
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