Por Comunicaciones OIA
Resguardo indígena Ciakoro Palmas Apartadó, Dpto de Antioquia
Primer día
Ha amanecido en el colegio Ciakoro. Desde el despuntar de la mañana entre pájaros y gallos cantando, se empezaron a escuchar los pasos afanosos de la Guardia Indígena, y la música tradicional que sonaba desde la emisora Voz Indígena de Urabá, 690 AM, “La comunicación como principio de vida”. A partir de ese momento comenzamos a mingar la palabra y a trabajar desde los saberes, así como las capacidades de cada minguero y minguera.
Pasamos la mañana y la tarde entre telas desplegadas en el suelo, pinturas y pinceles, los cuales en las sabias manos de la comunidad se transformaron en herramientas de resistencia, organización y lucha colectiva. Durante este proceso, los niños, las niñas, mayores, mayoras, jóvenes, guardias y hasta insectos, participaron de nuestra expresión creativa de dignidad. Muchos de los artistas convocados ya reflejaban en sus cuerpos, a través de la Jagua, su tradición ancestral de plasmar en la piel sus pensamientos y concepciones del mundo.
Mientras pintábamos en comunidad con el sol quemándonos las espaldas, el fogón ardía entre abuelas y niñas que preparaban la carne, el arroz, el patachuma (plátano), las lentejas, el huevo y la papa, alimentos que llenaron de fuerza los estómagos y corazones de los mingueros.
En las horas de la tarde, la Guardia Indígena se reunió en la cancha del colegio y entre consignas además de entrenamiento físico, discutieron alrededor de asuntos logísticos y de seguridad del evento. Hasta este momento nos encontrábamos reunidos alrededor de 150 delegados sumados a los comuneros y comuneras de Segovia y Murindó quienes llegaron durante el día.
El proceso transcurrió en calma y entre los participantes hubo plena disposición para el trabajo colectivo. Sin embargo, al medio día se presentó un percance con la delegación de Segovia, quienes llevaban por lo menos 12 horas de viaje sin comer, hasta que a la altura de Chigorodó la policía retuvo la chiva, bajó a la gente e inmovilizó el vehículo, alegando la supuesta falta de un certificado que permitiría viajar a éste por todo el país, papeles que estaban al orden del día. La Guardia envió una comisión al lugar para solucionar el problema y dialogar con las autoridades de policía de Chigorodó, quienes rápidamente cedieron ante la presión de la Guardia, alegando provocación por parte de la fuerza pública. Horas después de este incidente, ocurrió otro similar pero en menor grado con la delegación de Vigía del Fuerte, del Atrato Medio, quienes resolvieron felizmente el inconveniente entre ellos mismos.
Para terminar el día, se proyectaron videos documentales como “El País de los Pueblos sin Dueño”, con el fin de formar y contextualizar a los participantes recordando la movilización de La Minga de Resistencia Indígena del 2008.
A esta hora ya había llegado el plátano, ya el mercado estaba listo y se habían sumado 110 guardias indígenas de distintos cabildos. Entre tanto, siguieron llegando buses y chivas cargados de más mingueros y mingueras.
Para mañana esperamos tres mil voces y seis mil manos más.
Seguimos en Resistencia.
Por la vida, el territorio, la autonomía y la soberanía, OIA somos todos.
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