Opinión

El alivio de la pobreza y la disminución de la desigualdad social no serán posibles y menos aún sostenibles en el largo plazo, sin un manejo racional y socialmente equitativo de los sistemas naturales que proveen bienes y servicios esenciales para el bienestar humano.


Esta afirmación se deriva del estudio recientemente publicado bajo el título "Evaluación de los Ecosistemas del Milenio: Informe de Síntesis", llevado a cabo por más de 1300 expertos de 95 países bajo el auspicio de un consorcio de organizaciones internacionales.


En el caso de América Latina, la salud de los ecosistemas es un factor clave tanto en términos de desarrollo humano como de competitividad económica. En esta región, la notable riqueza en recursos naturales, en especial agua y biodiversidad, no ha sido aprovechada en todo su potencial, pues persiste la idea errónea de que los asuntos ambientales son secundarios en los planes de desarrollo.


Pobreza, Distribución del Ingreso y Servicios Ecosistémicos


Según la CEPAL (Panorama Social de América Latina 2004), el 44% de la población latinoamericana vive en pobreza, esto es alrededor de 220 millones de personas. De ellas, cerca del 20% (unos 100 millones) se encuentran en condiciones de extrema pobreza o indigencia. Lo preocupante es que el proceso de superación de la pobreza se encuentra estancado en la región desde 1997.


La pobreza en esta parte del mundo se explica en buena medida por una penosa inequidad en la distribución del ingreso, la peor del planeta. Esto implica que políticas redistributivas deben ser aplicadas más seriamente. Entre otras medidas, es necesario promover un acceso equitativo e incluyente a los servicios ecosistémicos básicos como los recursos hídricos y el suelo fértil.

 

Crecimiento Económico, Competitividad y Capital Natural


El peso relativo de la economía latinoamericana en el escenario mundial se ha reducido durante las últimas dos décadas. En buena medida, esto se debe a un rezago en la competitividad, asociado al descuido en el desarrollo del capital humano y el capital natural.


Un evidente factor de competitividad para América Latina son sus recursos naturales. Es la región más rica del planeta en materia de biodiversidad y la segunda región en materia de oferta hídrica. En efecto, alrededor del 40% de las especies vivientes se encuentran aquí, al igual que la mayor reserva de bosques tropicales del mundo y más del 25% de la oferta de agua dulce. Estas ventajas comparativas no han sido aprovechas a cabalidad. El problema es que el patrimonio natural está en general sujeto a una atención secundaria dentro de las políticas nacionales del desarrollo.

 

Podríamos decir que por atender las urgencias impuestas por los ajustes macroeconómicos, se ha descuidado o atendido muy débilmente el capital social y el capital natural, sin los cuales no es posible un desarrollo sólido y sostenible.


La degradación de ecosistemas en América Latina


Como lo pone en evidencia el citado informe, la degradación de un buen número de ecosistemas y biomas ha alcanzado niveles inquietantes a escala mundial. En América Latina, genera preocupación especial la degradación de los bosques secos tropicales, del bioma amazónico, de los bosques y pampas en latitudes templadas y de los ecosistemas marino-costeros (de manera particular manglares y arrecifes de coral).


La expansión desordenada de la frontera agrícola asociada a inequidades en la tenencia de la tierra, frágiles esquemas de ordenación del territorio, distorsiones del mercado internacional y desarrollo mal planificado de obras de infraestructura, es un fenómeno que amenaza el patrimonio natural de la región. La seguridad alimentaria y la protección del capital natural pesan mucho menos en la toma de decisiones de política agrícola que los intereses comerciales de corto plazo que benefician a pocos.


Además, presiones como la sobreexplotación de recursos pesqueros, la introducción de especies invasoras y el cambio climático afectan la estructura y funcionamiento de los ecosistemas y deterioran sustancialmente la oferta de bienes y servicios ambientales.


La Evaluación de los Ecosistemas y los Objetivos de Desarrollo del Milenio


Según la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, la degradación de los servicios de los ecosistemas podría aumentar significativamente durante la primera mitad de este siglo y ser un obstáculo para el logro de los mencionados Objetivos de Desarrollo del Milenio adoptados en la ONU.

Precisamente, el informe establece que las regiones del mundo con los mayores retos asociados al cumplimiento de las Metas del Milenio tienden a enfrentar al mismo tiempo problemas relacionados con el suministro sostenible de servicios ecosistémicos. Esto incluye a muchas áreas de América Latina.


Lo importante es tener claro que las diferentes metas están estrechamente relacionadas. El alivio a la pobreza depende, entre otras variables, de que el capital natural y en particular, la diversidad biológica se conserven. La diversidad biológica, a su vez, es la base para que los ecosistemas funcionen y provean servicios básicos para el bienestar humano. La simplificación de la estructura de los ecosistemas reduce la capacidad que estos tienen de ofrecer bienes y servicios.

Por ejemplo, la meta de llevar agua y saneamiento a la población no puede ser alcanzada de manera sostenible solamente con base en desarrollo de infraestructura de acueductos y plantas de tratamiento de aguas residuales. Es critico hacer un manejo integrado de cuencas hidrográficas con enfoque ecosistémico para garantizar que los ecosistemas que proveen y regulan el agua sean conservados. En esta perspectiva, los ecosistemas deben ser considerados como parte de la infraestructura natural.


El reto es enorme para América Latina, lo cual es paradójico pues en términos generales no es una región pobre en recursos naturales. El problema es que la falta de coordinación sectorial y las presiones por crecer a como de lugar, están poniendo en peligro la oferta en el largo plazo de servicios ecosistémicos estratégicos como la provisión de agua. Esto a su vez complica la posibilidad de alcanzar los Objetivos del Milenio. Lo urgente no deja paso a lo importante.


Es evidente que necesitamos una visión de desarrollo de país y de región que favorezca simultáneamente el crecimiento económico, el desarrollo del tejido social y un manejo responsable de los servicios ecosistémicos, sin los cuales el desarrollo en el largo plazo se vería comprometido.


Conclusiones

La gestión integral de ecosistemas en un marco de equidad social y con visión estratégica en términos de competitividad, puede contribuir de manera sustancial a aliviar las contradicciones sociales en América Latina y a dinamizar su economía de una forma sostenible.


El gasto en desarrollo social, en investigación y en gestión ambiental debería representar una inversión fundamental para romper el círculo vicioso de la dependencia y convertir a esta región del mundo en un jugador global importante.


Es un error promover crecimiento económico a expensas de una degradación profunda de los bienes y servicios ecosistémicos. La inversión nacional y extranjera debe ser estimulada con reglas del juego claras y equitativas que resulten atractivas y que beneficien a las partes. Y, sin embargo, no tiene por que ponerse en riesgo el capital natural ni afectarse derechos sociales fundamentales. El sector privado responsable usualmente no exige condiciones que vayan contra los valores y los derechos de una sociedad.

 

 


A manera de síntesis, tres reflexiones finales:


1. En materia económica, existen suficientes bases teóricas y prácticas para que los servicios ecosistémicos dejen de ser considerados como simples externalidades. El reto que se impone es que sean conservados y aprovechados como un factor de competitividad. Para una América Latina rica en capital natural el tema representa una ventaja comparativa mal gestionada hasta ahora.

2. En materia social, los ecosistemas, además de ofrecer medios de subsistencia y beneficios para la gente en el campo y las ciudades, representan un espacio ideal para promover equidad social, a través de políticas claras de acceso y distribución equitativa de beneficios. Esto es clave si queremos un alivio a la pobreza que no sea simplemente coyuntural.


3. La Evaluación de Ecosistemas del Milenio debe ser ampliamente divulgada en la región mucho más allá de los ámbitos de la gestión ambiental, de modo que contribuya a enriquecer las agendas del desarrollo. En particular, resultaría de gran utilidad promover la incorporación de sus contenidos en los planes y proyectos que se desarrollan en el marco de las instituciones regionales de integración y cooperación como el Mercosur, la CAN, la OTCA, el SICA, además de iniciativas como el IIRSA.


* Eduardo Guerrero, Coordinador de Programa Regional, Unión Mundial para la Naturaleza.
http://alainet.org/active/show_text.php3?key=8395

En el largo plazo, será una población bien educada y políticamente madura la que garantizará el crecimiento, la estabilidad política y el bienestar social. Y, al mismo tiempo, serán unos ecosistemas funcionales los que mantendrán la oferta de servicios estratégicos (agua, suelo cultivable, aire limpio) que dinamizarán la competitividad económica y el desarrollo humano.

El documento del Gobierno de Colombia sobre "lineamientos para el enfoque de los proyectos de cooperación internacional" hace explícita una realidad bien conocida para el movimiento indígena y popular en Colombia.


Lo dice con claridad el texto del Mandato del Congreso Indígena y Popular: El Estado que debe protegernos nos persigue, busca desmantelar los derechos conquistados a través de siglos de resistencia, niega nuestros derechos fundamentales, actúa en contra de la soberanía del país y del bienestar de sus ciudadanos y a favor de intereses privados y externos, mientras reprime, criminaliza, difama y persigue a nuestras organizaciones, líderes y comuneros.

 

 

  

En esencia el Gobierno no sólo insiste en que no hay un conflicto armado en Colombia, sino que prohíbe que este sea mencionado siquiera por las agencias de cooperación internacional en sus proyectos. De un plumazo pretende imponer que las actividades humanitarias tengan que ver con los grupos armados. Cierra los espacios a los diálogos que se consideran delitos, limita y restringe el uso de términos como "actores del conflicto" y "actores no estatales". En otras palabras y desde nuestra perspectiva como Pueblos Indígenas, vemos que el Gobierno le impone a la cooperación internacional en el lenguaje y en la práctica la negación del país real, el abandono a las iniciativas de paz, el cierre y la invalidación de comunidades y territorios de paz o de iniciativas y procesos autonómicos, como sujetos de cooperación internacional. En fin, que el  Gobierno niega al país.


Acá no sólo no hay conflicto armado, tampoco existimos nosotros, los pueblos y procesos que estamos acá hace más de 500 años perviviendo y promoviendo otro país posible y necesario.
No es desafortunada la iniciativa del Gobierno. Es una convocatoria clara para que la cooperación internacional se defina a favor de la paz y del país que no representa el Gobierno. La institucionalidad existente y quienes la orientan no representan, ni respetan, ni reconocen, ni protegen a los pueblos y procesos que hacen este país. Nos niega.

 

Ante esta realidad, se requiere crear una institucionalidad alternativa y hacerla realidad. Esto fue lo que convocó el Congreso Indígena y Popular. Esto quedó plasmado en el análisis y las directrices del Mandato que aclamó ese Congreso. Ante los “lineamientos" del Gobierno queda claro que hay una brecha cada vez más insalvable entre lo legítimo, que vivimos y construimos los pueblos y procesos comprometidos con la paz con justicia social y soberanía, y lo legal que nos impone la guerra, nos niega los derechos y entrega nuestra riqueza, culturas y territorios a intereses privados. Los que somos el país real, hemos sido convocados por el Gobierno Nacional a la desobediencia civil por el bien del país. Ahora también, la Cooperación Internacional tendrá que apoyar esta desobediencia para que podamos los colombianos y colombianas construir el país posible y necesario.

 

Desde el camino de nuestros ancestros y convocando nuestra memoria y experiencia, continuaremos caminando la palabra del Mandato Indígena y Popular y ratificamos la convocatoria al Levantamiento Popular Contra la Guerra y por el Otro País Posible y Necesario, desde ahora y para Octubre de este año. Los pueblos de este país en guerra, sometidos a proyectos de muerte y exterminio, o nos declaramos en resistencia y construimos el otro país, o acaban de imponernos desde arriba y desde fuera, la conquista que comenzó hace más de 500 años.

  

Afortunadamente queda cada vez más claro quiénes somos nosotros y quiénes son ellos. Nosotros, hacemos un llamado a la Cooperación y le agradecemos su compromiso con la vida y con la resistencia.

 

Ver Lineamientos del Gobierno en

http://nasaacin.net/noticias.htm?x=275

La primera página de el diario El Tiempo del día de hoy reconoce que los "Proyectos de vida paeces bordearían en la ilegalidad" y el Editorial al que hace referencia este comentario titulado Una Iniciativa Desafortunada plantea una posición frente a este documento del Gobierno que compartimos plenamente.

 

 

La mirada crítica de la comunidad internacional le ha resultado muy incómoda al gobierno del presidente Uribe desde que se inició su mandato. Han sido muchas las visitas de comisiones europeas y de relatores especiales de las Naciones Unidas que han expresado su preocupación por la situación de los derechos humanos en el contexto del conflicto armado colombiano, e incluso críticas muy fuertes desde el congreso de los Estados Unidos.

 

Al iniciar la negociación con los paramilitares en Sata Fe de Ralito, el gobierno contó con la oportuna colaboración del expresidente Gaviria quien en su calidad de Secretario general de la OEA envió un comisionado, Caramagna, que le tocó comerse las violaciones al cese de hostilidades y no pudo garantizar nada, pero avaló el proceso, sustituyendo formalmente lo que ha debido ser una verdadera veeduría internacional.

 

Ahora, en uno de los capítulos más vergonzosos ante el mundo, cuando se aprueba la ley de Justicia y Paz premiando a los autores de delitos atroces, el gobierno envía un nuevo gesto agresivo a la comunidad internacional al pretender censurar el lenguaje diplomático, de por sí tan refinado y cuidadoso en sus términos. Con ese memorando, en el que se le pide a los organismos internacionales, embajadas y entidades de cooperación que no utilicen términos como conflicto armado, actores del conflicto, comunidades o territorios de paz, etc. se pretende esconder la realidad bajo argumentos de semántica. Ojalá el conflicto armado no existiera en la realidad, para no tener que nombrarlo así, y que la fuerza pública fuera totalmente respetuosa de los derechos humanos para no tener que criticarla como a los otros actores armados! Ese no es un memorando técnico ni tuvo como propósito consensuar el lenguaje, como afirmó el Comisionado de paz, sino un agravio para insinuarle a las agencias de cooperación internacional de derechos humanos, que deberían empacar maletas como le tocó a James Lemoine hace unos meses.

 

Me imagino que esta vez también estarán negociando un sustituto, que podría ser por el lado del gobierno estadounidense, como la USAID o cualquiera de esas instancias relacionadas con el Plan Colombia, Plan Patriota y demás fachadas hechas para que el conflicto no cese, no interfieran los derechos humanos, ni se acabe el negocio del narcotráfico que tanto dinero aporta a las finanzas internacionales. 

 

Puede que a corto plazo se logre evitar la incomodidad de la presencia de organismos internacionales de derechos humanos y de la Unión Europea. Pero si algo tiende a globalizarse en el mundo, es la justicia contra las violaciones de los derechos humanos, de manera que tarde o temprano, los actores directos y quienes los apoyaron tendrán que comparecer ante las cortes nacionales o internacionales, como lo están viendo Pinochet y los militares argentinos. La Corte Suprema de Argentina, el pasado 14 de Junio, declaró inconstitucionales las leyes de Punto Final y Obediencia Debida con las que se cubrió de impunidad durante 20 años los crímenes de las dictaduras que martirizaron a ese país entre 1976 y 1983. Lo mismo podrá suceder también en Brasil, Uruguay y Paraguay y, desde luego, en Colombia, aunque en este momento ello no haya afectado para nada a la bancada uribista que, en medio de una zambra vergonzosa, aprobó la mencionada ley, liderados por el ministro Sabas y el Alto Comisionado. La senadora Uribista Gina Parodi, quien salió abucheada por sus compañeros, dijo que esa ley no va a traer la paz para Colombia sino beneficio e impunidad para los autores de los peores crímenes y que a lo que sirve es a las negociaciones secretas del comisionado.

 

Quienes leímos con tanto interés a precio las obras de ese psiquiatra Restrepo nos quedamos cada vez más sorprendidos de ver cómo el sentimiento de la ternura y los valores de la dignidad humana se cambiaron por un plato de lentejas. Pero el poder es efímero. Después llegará el escarnio de la vergüenza.   

 

Los organismos internacionales deben tener presente que la nación colombiana, especialmente la población víctima de la violencia –que en su gran mayoría son los sectores sociales más pobres y desprotegidos del Estado- necesitan y agradecen su presencia porque saben que no pueden esperar apoyo de su propio Estado Nacional. Que quienes rechazan su presencia no lo hacen por facilitar la paz sino la impunidad. Por ello, las agencias internacionales de cooperación y los organismos de derechos humanos, lejos de pensar en dejar el país, deben afirmar su presencia e intensificar su mirada crítica sobre las atrocidades que están sucediendo. Lo que se juega no es la soberanía de un país sino la dignidad humana y la justicia.

 

Me parece discutible la posición del director de ACNUR cuando dice que se retiran si el gobierno manda oficialmente el memorando a través de Cancillería ya que el que les llegó no está fechado ni firmado: “para nosotros ese documento es inexistente”. Pues claro que sí  existe! El camino no es salir agachado sino exponer sus argumentos, como lo hizo el director de la Cruz Roja Internacional cuando reafirmó que sí hay conflicto armado. No sería tampoco difícil demostrar que lo que se está profundizando en Colombia no es la democracia sino el paramilitarismo.

La limitada participación de afrodescendientes en puestos de decisión tanto públicos como privados, sugiere la existencia de una discriminación estadística en la contratación de personal motivada por  aspectos étnicos, de sexo y/o región. Los empresarios y dirigentes públicos de las ramas ejecutiva, legislativa y jurisdiccional, así como de la empresas industriales y comerciales del país, utilizan esta práctica a sabiendas que la correlación entre estos factores y el grado de capacidad es imperfecta, pues existen afrocolombianos y amerindocolombianos para el desempeño de cualquier cargo  directivo, tan capaces como los hispanocolombianos, al igual que las mujeres respecto de los hombres, y en el mismo sentido podríamos circunscribir los factores regionales: Los chocoanos y demás profesionales del Pacífico son tan capaces como sus símiles antioqueños, caldenses y demás gentes del Eje Cafetero, Región Andina, Santanderes, Orinoquía u Amazonía Nacional. Pero lamentablemente, en Colombia aun estamos lejos de valorar esta realidad.


Las cifras estadísticas reflejan de manera fehaciente la asimetría de nuestro mercado laboral antes descrita, basta con revisar las cifras de profesionales afrocolombianos y amerindocolombianos vinculados en altos tribunales, ministerios, embajadas, fuerza pública, clero, grandes empresas, etc. En el Chocó, por ejemplo, los cargos de jerarquía superior en el Tribunal, en el Consejo Seccional, en la Fiscalía y en la Procuraduría, son ejercidos por profesionales de otras regiones, contrario a lo que sucede en aquellas, donde la vinculación mayoritaria de directivos recae en gentes de la misma región, hecho que atiende a una sana lógica. El fenómeno del Chocó se reproduce en todas las demás regiones de predominio poblacional afrocolombiano, basta con mirar ciudades como Cali y Tumaco en el Pacífico, Cartagena, Santa Marta y Barranquilla en el Atlántico, etc. y ni qué decir de metrópolis como Medellín y Bogotá donde la situación se torna peor.


Si nos detenemos a revisar el porqué de este fenómeno encontraremos que la situación actual es fiel réplica de nuestro pasado colonial, donde el patrón de las relaciones económicas, sociales y políticas, estaban bajo el dominio de los españoles, quienes impusieron el sistema de castas que aunque  no incluía la segregación racial, -por lo menos en los estatutos jurídicos-, sí quisieron hacer una diferencia profunda entre esos españoles y sus hijos criollos y los descendientes de africanos y de amerindios, y para eso "instituyeron el cartabón de la pureza de sangre, en donde se reconocía a los españoles y sus hijos criollos todo el derecho de gobernar, todo el derecho que quisieran sobre las tierras, todo el derecho de promulgar sus religiones, sus credos, etc., pero se les negaba a los africanos descendientes de la madre África, y se les negaba el derecho también a los nativos de este país, a los únicos que nos pueden dar la ciudadanía de América, a nuestras comunidades amerindias "Este efecto diferenciador se logró con la división de oficios y ocupaciones en nobles y plebeyos, reservándose los primeros a los "limpios de sangre" y las segundas a "mestizos", "indios" y "negros". "La burocracia, aún en los más modestos niveles, como la escribanía de oficinas públicas, así como las profesiones y oficios eclesiásticos, eran reputadas actividades nobles. En cambio todo lo que significaba trabajo manual, como oficios artesanos y aún las profesiones de maestro de escuela y cirujano, se tenían como propias de las castas de mestizos y pardos"; condición que aunque persiste en ser heredada por descendientes de estas mismas castas, será imposible contrarrestar la hola creciente del mestizaje a pesar de los costos que por muchos años deberán soportar las mal llamadas "minorías étnicas" mientras logran las necesarias reivindicaciones socioeconómicas que les han sido esquivas en el transcurso de tantos años de dolor y marginación.

 

De allí que, la consolidación del dominio español resultó más fácil de lo que ellos mismos pensaron, pues la nueva sociedad mestiza emulaba el comportamiento de los españoles para ganarse el beneplácito de éstos y ganar el reconocimiento social en detrimento del resto de la sociedad; es así como surge lo que el poeta Francisco Amín ha denominado como "el racismo criollo", que no es más que la propia negación de identidad, ya que, bajo la connotación de identidad republicana de democracia e igualdad, por la que todos los grupos lucharon en contra del opresor español, se esconden nuevos patrones de discriminación sociorracial que se expresan tanto en el disimulado uso de eufemismo como negrito, o morenita como en la negación histórica de oportunidades que respondan a la pluriétnia y la multiculturalidad plasmada en nuestra Constitución política.


*Economista Afrocolombiano

Una de las satisfacciones más grandes en el proceso de alimentación de la página www.etniasdecolombia.org y la elaboración del Periódico Actualidad Étnica es encontrarse día a día con los aportes de nuestros lectores. Mas grato aún, cuando estos aportes provienen de los estudiosos de las diferentes etnias o de los miembros de las comunidades indigenas. Cómo nos place observar el interés de los líderes indígenas porque lo que se dice de sus comunidades, de sus resguardos, de sus conflictivas, en fin, de su vida y su cotidianidad, que en últimas es lo que nos interesa mostrar, corresponda estrictamente a su “real realidad”, como nos decía un indígena paez.

 

Y es que no ha sido fácil este proceso. Por varios años estuvimos levantando la información más fidedigna sobre las diferentes etnias y culturas, encontrando que sobre muchas de ellas existen sólo estudios de corte antropológico de “años a….”. Y nos tuvimos que conformar con ello. En otras ocasiones, pudimos complementar la precaria información existen en centros de documentación y bibliotecas con otra recabada por nosotros mismos en nuestras labores de acompañamiento o trabajo en comunidades, principalmente elaborando productos audiovisuales. Evidentemente mucha información, en la medida que la temática étnica se ha convertido en un tema de gran interés para académicos y estudiantes universitarios, ha quedado prácticamente revaluada. Y esto nos plantea un gran reto, pues nos obliga a actualizar permanentemente nuestro material.

 

Lo más importante, ha sido encontrarnos con la mirada que nos hacen desde las mismas comunidades, que cada día nos envían sus aportes, generándose un proceso de retroalimentación sumamente saludable. Bienvenidos esa mirada critica que se nos hace a cada instante, pero sobremanera, bienvenidos los aportes que contribuyen para que este proyecto, que construimos entre todos, sea cada día mejor.

 

Publicamos hoy de manera integra, los aportes juiciosos de Chindio Peña. Por ahí es Chindio. Ojala que muchos otros sigan tu ejemplo.

 

Asunto: Actualización de datos sobre la etnia Wounaan

 

Por Chindio Peña

Indígena Wounaan

 

“Me llamo Chindio Peña Ismare, Woun puro hasta la cepa. Soy oriundo de la Comunidad Unión Wounaan, Municipio del Medio San Juan, Chocó-Colombia. Estoy usando el término woun, la forma singular de Wounaan como pueblo.

 

Me alegra mucho ver que ustedes están publicando muchas cosas interesantes sobre las etnias y sobre todo porque nos están haciendo conocer nuestra existencia como pueblo con costumbres, tradiciones y características lingüísticas propias. 

 

Mi ánimo de dirigirme a ustedes es con el objetivo de aportar algunos datos pertinentes de mi pueblo Wounaan para que en esta forma estén más actualizados. Me da mucha pena tener que decirles que en algunos aspectos están muy lejos de la realidad lo que me hace ver en la obligación de ayudarles a estar más al día. Es posible que la información que obtuvieron fue a travéz de fuentes no fidedignas y sobre todo por desconocer el área geográfica.

 

Población:

 

1.  La ubicación del pueblo Wounaan no es únicamente en el Bajo San  Juan y Docampadó. Los Wounaan nos encontramos esparcidos en diferentes regiones del departamento:

 

     La zona del Bajo San Juan es la más numerosa con la mayor cantidad de 21 comunidades dentro de los municipios del Litoral del San Juan y Buenaventura.  La zona del Medio San Juan con 5 comunidades, distribuidos en los municipios de Istmina y del Medio San Juan. La Zona Serranía Wounaan con siete comunidades ubicados en los ríos Orpúa, Docampadó, Siguirisúa y el río Ijuá en el muicipio el Bajo Baudó.

 

     La comunidad de Marcial en el municipio de Río Sucio.

 

Un total de 33 comunidades; solamente mi comunidad Unión Wounaan con más de 620 hab. sobrepasa la población total de 280 estimada por ustedes. En la actualidad estamos hablando de 8.000 Wounaan al igual que acá en Panamá.

 

Viviendas

Ya no existen viviendas de 2 ó 3 tambos juntos como treinta o treinta y cinco años atrás sino comunidades con treinta, sesenta, cien o ciento treinta casas con escuelas, teléfonos, puestos de salud y otros servicios.

 

Alimentación

Los Wounaan aún practicamos la recolección pero es totalmente falso que consumimos una larva de coleópteros o mojojoi que crece en el táparo.

 

Les sugiero tener más cuidado al hablar de los Wounaan o Emberá no mezclando los dos sujetos por que somos totalmente diferentes uno del otro. Es mas, el proyecto Urra no se encuentra en área Wounaan sino en un área de los Emberá 

 

Para mayor información y precisión de datos contactarse con los Cabildos Mayores de las zonas mencionadas arriba”.  

Mujeres indígenas de varias organizaciones del país se reunieron este 22 de junio con la Relatora de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Susana Villarán, para de compartir con ella no sólo su situación de derechos humanos sino también sus inquietudes frente a la eficacia del sistema que la funcionaria representa.

 

 

En efecto, unas veinte mujeres indígenas acudieron al llamado y se hicieron presentes en la Organización Nacional Indígena de Colombia, con la expectativa de contar a la relatora la situación de marginamiento y acoso cultural y social que viven sus pueblos, a pesar de contar con un marco tan amplio de derechos como el consagrado por la Constitución colombiana. 

 

Sin embargo, el hecho más relevante de la reunión, sin duda, fue el cuestionamiento de las mujeres indígenas sobre los compromisos que pueden asumir estos organismos internacionales y sus posibilidades de acción e influencia sobre el comportamiento de los gobiernos que los respaldan.

 

Las mujeres se quejaron de que se hacen denuncias, se presentan las quejas ante la ONU, la Comisión Interamericana promulga medidas cautelares y no pasa nada. “Todo sigue igual, y como ya vivimos la experiencia del Relator Stafenagen, que vino, nos escuchó la carreta y no pasó nada, entonces queremos saber de qué manera pueden ustedes ayudarnos, o si también es carreta?”, preguntó la líder wayyu Rosita Iguarán. Pero los interrogantes fueron más allá: Ana Marina Quilcuev, Presidenta del Consejo Regional Indígena del Huila, aseguró que “se hizo recomendaciones al Relator Especial de ONU pero las cosas antes se agudizan. Yo hablo porque creo que el derecho a la palabra se tiene que usar, pero vemos que no sirve de mucho”.

 

Ante dichos interrogantes, la Relatora Villarán manifestó de su intención de evaluar cómo afecta el conflicto armado los derechos de las mujeres y la situación de las mujeres indígenas colombianas con respecto de todos los niveles de violencia que se viven. “Hemos estado en varias regiones, los informes son importantes porque somos un organismo de los estados americanos, que funciona con instrumentos como la Convención, pero también con uno muy importante que es la Declaración de Belen Do Para,   para la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres”.

 

Con respecto de las preocupaciones de las mujeres indígenas, la funcionaria aclaró que la ONU no tiene la capacidad de protección que tiene la Corte Interamericana porque no es una instancia legal. Que en el caso de la Comisión, se hacen recomendaciones a los gobiernos que deben ser acatadas y si no cumplen los casos se lleva ante la Corte y hay un fallo que afecta a los estados. Reiteró que las medidas pueden salvar vidas y se les hace un seguimiento, que dos veces al año tienen las audiencias Estado - peticionario, ante un Tribunal que es un mecanismo de presión importante. Es caro porque hay que ir a Washington, pero hay un despliegue de prensa que afecta las políticas de los gobiernos. “No protegemos totalmente, dijo, pero sí en buena medida, y entre todos podemos hacer visible las demandas para que se cumplan”.

 

“La visita ad look da recomendaciones que deben ser cumplidas por los estados, dijo. A las mismas se les hace un seguimiento, también a los casos individuales, cuando el país no resuelve su situación. Dichos casos pueden ser  llevados a la Corte Interamericana de DDHH y los estados están obligados a cumplir las recomendaciones porque han suscrito compromisos entre estados”.

Por su parte, Consuelo Bartolo, una embera chamí del Consejo Regional Indígena de Caldas tocó uno de los aspectos centrales que deben ser evaluados con respecto de las medidas cautelares al decir: Las mujeres reconocemos las medidas cautelares pero hay que evaluar hasta dónde han servido para cambiar una situación de riesgo o vulnerabilidad”.  Riesgo y vulnerabilidad que para el caso de los pueblos indígenas debe entenderse de manera no sólo individual sino también colectiva, pues como la reconocido nuestra Corte Constitucional los indígenas son ante todo sujetos de derechos colectivos. Es decir, estamos hablando de personas y de pueblos, cuyos derechos se imbrican para hacer posible su existencia.

 

“Muchos son los amenazados y pocos los beneficiados con las medidas cautelares”, lamentaron las mujeres indígenas. “Sólo hay medidas para unos cuantos, pero además ésta no es adecuada a nuestras necesidades culturales y por tanto se requiere mayor acompañamiento, como mujeres indígenas es necesario que se nos preste atención”, dijeron.  Se requiere seguridad colectiva.

 

Ante dicha situación, la Relatora recomendó a las mujeres solicitar Audiencia para los pueblos indígenas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en octubre.

 

 

De la especificidad femenina en la especificidad étnica

 

Leonor Zalabata, una experimentada líder arhuaca, señaló: las mujeres indígenas pertenecemos a las organizaciones indígenas. Los mecanismos de lucha que hemos utilizado no han sido suficientes, tampoco las instituciones. Hay una situación real indígena tan vieja como los indígenas, no es sólo el conflicto armado, es con el Estado porque no soluciona los problemas indígenas económicos, porque no define la propiedad de los territorios. Es cultural porque hay discriminación contra los indígenas y las mujeres. Hemos sido discriminadas por ser mujeres, pobres e indígenas. El problema es  estructural... yo creo que el acompañamiento de las organizaciones internacionales tienen que mirar el fondo de la situación de los pueblos indígenas ... De qué se trata la marginación de tanta gente. No es de forma ni de leyes... Las autoridades  y movimientos indígenas están debilitadas, no podemos desconocer eso... Aquí tiene que haber un cambio real.. Las mujeres tenemos que organizarnos para fortalecer las organizaciones... No hay una normatividad que hable de las mujeres indígenas, no se nos ha ocurrido. Los derechos de las mujeres no se han establecido en este país... nuestra condición de indígenas y mujeres arrancadas del territorio... es un desconocimiento histórico y cultural.

 

Las soluciones yo creo que la tenemos nosotras.  Creo que es un reto hablar de las mujeres indígenas cuando no se conocen nuestros derechos,  ni nuestras cosmogonías ... Invitaría a estructurar propuestas para que la Comisión Interamericana nos empuje. La representación en el Congreso creo que ha servido para dar afuera una idea de democracia que no existe.

 

En realidad, de la situación de las mujeres indígenas al interior de sus comunidades poco se habló, salvo pequeños atisbos de algunas mujeres que plantearon tímidamente la necesidad de revisar algunas prácticas tradicionales que las afectan. Según una indígena, ellas fueron persuadidas de centrar su atención en las conflictivas relacionadas con la pervivencia de sus pueblos, por considerarlas temas centrales en estos momentos de fuertes agresiones externas y porque como dicen los viejos “la ropa sucia se lava en casa”. Sobre la violencia intrafamiliar al interior de algunas comunidades, tema propuesto por una indígena en la reunión previa, se dijo “es mejor no hablar de eso porque es interno y eso lo tratan las autoridades tradicionales; además esa violencia es un producto del mismo conflicto armado”.

 

Según Enrique Cuetio, Gobernador del Resguardo Cero Tijeras del Cauca, no se debía hablar “de feminismos porque eso nos parte. Yo hablo como autoridad, tenemos problemas más generales que nos afectan a todos”. En este sentido, los discursos de las mujeres hicieron énfasis en los problemas estructurales que afectan los derechos de los pueblos indígenas y su relación con la sociedad mayoritaria.

 

 

Situación general de derechos y algunos casos relevantes

 

“Mi abuelo nunca pensó que esos vientos que soplan tan fuerte en la Guajira fueran a ser motivo de división y desplazamiento en las comunidades, que se fuera a producir energía limpia a costa de la muerte física y cultural de un pueblo”, dijo la wayuú Rosa Iguarán, para referirse a lo que consideran es la causa fundamental de las violaciones a sus derechos: los megaproyectos.

 

“El Parque aeólico generó divisiones en la comunidad. Un estudio sísmico para encontrar petróleo causó el desplazamiento de 35  familias, 180 personas. Los megaproyectos en la Guajira del parque aeólico, el carbón, el petróleo... están acabando los resguardos y desplazando los indígenas”, dijo. “La Guajira es un peladero, allá la guerrilla no va a llegar, pero sí hay paramilitares y andan tranquilos, mientras un fiscal de apellido Hinojosa anda amedrentando a las comunidades y pidiendo vacunas de recursos de regalías y transferencias”, dijo otra mujer de la Guajira.

 

Las mujeres indígenas son utilizadas para dividir a las comunidades en el sentido de que las enamoran y se las llevan, las usan para pelear con las autoridades y quedarse con las tierras. Los wayuú se están desplazando masivamente a Venezuela.   

 

Según Victoria Neuta, encargada del tema en la ONIC, las mujeres enfrentan nuevos retos para trabajar de acuerdo al legado que les han dejado, como trabajar para la vida, la cultura y mantener los territorios. La lucha ha sido dura y ha tenido muchos apoyos, pero han sufrido fuertes afectaciones por las problemáticas del conflicto, por el impacto de los megaproyectos que generan un problema muy fuerte de pérdida del territorio.

 

“Nos quieren quitar nuestras características con unas leyes que está sacando el gobierno... Los intereses de las multinacionales generan conflictos internos en las comunidades y en las organizaciones para no hacernos consulta y desestructurar los pueblos indígenas. Hay cooptación de líderes para que trabajen con las instituciones del gobierno, buscan desestructurarlos y hacer que dejen su trabajo en las organizaciones para que no luchen por los derechos de los pueblos indígenas. Nos tienen peleando las multinacionales por unas migajas para ellos quedarse con el pastel”.

 

Las mujeres del Cauca, por su parte, representadas por Filomena Chocué, destacaron como elementos centrales del problema de las mujeres su condición de botines de guerra, el reclutamiento niñas en los grupos armados, la servidumbre a que son sometidas, el abuso sexual por parte de los actores armados de todo tipo,  las amenazas contra su seguridad y la asunción de la responsabilidad de asumir la supervivencia de las familias. Denunciaron que son víctimas de  nuevas formas de colonización, de agresiones verbales y físicas, víctimas indirectas de todas violencias, por lo que se movilizarán del 21 al 24 de Julio, para exigir acciones de bienestar colectivo diferentes a las de los hombres.

 

“Muchas niñas  se ponen a jugar con los soldados y se desaparecen o aparecen muertas ya sea por  ellos o por la guerrilla”.

 

Otros temas planteados en la reunión se relacionan con los reiterados suicidios de jóvenes embera del Chocó, como consecuencia del conflicto, “que es un  monstruo grande, blanco, que se vuelve chiquitico, animal, pajarito, marrano, pero no se puede decir la palabra aburrición porque viene el espíritu del mal y se los lleva... Los Jaibaná (chamanes o sabios) dicen que son espíritus solos que han dejado los paramilitares y la guerrilla por tantas muertes. Otras veces dicen que son las aburriciones por tanta violencia. Siempre los jaibanás han hecho ese trabajo y han dicho que eso está muy fuerte porque agarran un espíritu y sale otro”.

 

En Tolima, se ha aumentado la emigración jóvenes a la ciudad para hacerse domésticas o realizar otros oficios. Son violadas por los patrones, que además las embarazan y las despiden. Tienen que regresar a la comunidad para que las ayude con los hijos y la carga de niños huérfanos es grande. La desolación de los terrenos y vías de comunicación es producida por los megaproyectos, dijeron sus representantes.

 

En la Amazonía, hay grandes ONG’s internacionales que intervienen de manera inadecuada en las organizaciones y pueblos indígenas. Con el supuesto de apoyar a la institución de las organizaciones, fragmentan las comunidades y llevan a la desintegración, la monetarización de los líderes, la aculturación, lo cual tiene incidencia directa en la desterritorialización.

 

Las demandas de las mujeres

 

Las mujeres solicitaron a la Comisión que recomiende:

 

;    Apoyo institucional para llevar a los jóvenes alternativas de vida y solución a sus problemas de bienestar.

;     La desmilitarización de los resguardos

;     La sensibilización a las indígenas y el conocimiento de sus derechos

;     Seguimiento y acompañamiento que garantice el territorio y los derechos de los pueblos indígenas

;     Que tengan en cuenta el Convenio 169 sobre consulta previa y se revise el tema del actual Censo Nacional de población que pretende reclasificar los indígenas con criterios altamente cuestionables

;     Que esto no quede en  quejas, que realmente el gobierno atienda estas recomendaciones.

 

 

 

 

El Desmonte y superación del paramilitarismo como fuerza de control autoritaria y criminal sobre territorios, rentas y voluntades ciudadanas es una aspiración de amplios sectores en el país. La pregunta es si la administración del Presidente Alvaro Uribe está conduciendo un proceso que nos lleve a buen puerto, en el que el incipiente estado social y de derecho salga fortalecido o muy por el contrario, estamos encaminados a un “reciclaje” de la actuación y un reacomodo de las modalidades delincuenciales que por veinticinco años han desarrollado estas fuerzas, expresión de poderes narcotraficantes, con alianzas en sectores políticos y económicos en buena parte del país.

 

Luego de treinta meses de establecida la mesa de Santa Fe de Ralito, las respuestas son más preocupantes y van en el sentido de constatar que este gobierno conduce una negociación de manera errática y que los mínimos a los cuales aspiran los sectores civilistas y democráticos no se cumplirán, por que no existe voluntad de hacer que este proceso asuma los mínimos de verdad, justicia y reparación, desmonte de las estructuras paramilitares, abandono de las practicas criminales y coercitivas y garantías de no repetición a futuro de las acciones criminales que estos grupos han cometido, en lo fundamental contra la población civil de muchas regiones, colombianas y colombianos en su gran mayoría pobres e inermes, desamparados de un estado lejano e indolente.

 

No habrá verdad, por que esta es peligrosa para intereses múltiples que prefieren el anonimato, la reparación es dudosa e incierta y justicia, pues todo depende, de lo que se entienda por esta, quizás si asumimos sanciones penales, hay muchas dudas sobre proporciones y sitios de reclusión, cuando se impongan.

 

El paramilitarismo es expresión de poderes mafiosos lanzados a un proceso de legalización, lo cual como propósito puede ser saludado de manera positiva, el punto es que tipo de legalización se esta dando, donde lo mafioso se mantiene y se persigue con saña el poder, entonces quedamos en que los poderes mafiosos persisten y el sujetarse a unos mínimos de cumplimiento de la ley y las normas de la democracia son asignaturas pendientes, poderes mafiosos que seguirán intimidando, usurpando, robando y acaparando de manera ilegal capacidad de actuación política y económica.

 

Se equivocan quienes afirman que el paramilitarismo esta por instaurar un nuevo orden, de características autoritarias y excluyentes, ese orden ya existe, un estado que no opera, un modelo económico que crece produciendo pobreza, un régimen presidencialista que se plantea como plenamente legítimo y el sumum de la democracia, en fin,  no es que vayamos hacia un nuevo modelo de actuación política y económica, lo que estamos presenciando en su legalización.

 

Nada bueno esta saliendo de santa fe de ralito, quizás lo único estimulante es que los establecidos de siempre también se están preocupando con los Señores de la Guerra, que vienen del campo hacia la ciudad, para controlar y hegemonizar y si mucho se descuidan para desplazar a los establecidos de hoy, para ser ellos los nuevos Dones, sin autoridad ni ejemplo, más allá del logrado por la fuerza, la intimidación y el aniquilamiento.

 

Nada bueno esta saliendo de Santa Fe de Ralito, es tiempo de recordar la Canción “Agúzate que te están velando”….

 

*Fundador de Redepaz – Asesor de la Corporación Nuevo Arco Iris

Muchas situaciones históricas difíciles han tenido que vivir los afrodescendientes del Pacífico colombiano, sin embargo, una que no olvidarán es la llegada de los cultivos de uso ilícito y de los actores armados. Por una parte, las guerrillas mantuvieron inicialmente, un área de la región como retaguardia de guerra, “descansaderos”, en donde en general, no se realizaban acciones militares directas, sino que servían como corredor entre la amazonía, la zona andina y el pacífico, o como paso para acceder a la frontera internacional del vecino Ecuador, por donde transitaban toda clase de mercancías licitas e ilícitas; comida, armas, uniformes, precursores químicos.

 

Sin embargo, las guerrillas y  por efecto de la geopolítica del conflicto armado, poco a poco fueron interviniendo en la zona, en donde se empezaron a implantar cultivos de coca, sobre los cuales ejercían vigilancia y control, no solo en la producción sino en la comercialización.

  

Los paramilitares, por su parte, llegaron a combatir a las guerrillas dentro de una estrategia contrainsurgente efectiva, (probada en otras zonas del país), en alianza con grupos de interés como  los comerciantes paisas  y algunos palmicultores, que habían sufrido los rigores de las acciones de la delincuencia común organizada y las guerrillas, por tanto,  requerían sus servicios, pero detrás de la entrada de los Paras también estaba la pugna a las guerrillas por el control de la producción y comercialización de la coca.

 

Las fumigaciones en el Putumayo, en desarrollo de la ejecución del Plan Colombia, produjeron el llamado “efecto globo”, pues mientras se “apretaba” la producción de ilícitos en este departamento, la coca y todo el circuito del narcotráfico se desplazaban vertiginosamente hacia el Pacífico Sur. Según estimaciones de líderes de los Consejos Comunitarios, los cultivos de coca ocupan hoy un 35% de las áreas con potencial de uso agrícola o forestal de la región, aún después de las fumigaciones.

 

El proceso de implantación del cultivo de coca en el Pacífico produjo diferentes impactos que aún no han sido calculados;  uno primario es la tala de bosques, que unida a la utilización de grandes cantidades de agua y agroquímicos, necesarios para el cuidado del cultivo y la transformación de la hoja en Pasta o Clorhidrato de Cocaína, han traído como consecuencia la disminución y daño de la fauna y flora, contaminación de las abundantes fuentes de agua, particularmente de los esteros, ríos y lagunas, afectando la biodiversidad, llevando a una ruptura violenta del equilibrio ambiental.

 

Obviamente, la producción de cocaína supone la llegada a la región de otras fases del Circuito de Drogas Ilegales, relacionadas con su comercialización, por ello, se crearon o utilizaron  rutas  de   transporte fluvial y marítimas, cuyo destino final era Centroamérica, lo  cual evidencia la fuerte presencia de organizaciones del narcotráfico en la región. Estas, como es de esperarse,  demandan condiciones de seguridad que los actores armados les ofrecen,  ejerciendo control militar y poblacional del territorio. 

 

Todo este  conjunto de factores llevaron a que la población en general, pero específica y mayoritariamente la afrodescendiente e Indígena, habitantes ancestrales de la geografía del Pacífico, fuera violentada y vulnerada en sus más elementales derechos,  que incluyen los derechos humanos, los civiles, económicos, sociales y culturales, el Internacional Humanitario, la residencia, la unidad familiar, la libre movilización y asociación, y el más elemental, el derecho a la vida.

 

La Violación masiva de los Derechos Fundamentales de los afrodescendientes se ha traducido en una Grave Crisis Humanitaria expresada en desplazamientos forzados individuales o colectivos, desaparición, tortura, tratos crueles y asesinatos de líderes y miembros de las comunidades.

 

Adicionalmente, la emergencia de poderes que monopolizan el control político local a través de amenazas, sobornos e intimidaciones y el silenciamiento de personas o sectores disidentes, está conduciendo a una grave situación de pérdida de los Derechos Políticos de las comunidades. De este modo se hace muy difícil competir democráticamente por el acceso al poder local, prolongándose así el ejercicio de un poder que satisface intereses particulares en favor de los movimientos armados y del narcotráfico y excluye una participación real de las comunidades organizadas.

 

La visibilidad de la Crisis Humanitaria en el Pacífico Sur, en los contextos regional y nacional, ha sido escasa en relación con la gravedad de los hechos que se están presentando  y como consecuencia, hay un déficit significativo en la atención a la población afectada o no existe una política pública capaz de reducir riesgos en materia de violaciones a los derechos humanos o al Derecho Internacional Humanitario.

 

Por otra parte, la libre Movilidad se ha visto restringida  por  los  actores  armados  y/o  por los agentes del narcotráfico, interrumpiendo o rompiendo prácticas ancestrales de ocupación territorial de las comunidades afrocolombianas que sustentan su identidad, soberanía y seguridad alimentarías en el recorrido físico de sus espacios vitales utilizados en actividades productivas como la pesca, caza y recolección de fauna y  flora sustento de buena parte de las familias.

 

Así mismo, desde lo organizativo, los límites o condicionamientos a la movilidad personal o colectiva, contribuyen a afectar los procesos de organización como los de los Consejos Comunitarios debido a la necesidad de convocar y realizar reuniones, capacitaciones,  mingas, etc.

 

Además, las prácticas agrícolas de monocultivo que implica la coca, acentúan el individualismo productivo y frente al narcotráfico se da prioridad al poder económico y de fuerza sobre el territorio, con lo cual, se limita la jurisdicción y legitimidad de los Consejos Comunitarios como autoridades étnicas y en general, no se permite la afirmación de las comunidades sobre su espacio.

 

De otro lado, la instalación de cultivos o el control sobre puntos estratégicos para la transformación y embarque de las drogas ha llevado a procesos violentos de expropiación de tierras y/o expulsión de población individual o colectiva, hecho que se conjuga con las acciones de fumigación aérea,  con la cual se destruyen los cultivos de pan coger y se afecta gravemente el entorno socio-ambiental donde se fundan las principales actividades productivas y socioculturales de las comunidades afrocolombianas.

 

Relacionado con lo anterior, se están produciendo dinámicas de acumulación de tierras adelantadas por foráneos, las que si bien en el corto plazo tienen que ver con la instalación de cultivos extensivos de coca, constituyen en el mediano y largo plazo la transformación sociocultural y económica de la región, al ser usadas para otros monocultivos como la Palma Africana o actividades económicas que igual golpean el control y gobierno ancestral del territorio.

 

Adicionalmente, el control del territorio por parte de    los    actores     armados,     ha     creado     una “para institucionalidad” al servicio de los intereses de la guerra y por tanto, de sus protagonistas, a través de la cual se está profundizando la deslegitimación de los pocos espacios del Estado. A su vez la escasa institucionalidad existente no está propiciando espacios de acercamiento con las comunidades, ni ejerce su obligación de protegerlas, sino que en muchas oportunidades es instrumentalizada al servicio de los intereses de la guerra. Se percibe una deslegitimación creciente de las autoridades locales y del nivel regional, tanto por el avance de los poderes armados y la imposición de sus normas como por la deficiente capacidad de estructurar y poner en practica procesos de participación reales y efectivos que sirvan de soporte para el fortalecimiento democrático institucional.

 

Ahora bien, la introducción de modelos productivos y de consumo propios de procesos violentos de acumulación de capital, van acompañados de dinámicas de agresión socioculturales en donde se establecen nuevas pautas de referencia para el reconocimiento de la autoridad, ahora basadas en la posesión de armas y de capital.

 

De esta manera se rompen los referentes culturales propios, así como el saber tradicional, el papel de los troncos familiares, la elaboración de la tradición oral y los sistemas raizales de socialización de las nuevas generaciones, al situarse como principal referencia de reconocimiento la posesión de bienes de uso suntuario (relojes, celulares, bebidas alcohólicas, ropa de marca, joyas, motos, etc.) o armas, introduciendo un proceso rápido de  interiorización de prácticas consumistas que conllevan al desprecio del patrimonio cultural.

 

Desde esta perspectiva, se busca establecer un nuevo orden de valores que conduce a la pérdida de la autoestima, auto reconocimiento e identidad de la afrocolombianidad, hecho que se expresa socialmente en la discriminación de su cultura y sus valores.

 

En cuanto hace a impactos socioeconómicos, la instalación de la economía del narcotráfico genera tendencias inflacionarias, con lo cual se deteriora la capacidad de compra de quienes   se    mantienen    por    fuera   de  esta economía y distorsiona el precio de la mano de obra local. Este hecho también repercute sobre las prácticas culturales de orden económico basadas en la contraprestación o trueque de fuerza de trabajo como la “mano cambiada”, o en trabajos comunitarios como la “minga”, las cuales se asocian a contextos económicos caracterizados por una baja dependencia de insumos externos.

 

De este modo, la economía de los cultivos ilícitos desordena en general la organización tradicional de la sociedad local afrocolombiana y se convierte en un factor perturbador de la serie de relaciones en donde se afianzan los lazos de solidaridad comunitarios. La proliferación de mecanismos para incrementar la creciente oferta de bienes y servicios como la venta a crédito de bienes suntuarios, genera a su vez una alta dependencia sobre el acceso al dinero circulante, siendo este el contexto en el cual se toma el poder  la economía ilegal como principal medio de acceso al dinero, tan necesario para adquirir las mercancías a las que constantemente se induce su consumo y cuyo precio es alto dada la tendencia inflacionaria.

 

Generar resistencia al proceso de acumulación

 

Si bien el mercado es una realidad que funda la economía global, su afianzamiento unido a la economía de cultivos ilícitos en el pacífico sur, conlleva al deterioro de procesos socioculturales que sirven de base para el mantenimiento y desarrollo del sentido de la comunidad afrocolombiana. La economía de las drogas representa la manifestación más radical de un poder que desestructura - reestructura la realidad de las comunidades tradicionales, introduciendo de manera violenta nuevos referentes en la serie de interrelaciones sociales, transformando profundamente el entorno cultural, ambiental y el necesario sentido de pertenencia.

 

Por tales razones es necesario generar resistencia a este proceso de acumulación liderado por un lado por la economía ilegal de las drogas y de otro, por monocultivos como la palma, en cuya dinámica originaria se perciben de igual manera, procesos de avasallamiento cultural, en los cuales la condición de legalidad o ilegalidad no es garantía de disminución de las daños o niveles de violencia que están produciendo unos y otros fenómenos. Por las anteriores consideraciones, las comunidades afrocolombianas del Pacífico Sur se proponen como una de sus estrategias de resistencia la recuperación de las prácticas y sistemas tradicionales de producción y sus inherentes relaciones socioculturales de solidaridad.

 

A través de ese proceso se busca la recuperación del territorio y el rescate de la cultura, que debe ir acompañado de  propuestas educativas propias que fortalezcan el proceso en las nuevas generaciones.

 

Simultáneamente, se busca rescatar el sentido de calidad de vida, de modo que se diferencie de los patrones de la economía de mercado que ha introducido el parámetro de nivel de vida, entendido este más por los bienes que se poseen y consumen de acuerdo con las pautas del mercado que por el bienestar de la población.

 

El proceso propuesto se inscribe también en el reconocimiento a la necesidad de un cambio en la política antidrogas y en las actuales estrategias de desarrollo alternativo gubernamentales, (que nunca se llevaron a cabo en el pacífico sur), realidades globales para cuya transformación se deben unificar esfuerzos con sectores sociales alternativos y la comunidad internacional sensible a estos temas, internacionalizando el trabajo.

 

Finalmente, la sangre, el dolor, el desarraigo, la tristeza y la muerte de tantos hombres y mujeres afrocolombian@s no tendría sentido, si no se hace una lectura integral y propositiva sobre las consecuencias y lecciones que deja la llegada de los cultivos ilícitos y los actores armados a sus territorios, en la generación de estrategias de resistencia reales, teniendo en cuenta que detrás de este proceso hay un planteamiento estratégico de ocupación física-espacial por parte del capital, en la apropiación de la biodiversidad y por supuesto, de la necesaria “limpieza” de “indeseables” que eventualmente cuestionaran su desarrollo, detrás, delante y por los lados, también están los megaproyectos dándose sus mañas para expropiar y expulsar afrodescendientes, claro sin que parezca.



[1] Antropóloga - Administradora Pública. Ex Gerente Regional del INCORA Nariño-Putumayo. Investigadora Independiente

Los jóvenes son remisos. Se esconden de la Policía, no tienen papeles ni viajan a pueblos cercanos con tal de no ser sorprendidos por el Ejército. Es el caso de Harold, un gitano de 19 años, es remiso hace seis meses. Sus amigos no lo han vuelto a ver por las calles del barrio Bella Vista, de Bogotá, pues en una tarde de abril, cuando iba a visitar a su mejor amigo, fue sorprendido por una requisa de la Policía. Estupefacto, y con las manos mojadas de sudor, pudo volarse y esconderse detrás del mostrador de una tienda.

 

Él, por temor a que se lo lleven a prestar el servicio militar, vive prevenido: no sale de su casa, ni de la ciudad y tampoco ha podido entrar a la universidad porque le hace falta la libreta militar. "Los gitanos no tenemos miedo, lo que pedimos es que respeten nuestras costumbres. Esta obligación es algo inventado por los gadyé–personas no gitanas– y nosotros no estamos acostumbrados, ni a cumplir horarios, ni trabajar con armas, y menos alejarnos por tanto tiempo de nuestras familias".

 

Para preservar la cultura

 

Una situación similar a la de Harold viven unos 350 gitanos en el país, entre 18 y 20 años, que representan el 17 por ciento de los dos mil gitanos que hay en Colombia, y consideran que esta medida atenta contra su integridad étnica y cultural.

 

El pueblo Rom –como se llaman– es considerado en Colombia como un grupo étnico desde 1998 (gobierno de Andrés Pastrana). Una raza que ha migrado desde el año 1000 de India y se encuentra dispersa por diferentes países del mundo pues no pertenece a ninguno. Sus miembros llegaron a Colombia desde la época de la colonia huyendo de las múltiples persecuciones que los obligó a buscar asilo en América Latina. Entraron por el puerto de Barranquilla y aún conservan sus raíces lingüísticas y habitan en espacios geográficos determinados a los que llaman kumpanías.Están en Bogotá, Girón, Cúcuta, Medellín y Duitama.

 

Los Rom se han esforzado durante siglos en mantener alejados a sus hijos de los gadyé para preservar la pureza de su sangre y, por ende, su cultura.

Alexánder Gómez, de 20 años, es uno de los afectados pues fue incorporado en julio del año pasado al Batallón Plan Energético Vial, de Samoré (Norte de Santander).

 

Gitanos en el Ejército

 

Fue reclutado, dice él, en contra de su voluntad en Cúcuta, cuando el Ejército lo encontró sin libreta militar. "Ni estoy acostumbrado a cumplir los horarios que me imponen ni a obedecer órdenes, porque nuestros padres nos educan basados en la libertad y solo les debemos obediencia a ellos y a las autoridades y leyes gitanas", dijo Alexánder.

 

Sus padres han exigido –por medio de cartas y un derecho de petición– al Ministerio de Defensa y al comandante del batallón que lo retiren del servicio militar, pues les atormenta la idea de que la permanencia junto a personas ajenas a su comunidad le haga perder sus creencias y olvide hasta su lengua. Pero, desde el 12 de enero cuando enviaron la solicitud, la familia Gómez ha pasado de batallón en batallón y hasta ahora nadie ha dado una respuesta definitiva.

 

"Él no comentó nada de que era gitano. Si él me dice que hacía parte de un grupo étnico, pues yo lo dejo ir. Es muy probable el retiro, pero yo necesito establecer los parámetros que me exige la ley. Yo no soy autoridad para retirar a nadie de la institución", afirmó el teniente coronel Juan Guillermo Rojas, comandante del Batallón Plan Energético Vial, de Samoré.

 

Ninguna ley los exonera

 

Voceros del Ministerio de Defensa aseguraron que desde 1999 los gitanos son considerados como una minoría étnica, pero no existe una ley que diga que deben ser exonerados de prestar el servicio militar. Solamente uno de los cuatro grupos considerados como minorías étnicas (indígenas, afrocolombianos, gitanos y raizales) tiene esta posibilidad. Desde 1991, con la Constitución Política, los aborígenes no están obligados prestar este servicio a fin de "proteger la diversidad étnica y cultural de la Nación". Pero los líderes de esta comunidad –frente a los derechos consagrados para los pueblos indígenas– exigen que la mencionada exoneración sea extensiva grupos étnicos como ellos.

 

Una ley que los excluya

 

Según la misma comunidad, en toda la historia de los gitanos en el país, solo dos de sus hombres, han llegado a las filas de las Fuerzas Militares. El primer caso fue el de Yiyo Gómez, reclutado en 1990 en el municipio de Villeta. Fue llevado a la dirección de reclutamiento en Bogotá y culminó el servicio 18 meses después. El segundo es el de Alexánder Gómez. En su caso el Ministerio de Defensa no confirma nada, debido a que no existen los registros sobre las creencias de los hombres que están en las Fuerzas Militares. Yiyo Gómez está de acuerdo con que las personas de su comunidad lo hagan. "Qué vayan y se vuelvan más hombres, yo creo que eso los va a formar y no les va a quitar lo gitanos que puedan ser".

 

Los gitanos están dispuestos a presentar un proyecto para que se expida una ley que los exonere del servicio militar. El coordinador general de Prorom (Proceso Organizativo del Pueblo Rom de Colombia) está abriendo caminos para realizarlo. "Ahora el proceso está comenzando, estamos siendo asesorados por grupos de abogados especializados en el tema para comenzar el proceso. No somos buenos soldados y somos una minoría de dos mil personas que no afectaría en nada el reclutamiento de soldados en el país".

 

La ley de los gitanos

 

Los gitanos de todo el mundo se han organizado según la ley gitana, basada en el respeto, el orden de la familia y el valor de un hombre en el cumplimiento de su palabra.

 

Los Rom tienen autoridades tradicionales que son llamados ‘Sere Romengue’. Ellos administran la justicia, en ejercicio de su jurisdicción especial llamada Kriss Romaní, que es en la práctica su propia jurisprudencia.  "Ellos han establecido que los hombres Rom les está vedado culturalmente participar en las fuerzas armadas", comentó Véncer Gómez.

 

Los gitanos de Colombia se dedican a trabajar con metales y son negociantes por naturaleza. Las mujeres practican el arte de la adivinación. Hablan su propio idioma llamado romanés y viven unidos en diferentes kumpanías de las ciudades donde se han asentado. Han creado fronteras étnicas a partir de un sistema de exclusividades y excluyentes que definen los espacios propios en donde los gaydé no son bien vistos. Por esto, durante siglos se les ha invisiblizado dentro de la sociedad y poco se conoce de ellos.

Los amigos de la Asociación de Cabildos del Norte del Cauca y del Consejo Regional Indígena del Cauca, ante la avalancha de acciones violentas contra su proyecto de vida acaecidas durante los últimos meses, han pedido al mundo que caminemos con ellos en “minga por el plan de vida”. Nos han convocado a organismos, pueblos y organizaciones mundo para que en un gesto de solidaridad nos comprometamos con “la defensa de la vida, la libertad, la justicia y el derecho a la libre autodeterminación y autonomía de los pueblos”. Todo ello en momentos donde el individualismo y la desesperanza, por la ausencia de un proyecto humano colectivo orientado al bien común, parecen haber llegado a extremos que hacen inviable la vida misma..

 

Y han llegado con sus notas frescas para recordarnos que los proyectos de oscuridad que parecen imperar en estos tiempos aciagos no representan las ganas de vivir de millones de habitantes del planeta, que buscan armonizar sus sueños y expectativas reconciliándose con los hombres y con la naturaleza; que desean reconstruir sus lazos de hermandad para crear comunidad y reconstruir un sentido colectivo de vida que cree común unidad, es decir, comunidad.

 

Nos han pedido movilizar los respaldos al Plan de Resistencia del Pueblo Nasa, a través de estrategias de comunicación, presión política a los gobiernos y acompañamiento directo, “en una Campaña solidaria contra el silencio y la ceguera, que visibilice su proceso e impida que los actores de la guerra y la propaganda los desaparezcan o aniquilen.” Y en esto también han sido pioneros los nasa, al entender el papel dinámico de la comunicación y la información no sólo como herramientas, vehículos o instrumentos para el ejercicio de la política, sino como elementos fundacionales de la misma relación entre los hombres donde se articulan el pensamiento, la palabra y la acción en la búsqueda de consensos para la construcción de objetivos comunes de desarrollo y de vida, desde lo local comunitario. 

 

En un mundo globalizado, donde el espacio de las telecomunicaciones se encuentra concentrado y monopolizado por pequeños grupos empresariales y trasnacionales, los sectores populares y de manera particular las etnias, se han visto excluidas del escenario por los altos costos, conocimientos y tecnologías que éstos implican. De este modo, sus voces han sido silenciadas permanentemente y la realización de sus derechos económicos, sociales y culturales se han visto más fácilmente vulnerados por el manto de silencio que los cubre, como resultado de una verdadera dictadura informativa.

 

Sin embargo, cada día los pueblos indígenas y en general las etnias son más conscientes de este bloqueo y han buscado la forma de democratizar el sistema informativo nacional y mundial, de acceder a los medios de comunicación masiva, y porque no al ciberespacio. Y a ello ha contribuido la existencia de proyectos independientes como el Sistema de Información www.etniasdecolombia.org y el Periódico Actualidad Étnica, impulsados por la Fundación Hemera, que se han constituido en un importante dinamizador de la construcción de redes entre pueblos y etnias del mundo, para potenciar sus procesos internos de comunicación e información orientados al logro de la paz en sus territorios y al desarrollo.

 

Baste citar como ejemplo, la Emisora Comunitaria “Voces de nuestra tierra”, del Resguardo Municipio Indígena de Jambaló. Esta emisora, que surge de las entrañas mismas del proceso de consolidación del resguardo y ha logrado articular su trabajo a las tareas de desarrollo del “Plan Global”, cumple un papel concientizador y promotor de alternativas de resolución de conflictos diferentes al conflicto armado y a la guerra, de construcción de la paz en sus territorios, de consolidador de su autonomía y gobernabilidad propia, e incluso de movilizador para la defensa de sus derechos vulnerados por la presencia de grupos armados ilegales en su territorio.

 

Tuvimos la oportunidad de comprobar en carne propia su eficacia, pues a través de la radio comunitaria se logró la movilización de todas las comunidades del resguardo y fuimos literalmente salvados de posibles agresiones, por parte de actores armadops ilegales. Pero estos procesos tan importantes, tienen la limitación de no poder constituirse en un ejemplo para otros procesos sino se articulan a redes que los lleven mas allá de las fronteras de su territorio, por el aislamiento que tienen del sistema mundial (y aún regional o nacional) de información. Y en esto nos hemos encontrado. Ellos nos nutren con su información y nosotros nos hacemos eco de sus voces, sin perder nuestra propia identidad. Otros a su vez multiplican nuestras voces, configurando esa red invisible pero real que expande un grito cada vez a más oídos.

 

Éste ha sido nuestro reto y creemos que lo hemos cumplido bien:  fortalecer procesos existentes y dinamizar la creación de proyectos similares en donde no los hay, con miras a desarrollar un verdadero sistema de información al servicio de las etnias, que además trascienda las miradas propias e interactúe con otras miradas. Y así, venimos respondiendo a este clamor de las etnias indígenas, afrocolombianas, mestizas, gitanas, al clamor de nuestros amigos de la ACIN de constituir estrategias de comunicación e información.

 

Desde hace 172 semanas, semana tras semana, hemos venido atendiendo al llamado de nuestros hermanos nasas del Cauca. Hemos publicado más de 300 noticias, informes y documentos que hablan de sus esfuerzos de construcción de identidades políticas, culturales y sociales propias, pero también de su inserción en las dinámicas nacionales y globales de construcción de sentidos diferentes a la monetarización de la vida privada y colectiva.

 

Queremos aprovechar este llamado para decirles: Aquí estamos y aquí estaremos, hasta donde nos alcance la vida, porque sólo a través del reconocimiento y del entendimiento intercultural podremos construir un futuro mejor para nuestros hijos.

                                                                       Me niego rotundamente a negar

mi voz

mi sangre y mi piel

me niego rotundamente

a dejar de ser yo,

a dejar de sentirme bien

cuando miro mi rostro en el espejo

con mi boca

rotundamente grande,

mi nariz rotundamente hermosa

y mis dientes rotundamente blancos,

y mi piel valientemente negra

y me niego categóricamente

a dejar de hablar mi lengua, mi acento y mi historia

y me niego absolutamente

hacer parte de los que callan,

de los que temen

de los que lloran

por que me acepto rotundamente libre

rotundamente negra

rotundamente hermosa.

 

Uno de los propósitos y aportes de la Expedición Pedagógica Nacional, ha sido visibilizar las diferentes maneras de ser maestro y hacer escuela en las regiones del país. A lo largo de los años de recorrido expedicionario, los maestros y maestras Colombianos hemos tenido la oportunidad de mirar de una manera diferente lo que ocurre con la educación en nuestras comunidades y hemos podido asombrarnos de lo que nuestros colegas hacen en otras partes de nuestra geografía; en este encuentro, también hemos aprendido a mirarnos a nosotros mismos.          

 

La expedición y cada una de sus rutas han propuesto diferentes formas de movilización física y del pensamiento, ha significado poner en discusión nuestras miradas, descentrar nuestros puntos de vista, atrevernos a mirar de una manera diferente y desde lugares y propósitos diferentes. La ruta afrocolombiana además de tener un itinerario geográfico, se orienta por una pregunta movilizadota acerca de la manera como los educadores y educadoras de diversas regiones de nuestro país  han pensado, incluyendo de su práctica afrocolombiana.

 

La Ruta Afrocolombiana es una apuesta por el reconocimiento de las múltiples formas de ser maestro y hacer escuela en tres regiones del país (Caribe, Bogotá y Cauca), orientada por una inquietud común: ¿de qué manera la cultura Afrocolombiana está presente o ausente en nuestras escuelas?. No es una pregunta orientada a los maestros afrocolombianos que habitan en comunidades afrocolombianas, es una pregunta al país y a la educación por su legado histórico de tradición cultural afrocolombiana. Por ello es que la mirada no se construye solo en el pacifico caucano o en la costa caribe; en ella participan habitantes urbanos, escuelas de zonas rurales en contextos andinos, poblaciones ribereñas y comunidades ligadas a los ríos, por que estamos convencidos que a todos nos compete la pregunta por la manera como nuestras tradiciones culturales de origen étnico, están  o no presentes en la escuela y la educación de nuestras regiones y el país.

 

En el presente artículo, daremos a conocer algunos de los debates que hoy hacen parte del campo académico de la etnoeducación, un proyecto alternativo de educación nacido de los movimientos sociales liderados por los grupos étnicos y sus organizaciones, que busca contribuir al fortalecimiento de los planes de vida de sus comunidades. Las discusiones que plantea la Ruta, tienen que ver con la manera de entender la diversidad cultural y el papel de la escuela y la educación en la concreción de un proyecto de nación que reconozca dicha condición. Mostraremos algunos elementos del panorama histórico de nuestro país y la manera como la diversidad se configura con el. Creemos que este ejercicio es fundamental para enriquecer los actuales debates y miradas acerca del papel de la educación en la consolidación de un nuevo proyecto  de ciudadanía y de democracia.

 



[1] De Revista Afroamérica, una contribución especial para Actualidad Étnica 

 

Maidol Arredondo, directiva de la Fundación para el Desarrollo Humano y Comunitario de La Guajira, una ONG que desarrolla diversas actividades en la Sierra Nevada de Santa Marta desde hace varios años, informó sobre una situación delicada que en materia de salud se está presentando actualmente en territorio Wiwa, una de las etnias más afectadas de la Sierra.

 

Al respecto señaló que en las comunidades Wiwa de Mamarongo, El Limón, La Laguna, Guamaka, entre otras, localizadas en jurisdicción de Riohacha, en la cuenca alta del río Ranchería, se han presentado varios casos de personas cuya sintomatología es la siguiente: fiebres, dolores de cabeza, dolores musculares, diarreas, vómitos, sangrado nasal y en algunos casos sangrado por la boca, lo que hace pensar que se pueda tratar de un brote de dengue hemorrágico.

 

De acuerdo a lo expresado por Maidol Arredondo, las autoridades locales de salud, tanto del municipio como del departamento, no han hecho nada para indagar sobre la eventual relación de esta sintomatología con una epidemia de dengue hemorrágico. Al parecer, dichas autoridades han señalado que esos asuntos son competencia de la ARS y no de las administraciones municipal y departamental.

 

Teniendo en cuenta la visión holística que caracteriza la cosmovisión Wiwa y su vulnerabilidad cultural y social, este problema de salud aparece estrechamente asociado al ejercicio de sus derechos humanos, pues pone en riesgo la existencia de una etnia protegida por la normatividad nacional e internacional.

 

 

Los Wiwa: un pueblo que desaparece

 

Los indígenas Wiwa son un pueblo que se localiza en la vertiente nororiental de la Sierra Nevada de Santa Marta, entre los ríos Barcino y Guamaca. Allí comparten su territorio con los Kogui o Kággaba en los resguardos de Campo Alegre (Becerril) y Kogui-Malayo-Arhuaco de Valledupar, pero también existen pequeños asentamientos en la vertiente norte de La Serranía y una comunidad en la Serranía del Perijá. Hoy su población se calcula en unas 5.785 personas, localizadas en un perímetro de 383.879 hectáreas que contiene 26 comunidades.

 

Los grupos de la Sierra han sido de los pueblos que menor contacto han tenido con la sociedad nacional. En la cabeza de su organización política se encuentra la autoridad de los cabildos, institución heredada de la colonia, pero existe una autoridad superior espiritual que recae en la figura de los mamos y tiene como fin armonizar el pensamiento con la acción y la naturaleza. Al igual que otros grupos del país, los Wiwa también cuentan con una organización regional que agrupa a todas las comunidades en la Organización Wiwa Yugumaiun Bunkuanarrua Tairona (OWYBT).

 

La situación de derechos humanos de esta comunidad puede catalogarse de crítica. Así lo evidencia la desaparición de las comunidades La Laguna, El Limón, Marokazo, Dudka, Linda y Potrerito y el destierro de 850 indígenas que andan a la deriva, viviendo del apoyo de sus familiares. En los dos últimos años, según el Cabildo se presentó el asesinato sistemático y selectivo de 50 de sus líderes y la desarticulación sociocultural y espiritual de las comunidades que otrora habitaban en el departamento de la Guajira, por violaciones que comprometen fundamentalmente a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), a las FARC EP y a las FFMM. 

 

La ola de violencia comenzó a partir de la masacre del 12 de Enero del 2001 perpetrada en el sitio la Ye, donde murieron siete indígenas. Desde entonces la violencia contra las comunidades Wiwa de las estribaciones de los ríos Ranchería, Guachaca, Palomino, Jerez y Tapias se ha desatado sin contemplaciones, con acciones que según los pobladores comprometen al Bloque Norte de las Autodefensas y a efectivos de las Fuerzas Militares adscritos a los batallones Cartagena y Rondón: bombardeos indiscriminados, saqueos a las tiendas comunitarias, destrucción y quema de viviendas, profanación de tumbas y sitios sagrados, desplazamiento de seis comunidades, amenazas y asesinatos, son algunas de agresiones infringidas a este pueblo. En lo corrido del año 2004 han sido asesinados cuatro indígenas y han sido desplazadas las comunidades de La Celosa, Sabana Joaquina y El Filo del Machín. Ellas tuvieron que abandonarlo todo el pasado domingo 11 de abril, cuando la Fuerza Aérea realizó bombardeos indiscriminados que afectaron sus territorios.

 

Toda esta situación, ligada a los bloqueos económicos ejercidos por las autodefensas, ha tenido impactos desastrosos en la vida de esta comunidad que desde hace más dos años padece una aguda crisis alimentaria. La estrategia de terror y hambre aplicada contra este pueblo, en contra de todos los preceptos establecidos por la carta de derechos humanos y el derecho internacional humanitario está cumpliendo su cometido: afectar las posibilidades de desarrollo de esta etnia, cuya única culpa parece ser la de estar “en el lugar equivocado”, pues -según distintas fuentes de organizaciones indígenas- el desarrollo de varios megaproyectos ha generado la situación de violencia que se vive en la zona. Son ellos:

 

·         La construcción de la represa de Bezotes en la cuenca del Río Ranchería, que, aunque no se desarrollaría al interior del resguardo, si afectaría zonas sagradas.

·         La desviación del cauce del río Ranchería para facilitar la extracción carbonífera.

·         La puesta en marcha de un complejo plan etnoturístico en la Sierra Nevada de Santa Marta, que sería entregado por concesión a la empresa privada y que de manera informal fue anunciado hace algunos años por el entonces ministro del Medio Ambiente, Juan Mayr.

 

Así, el terror y el destierro se constituyen en los métodos más eficaces para “limpiar” los territorios ancestrales que “se oponen” a una concepción de desarrollo que se ha impuesto en occidente dejando de lado principios y valores étnicos y culturales que construyeron durante milenios diversas culturas de la humanidad. Hoy estas comunidades indígenas sobreviven en medio de la enfermedad, el hacinamiento y la inseguridad ocasionado por la ausencia de políticas que garanticen su derecho a la diferencia y por el sistemático desplazamiento forzado al interior del resguardo en la Sierra Nevada. Las cifras hablan por sí solas, aunque la Fundación Hemera sólo ha logrado documentar 22 casos de homicidio y la memoria oral de sus líderes habla de 50 víctimas, y por lo tanto las cifras son sólo puntos referencia, al mirar la evolución por años sí es posible observar una tendencia de incremento y ver como los tipos de violación predominantes son el homicidio y el desplazamiento, no registrándose denuncias de amenazas. Es decir, a los wiwa simplemente se les mata o se les desplaza, ni siquiera media la amenaza.

 â€œHermanos indígenas y campesinos llego el momento de estrechar las manos para continuar en el tejido social por la vida, la existencia y la dignidad de nuestros pueblos”

 

  

Para nadie en el nudo de los pastos es desconocido que la existencia milenaria y actual del pueblo de los pastos esta latente y seguirá luchando por la prolongación de la vida. En este caso sus habitantes se reunirán este 19, 20 y 21 de junio del 2005 para compartir experiencias, pensamientos, semillas y sobre todo realizar el culto al “PADRE SOL” con un sentido homenaje al SOLSTICIO DE VERANO.

 

En nombre de quienes estamos recorriendo este camino presente e intenso y de quienes lo van a seguir recorriendo…. En nombre de quienes siempre supieron de la importancia de unificar los sonidos sagrados y aún lo siguen haciendo a través de nuestros instrumentos ancestrales; En nombre de la eternidad que vive en cualquier tiempo y en cualquier espacio. Desde Los Andes, donde el corazón eterno siempre brilla, te invitamos a emprender la peregrinación en este Primer Encuentro para unificar nuestros corazones, a través de los instrumentos sagrados acompañando la transición de un nuevo recorrido del Sol.

  

En este encuentro sagrado, nos toca recuperar nuestro sentimiento y corazón ancestral, nuestra fuerza y experiencia generacional guardada en nuestra sangre. También de consolidar el proceso que ya hemos emprendido de volver a nuestra identidad y sabiduría que emergen de la conciencia y la armonía.

 

Este tiempo es de unificación, no solamente de intenciones; hablamos de una unificación que busca la armonización con nuestra naturaleza interna, con la Pachamama (Madre Tierra) y con el "Multiverso" que nos abrazan.

 

A Ti, Hermana, Hermano, si alguna vez te ha inquietado ver el brillo de las estrellas, o sentiste que el viento conversaba y acariciaba tus cabellos, que tal vez percibiste el amanecer del sol en tu corazón, que el agua te haya cantado muchos versos en tu caminar, a Tí te llamamos, para que continuemos caminando en la armonía siempre presente en el corazón de la historia de Los Andes. Es tiempo de retomar y retornar a nuestra fuente y fuerza inicial eterna y natural. Hermana, Hermano, sabemos de tu caminar y que podemos reconocernos al andar, aún si nuestros ojos jamás se vieron, porque nuestros corazones laten en una misma vibración.

 

Hermanos indígenas en este encuentro el Sol y la Luna llena están en oposición “21 de Junio del 2005” que es nada mas, ni nada menos que la celebración del solsticio de verano, tan antigua como la misma humanidad. Se puede decir que todo empezó desde hace cerca de 5,000 años, cuando nuestros antepasados, tan asiduos a observar las estrellas, se dieron cuenta que en determinada época del año, el Sol se mueve desde una posición perpendicular sobre el trópico de capricornio, hasta una posición perpendicular sobre el trópico de cáncer.  En un principio se creía que el Sol no volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días eran cada vez más cortos.

 

Por eso desde tiempos inmemorables, nuestros ancestros, realizaron ceremonias con la vibración de la música y la danza unida al sentimiento y a la conciencia, teniendo plena sabiduría de la fuerza del sonido y de lo que se podía transmitir a través del mismo. Lo que es LA CEREMONIA DE OFRENDA Y PEREGRINACIÒN PARA EL DESPERTAR DE LOS ANDES con razón, fogatas y ritos de fuego de todas clases se iniciaban en la víspera del pleno verano, o 21 de junio, para simbolizar el poder del sol y ayudarle a renovar su energía.

 

Para los nosotros los indígenas pastos, en estos tiempos este rito se confunde en el sincretismo religioso  que impuesto y fundamentando por las ideologías de occidente en especial  de la religión católica, lo han cambiado con la ofrenda de fuego a “SAN PEDRO Y SAN PABLO” diciendo “Taitico San Pedro y San Pablo deje las puertas del cielo abriendo y las del infierno atrancando y vengase a calentar”,

 

Dentro del sistema simbólico ritualistico se celebran las fiestas solsticiales desde dos puntos de vista; el primero Místico como amor a Dios y el segundo Astronómico como amor a la Naturaleza. La adoración a la naturaleza es una devoción religiosa dedicada tanto al Universo como a un ser colectivo deificado incluyendo los elementos de la materia, los cuerpos celestiales, las plantas, los animales y la humanidad.

 

La adoración a los elementos no parece darse en las religiones más toscas pero, con frecuencia, surge en etapas más tardías del desarrollo religioso. La adoración al fuego, comprobada entre muchos pueblos primitivos, alcanzó su desarrollo más alto en la antigua secta parsi de Persia. Los cuerpos celestiales han sido deificados en los sistemas religiosos tanto de pueblos primitivos como de pueblos altamente civilizados. Los khoikhoi de Suráfrica adoraban a la luna; el culto al sol era practicado por los iroqueses y otras tribus norteamericanas, y alcanzó un alto grado de desarrollo entre los pueblos indígenas de México y Perú.

 

El sol era también una deidad hindú, considerada maléfica por los dravidianos del sur de India, pero benevolente para los munda de las zonas centrales. Los babilonios adoraban al sol y reverenciar al sol en la antigua Persia era parte integral del elaborado culto a Mitra. Los primitivos egipcios adoraban al dios del sol Ra; deificaron también a la luna y a la estrella Siria. Otras divinidades egipcias incluían las constelaciones y las estrellas circumpolares.

 

Las plantas y los árboles han sido adorados como tótem o debido a su utilidad, belleza y aspecto intimidante. Son considerados por igual como santos en sí mismos o como lugares donde habitan los espíritus. Tanto la planta soma de India y la coca de Perú han sido adoradas por las propiedades narcóticas de sus derivados. Las cosechas fueron consideradas como albergues protectores de los espíritus de la fertilidad y han sido exaltadas tanto por tribus primitivas.

 

Retomando el Solsticio de Verano; La palabra "solsticio" viene del latín "sol staticus", que significa "sol quieto". Se llama así porque durante unos días el sol sale por el mismo sitio y  El día 21 del solsticio de junio se considera el más largo del año en el hemisferio norte además en el solsticio de junio, los días son los más largos del año, el sol sube muy alto en el cielo, y las noches son cortas y durante el solsticio de diciembre pasa todo lo contrario que en el de junio: el sol sale al sur del este, los días son cortos, las noches son largas, y el sol nunca sube mucho. Es decir cuando el Sol se encuentra en los solsticios de verano1 (21 de junio) y de invierno1 (21 de diciembre), alcanza la máxima distancia con respecto al ecuador celeste, 23°.5, tanto hacia el Norte como hacia el Sur. En este caso la terminología que se utiliza es la siguiente: solsticio de junio con el principio del verano astronómico y solsticio de diciembre como el principio del invierno astronómico

 

En el aspecto astronómico de las fiestas de los Solsticios El 21 de junio se celebra en el hemisferio norte y es el día más largo del año. Definitivamente no es un día como los demás, la naturaleza, el hombre y las estrellas se disponen a celebrar una fiesta, cargada de gran poder y de magia. Hadas y deidades de la naturaleza andan sueltos por los campos; los agricultores dan gracias al verano, por las cosechas, las frutas y por disponer de más horas para cumplir con sus tareas y entregarse a la diversión. También es el momento justo para pedir por la fecundidad de la tierra y de los mismos hombres.

 

En el hemisferio Norte el solsticio de verano se produce el 21 o 22 de junio, mientras que el solsticio de invierno lo hace entre el 21 o 22 de diciembre. La situación en el hemisferio Sur resulta opuesta como consecuencia de la inversión estacional. En ambos casos, se trata de los puntos donde la órbita aparente del Sol alcanza la máxima distancia angular norte y sur con respecto al ecuador celeste.

 

"..la oposición del Sol con la Luna llena representa los «mecanismos conceptuales» necesarios para codificar el cruce solsticial, porque la Luna llena se encuentra, por definición, a 180º a lo largo de la eclíptica respecto del Sol. Si, por ejemplo, hay Luna llena la víspera del solsticio de junio, al ponerse el Sol por el noroeste, la Luna llena sale por el sureste, que es por donde saldrá el Sol en el solsticio de diciembre. A la mañana siguiente, cuando la Luna se pone por el mismo punto del horizonte por donde su pondrá el Sol en el solsticio de diciembre, el Sol naciente completa el trazado a lo largo del horizonte del cruce del solsticio. Con ello, el trazado ideal del calendario del año agrícola aparece dentro de una sola noche,. (William Sullivan, El secreto de los Incas, Grijalbo, Barcelona, 1999.)"

 

La música en Los Andes es espiritual, expresa en cada nota el sentimiento de unicidad entre el ser humano y el Universo en toda su manifestación, dándonos la posibilidad de conectarnos plenamente con el Cosmos, con el gran espíritu, de retornar a la Pacha, a la Gran comunidad, y de poder recuperar los sabios mensajes de tiempos ancestrales donde nuestros grandes abuelos y abuelas, forjaron un sentimiento y un Gran Plan para el tiempo actual, en que Occidente sumergió en un olvido a muchos seres, queriendo borrar la memoria de aquellas enseñanzas sabias que nos legaron nuestros ancestros.

 

El sonido profundo de los bombos y tambores conectan la fuerza telúrica de la Pachamama, con los latidos del corazón.  Por estas grandes enseñanzas de las cuales somos herederos, inspirados por un sentimiento común, unidos en este tiempo por un sueño que es el Nuevo Amanecer de Los Andes, y siendo nuestro menester el ser partícipes activos de este proceso, es tiempo ya de unificar energías para despertar en el nuevo tiempo, y cumplir con nuestra misión por el emerger pleno de Los Andes para el mundo, con todo su esplendor y su ímpetu.

 

“Unificar el sonido de quenas, flutas y tambores, en una ceremonia para armonizarnos desde lo interno con el Universo a través del sonido, y hacer emerger el mensaje de Los Andes para este tiempo, despertar nuestras Wacas sagradas, canalizar la fuerza telúrica de la Pachamama, y de los nevados sagrados, unirnos a la vibración del Universo y despertar del aletargamiento en el que se han sumergido muchas personas, para el bien comunitario de todo el Universo. Recuperarnos plenamente, estar lúcidos del tiempo que estamos viviendo y ponernos a la altura del mismo, a fin de ser capaces de responder con conciencia y poder construir los pilares de una nueva sociedad, en base a la enseñanzas de nuestros ancestros, con  la armonía de la Naturaleza con los puntos de partida para recuperar el Ayllu, la vida en comunidad, el Asan Bulu conformado por toda expresión Unidos por la sangre y la comunidad.”.

  

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COMENTARIO DEL SOLSTICIO.

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El Inti – Raimi  -- Fiesta del Sol -- es la fiesta más importante de la cultura de los pueblos descendientes del imperio Incaico, que se celebra del 24 al 29 de junio de cada año, como agradecimiento al Taita Inti (Dios Sol) por las cosechas obtenidas.

 

Cuenta la historia Inca que la Fiesta del Inti Raimi o fiesta de los granostiernos se celebraba el 21 de marzo, fecha que festejaba el inicio de la etapa de las cosechas, es decir de las primeras flores y de los primeros frutos agrícolas. Esta fiesta tenía como grano central al sar-llullo o maíz tierno, comúnmente llamado choclo.

 

Como uno de los ejemplos mas representativos del sincretismo religiosos que promovió la iglesia, en un esfuerzo por la conversión al cristianismo a los indígenas de las tierras en las que hizo presencia,  estas fiestas de la siembra y cosecha del maíz, se hizo corresponder con las festividades patronales religiosas.  (fiestas del San Juan)  En Ecuador, Perú, Bolivia y el sur de Colombia son llamadas Inti – Raimi   o Fiesta del Sol, que es una celebración en agradecimiento a la tierra por la semilla y la comida que ha brindado.

 

La fiesta del Equinoccio es la celebración indígena que marca el inicio del año solar para las comunidades indígenas andinas  habitantes del  antiguo Tahuantinsuyo o imperio Inca. Comparativamente, la fiesta del Inti – Raimi   es la celebración de año nuevo para el pueblo no indígena. 

 

Bogota, cuenta con la presencia desde hace mas de cuatro décadas de dos de los pueblos indígenas descendientes del imperio y de sus tradiciones: el pueblo indígena inga proveniente del alto putumayo, y el pueblo indígena Kichwa proveniente de la provincia de Imbabura en el Ecuador, cuyo pueblo mas representativo es el Otavaleño.  Los Kichwas. protagonizan, desde que pisaron tierra bogotana, su propia versión de esta importante fiesta en el mes de junio y los indígenas Inga se les sumaron desde hace 10 años, fecha que coincide con el reconocimiento por parte de la alcaldía mayor de su cabildo, que valga anotar, es el primer cabildo Indigena urbano del país.   Ingas y Kichwas  celebran desde el 23 hasta el 25 de junio en el centro cultural de la Casa de la cultura en la localidad de Engativá, en  la capital del país, las fiestas del Inti – Raimi.  

 

Esta fiesta cuenta con la participación de importantes grupos musicales Kichwas como el grupo Kapari, Tierra Libre, Taky sumac, Tickchamanga, entre otros, el pueblo inga será representado musicalmente por el grupo juvenil e infantil “Waira”.

 

En el marco de  las actividades preparatorias al carnaval de Bogotá, promovido por el Instituto Distrital de Cultura y Turismo de la Alcaldía Mayor, la Fundación pluricultural Pakari acompaña la celebración de esta importante fiesta. 

El solsticio de verano y la alerta roja del EZLN nos reconectan con el México profundo, con el Sol y con la tierra, con el fuego y con el agua, con los elementos vitales de los cuales han sido despojados la mayoría de los habitantes de nuestros pueblos. ¿A qué nivel de desigualdad y deterioro tendremos que llegar los países de América Latina para darnos cuenta de que en la cosmovisión indígena tenemos un potencial cultural que forma parte de la sobrevivencia de nuestros países? ¿Cuánta exclusión hay que alcanzar como para recuperar esa relación del ser humano con la naturaleza y la sociedad que caracteriza a nuestro pueblos indios?

  

 En México la agenda indígena ensaya estrategias diversificadas: desde la más radical, en que el EZLN instala juntas de buen gobierno que rompen relaciones con las instituciones gubernamentales y partidarias para hacer su propia ley y ejercer sus derechos potenciando los recursos internos; por otro lado están los gobiernos autónomos que en los estados del sureste construyen sus propios servicios y conviven en relativa armonía con las autoridades estatales; además, hay movimientos indígenas que buscan incidir en los propios programas gubernamentales y en el sistema de las Naciones Unidas para colocar a los pueblos indígenas como sujetos políticos.

  

 Dentro del movimiento indígena, las mujeres están construyendo una agenda dirigida directamente contra la desigualdad social y de género. Nadie como ellas sabe que en su cultura hay una riqueza estratégica que puede superar la fragmentación del saber, vincular los derechos humanos individuales con los colectivos de los pueblos y dar la batalla por la independencia de alimentos.

 

En el segundo Encuentro de Mujeres Indígenas y Organizaciones del Sistema de Naciones Unidas que se realizó esta semana en la ciudad de México llama la atención la claridad de las necesidades y la visión crítica al modelo neoliberal y gubernamental que tienen las líderes de movimientos en Chihuahua, Oaxaca, Chiapas, Puebla, Veracruz, Michoacán, Morelos, San Luis Potosí y Guerrero.

 

Los ejes abarcan con sencillez y fuerza transformadora principios para un nuevo pacto social:

  Autodeterminación: queremos decidir lo que queremos hacer con nuestros territorios, que no nos vengan a decir lo que debemos hacer.

  Defendemos nuestro territorio y los recursos naturales, porque en nuestros asentamientos está la mayor riqueza natural.

  La globalización comenzó con la colonización y desde ahí los programas gubernamentales se alejaron de la realidad de nuestros pueblos.

  El abandono de la educación intercultural ha contribuido a que se vayan borrando la identidad, la cultura y la lengua, y a que grupos indígenas y no indígenas pierdan ese potencial cultural y sagrado.

  Los programas de salud gubernamentales están reducidos a campañas de vacunación y planificación familiar y no contemplan la visión de salud integral que combina los saberes tradicionales con los de la biomedicina, y que lucha contra el alcoholismo, la drogadicción y la violencia mental y física.

  Queremos que nuestros pueblos patenten sus recursos y detengan la biopiratería y el comercio de transgénicos que realizan las empresas trasnacionales.

  Los acuerdos internacionales de las Naciones Unidas, aunque son importantes y nuestros gobiernos los reafirman y ratifican, ni están reflejados en nuestra Constitución ni se aterrizan al operar los programas.

  Además de mejorar la legislación, hay que vigilar que lo que ya está contemplado se cumpla.

  Los conflictos religiosos lo único que provocan son expulsiones de familias y de personas de sus comunidades.

 

Las lecciones parecen, de tan obvias, ingenuas, y sin embargo expresan líneas concretas de acción que hemos perdido en el camino y que tendrían que ser pautas para las plataformas electorales; son la visión de lo más nuestro y de lo más cercano a nuestra naturaleza. En vez de buscar en Europa o en Estados Unidos los modelos para mejorar nuestras condiciones de existencia habría que voltear a ver al movimiento indígena regional, entre cuyas líderes queda claro que sin éste, no hay manera de abatir ni la pobreza ni la escandalosa desigualdad social.

 

Fuente: La Jornada en:

 http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=894