Opinión
- Detalles
- Categoría: Columnistas
En este artÃculo quiero discutir si, a propósito del incremento de la diversidad cultural en las aulas, el profesorado precisa también más formación, o bien si lo que hace falta es modificar determinadas actitudes y, quizás sÃ, buscar otros mecanismos de formación. El tema que nos ocupa tiene que ver más con la renovación pedagógica que con un simple reciclaje formativo; de hecho, toda formación acostumbra a ser más autoformación que otra cosa (siempre de cariz informal, como leer libros o artÃculos, asistir a conferencias, charlar con colegas, etc.) y ello está en consonancia con una actitud de innovación y revisión constante del propio trabajo que procede de una determinada sensibilidad y espÃritu crÃtico.
La inquietud de más contenidos. La labor de educar es un no parar y, afortunadamente, plantea muchos retos: ningún dÃa se presenta como el anterior; ningún alumno se parece a otro; todas las situaciones nos son familiares y a la vez desconocidas. Podemos prever lo que ya sabemos, pero lo imprevisto está al orden del dÃa. Si, en cualquier caso, alguien piensa que necesita más formación ante los nuevos retos que nos presenta la escuela de hoy, sólo tiene que revisar su grado de conocimiento y habilidad en relación con los contenidos siguientes, según tres grados de prioridad muy subjetivos:
En un primer bloque, situamos nociones básicas de antropologÃa cultural, pero también de sociologÃa, de psicologÃa e, incluso, de economÃa, para mirar de entender las sinuosidades del fenómeno, sobre todo en aquellos lugares donde la inmigración ha alterado el supuesto paisaje monocromático que tenÃamos. A continuación necesitaremos conocer materiales y actividades didácticas para acoger la pluralidad de costumbres de los alumnos. En este primer momento nos planteamos entender qué pasa a nuestro alrededor para intentar poner remedio.
En un segundo momento podemos plantearnos la necesidad de modificar o mejorar el currÃculum para que la totalidad del alumnado se sienta cómodo y reconocido. Aquà intervienen estrategias de revisión y mejora del currÃculum, pero principalmente de análisis de la realidad educativa para detectar los puntos débiles que conforman el currÃculum oculto: revisión del lenguaje y las imágenes de los materiales didácticos y de los libros de texto; depuración de estereotipos y valoración crÃtica de las actitudes y conductas del profesorado; verificación de la validez de las normas de convivencia en el aula y en el centro, etc. Aquà nos planteamos la necesidad de profundizar en estrategias de comunicación intercultural, pero para mejorar no sólo la relación con los alumnos sino también con las familias. Todo ello con la intención de tener más herramientas y criterios para revisar las actuaciones del dÃa a dÃa.
En una tercera fase nos interesa profundizar en estrategias para un tratamiento inclusivo de los alumnos, tanto desde la óptica etnocultural como de los diferentes estilos de aprendizaje, pero también para poder acoger una diversidad marcada por deseos y estilos de vida, autóctonos o importados, que pueden llegar a discrepar de los estándares de la escuela. Poco a poco entramos en una fase que reclama contenidos relacionados con la educación en valores o, si queréis, con el intento de conseguir personas competentes en la sociedad actual y, por tanto, capaces de detectar y ofrecer soluciones a los mecanismos que rigen la exclusión: enseñar a superar los riesgos de la vulnerabilidad y la exclusión social, preferentemente orientados a tratar con personas potencialmente excluidas y vulnerables, pero sobre todo con los "excluyentes", es decir, con aquellos que pueden generar exclusión y ser futuros racistas, explotadores, discriminadores, etc.
Con este recorrido constatamos la falta de singularidad de los contenidos de la formación intercultural para educadores, y damos réplica a contenidos que también se pueden encontrar con otros tÃtulos: educación para el desarrollo, antirracista, antibelicista, para la resolución y mediación de conflictos, educación para la paz, en derechos humanos, no discriminatoria, educación cÃvica (o para la ciudadanÃa activa), etc. Seguramente, eso demuestra que el tema que nos ocupa se sitúa en el punto de encuentro de muchos factores y que es necesario reordenar todo lo que sabemos para descubrir los mapas de valores ocultos.
La optimización de esfuerzos
Aun asÃ, como he manifestado, el reto más importante viene dado por los mecanismos de formación, más que por los contenidos en sÃ. Quiero centrarme en dos herramientas bastante idóneas para profundizar en la formación relativa al trabajo en aulas con diversidad etnocultural de los alumnos: los proyectos de centro y los seminarios de profundización. Creo que hay que remarcar que son apropiados por dos razones; porque inciden y emergen sobre contextos educativos concretos y, sobre todo, porque necesitan del espÃritu crÃtico de los participantes.
La realidad multicultural exige una respuesta sistemática y decidida por parte de los profesionales de la enseñanza, en consonancia con otras instancias del entorno inmediato. Decididos por una opción de interculturalidad, de ciudadanÃa activa, de desarrollo de los derechos humanos, etc. los equipos de educadores han de ser conscientes de que sólo por medio de una esmerada planificación, con objetivos concretos, pero con la coparticipación de los alumnos y sus familias, se pueden conseguir auténticos currÃculums interculturales y escuelas inclusivas.
En los proyectos de centro, como opción colectiva, quedan recogidas las aspiraciones de los agentes y sujetos citados y, por lo tanto, son herramientas que implican a toda la comunidad; como se puede ver, no me refiero a proyectos diseñados y decididos por un claustro (menos aún por una comisión del claustro), sino a procesos largos y distendidos donde confluyen los intereses a menudo discrepantes, pero sin duda también muy cercanos, de maestros, equipos directivos, alumnos, padres, etc. Por lo tanto, es necesario concebir los proyectos como soluciones abiertas, sin un horizonte predefinido, que priorizan más la participación que los avances concretos sobre una base mÃnima de acuerdos y que inciden directamente en la formación a largo plazo.
En otro sentido, los seminarios de profundización son iniciativas donde confluyen los intereses y las iniciativas locales para mirar de dar continuidad a experiencias en marcha, para revisar las previsiones y los resultados de las mismas y, sobre todo, para proponer nuevos retos. No son grupos de expertos sino espacios de encuentro de profesores y profesoras de diferentes centros que comparten ciclo, área o tema de interés. La educación intercultural no es tarea de un solo centro educativo, sino que se ha de concebir como una responsabilidad global, a nivel comarcal o de barrio, pero siempre observando una estrecha coordinación o colaboración entre todos los centros educativos (formales y no formales) de una zona, para mantener la coherencia y optimizar esfuerzos. Estos seminarios se concretan en productos especÃficos: desde propuestas de programaciones para una misma etapa sobre un eje concreto (el tratamiento de la religión, por ejemplo, desde una óptica laica), a la elaboración de material didáctico con una finalidad muy determinada.
En definitiva, el cambio importante que exige el reconocimiento de la diversidad en las aulas debe resolverse con nuevas propuestas formativas que incidan más en compromisos colectivos y que ayuden a revisar, reordenar y criticar todo lo que ya sabemos.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Este mes el Ãndice de precios de las acciones en la Bolsa de valores de Colombia superó los 5700 puntos. Un récord histórico, sÃ, pero además una cifra impensable, que significa un alza del 800% a partir de la crisis pasada, en 6 años; alza del 600% en 5 años y del ciento por ciento en apenas un año.
Semejante bonanza bursátil no concuerda con el moderado crecimiento productivo. El producto nacional creció apenas 3 por ciento en los últimos doce meses y 4 por ciento anual en los últimos tres años. Esto significa que aunque las alzas de los precios de las acciones superan a las de todos los paÃses de América latina (y del mundo,) el crecimiento de la producción es inferior al de Latinoamérica y en el último año, al de casi todos los paÃses latinoamericanos. Aunque el crecimiento industrial llegó al 7% anual en el 2003, en el primer trimestre del 2005 se frenó por
las importaciones de calzado y textiles.
A pesar de la reducción en la producción de cuero, calzado (-6,7%) y textiles y del incremento de importaciones de bebidas, tabaco y confecciones como resultado de la revaluación del peso, la Asociación Nacional de Industriales ANDI sostiene que en conjunto la industria (no en el conjunto de la producción) ha crecido un 8 por ciento durante el 2005, al contrario de lo que sostiene el Departamento Nacional de EstadÃsticas DANE, que estableció una reducción de la producción industrial en marzo.
Pero, aun si es cierto el dato de la ANDI -cuyos socios se han beneficiado de la sobrevaloración de las acciones, no hay proporción entre el crecimiento productivo y el la extrema alza de los precios de las acciones en la Bolsa, ni en el 2005 (la relación serÃa 10 a 1) ni en los últimos 5 años.
Está claro que el auge en la Bolsa no coincide con la realidad productiva ¿Qué ha pasado? Hay fenómenos globales y generales. La recuperación de la economÃa mundial al son de la invasión a Iraq, los bajos intereses internacionales y aun más, la bonanza de los paÃses periféricos por la devaluación del dólar y ahora del euro, han incidido en forma clara en Colombia, pero no explican ni la dimensión excepcional del auge bursátil ni su prolongación y exageración durante el último año. Como en otros paÃses dependientes, en Colombia la emisión de tÃtulos de deuda pública (TES) ha sido una de las fuentes del auge. Los gastos militares han sido un componente decisivo. Contra la propia doctrina neoliberal el abultado crecimiento del gasto público (30 por ciento en el último año) ha sido vital en Colombia, donde las auto compras de TES han sido factor fundamental, es decir, las entidades, programas y fondos del Estado compran TES y asà se inflan mágicamente los presupuestos oficiales.
La auto compra de tÃtulos de deuda pública, un autopréstamo, es desde luego un juego tan rentable y tan sin futuro como las "pirámides", que en varias partes del mundo causaron costosas y desastrosas ilusiones que condujeron a terribles bancarrotas, la más sonada la de Albania. Inversiones sin respaldo real que inflan la economÃa para luego desbaratarla.
Pero aun incluyendo este factor el auge del último año no consigue una explicación completa. Y la venta de la cervecerÃa Bavaria a SAP Miller no es la causa, sino apenas un episodio del auge. HabrÃa que añadir además que el precio del café aumentó después de años de caÃda y que Colombia aun es pequeño exportador de petróleo. Pero tampoco esto explica todo. Hay que añadir el factor paramilitar. ¿Cómo? Pues el comandante de la Armada, Almirante Mauricio Soto denunció que los paramilitares de las AUC quieren vender a un ritmo acelerado sus depósitos de cocaÃna, para poder lavar esas utilidades con la ley de "justicia y paz" que acaba de ser aprobada en el Congreso por iniciativa del Gobierno. Inusuales decomisos de varias toneladas de cocaÃna son entonces una muestra de las cantidades enormes de droga que ha salido del paÃs estos meses a cambio de dólares que lavados vienen a inflar desde el mercado de acciones y de TES, hasta los juegos de azar, pasando por las importaciones subvaluadas de calzado o arroz.
El economista Mauricio Cabrera ha hecho caer en cuenta que hay relación entre el incremento de la reevaluación del peso [factor clave para el auge de la Bolsa] y la impunidad que garantiza la nueva ley a los paramilitares y sus operaciones de narcotráfico: "Las promesas que se debieron hacer en las negociaciones, y que culminaron en la ley de 'justicia y paz' son la explicación clarÃsima de por qué estos 'inversionistas' recuperaron su confianza en el paÃs y decidieron traer sus ahorritos. Si en otra época los extraditables decÃan que preferÃan una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos, ahora pueden decir que prefieren sus latifundios y sus millones en Colombia, y una temporada de reposo en Ralito a una cárcel en Estados Unidos, porque obtuvieron la garantÃa de no extradición a cambio de su apoyo a la campaña de reelección" [de Uribe como Presidente].
Esta impunidad ha sido garantizada mediante sutiles alteraciones conceptuales de la ley uribista aprobada. Por una parte, la definición de vÃctimas no diferencia entre la población civil y los combatientes, con lo cual se colocan los ataques contra civiles inermes al mismo nivel que los combates. Por otra parte, se tipifica como "sedición" el delito de cometido por los paramilitares, lo cual es consecuencia de la primera distorsión, porque la sedición es un delito cometido contra el Estado y no contra civiles.
No es la primera vez en el mundo que se desfigura asà el concepto de sedición, por ejemplo el código penal de Chile admite la sedición contra particulares. Pero asà lo digan Uribe o Pinochet, la "sedición" contra particulares se llama realmente guerra sucia. Las vÃctimas en Colombia han sido las comunidades rurales campesinas, indÃgenas y afrocolombianas y los sindicatos de trabajadores. Los beneficios de los autores materiales y financiadores han sido tierras concentradas en manos de unos pocos especuladores y una nueva legislación que derogó derechos laborales, privatizó la salud y los servicios y eliminó el derecho de la empresa estatal de petróleos al 50 por ciento de toda explotación de hidrocarburos. La ley de impunidad únicamente aumenta hasta en dos años la pena, de quien, habiendo cometido delitos atroces o de lesa humanidad, oculte a quienes está detrás de sus crÃmenes, o cuando el "sedicioso" no declare la totalidad de los beneficios que obtuvo con su delito; riesgo de pena mÃnimo por la cual seguramente ocultarán lo esencial de su botÃn convertido ahora además en acciones y tÃtulos de deuda pública.
Se entiende por qué la ley de "justicia y paz" uribista recibe patente de corso de los gobiernos que impulsaron el Plan Colombia, de quienes han amparado los intereses de los grupos de capital transnacional y sus empresas petroleras, de salud o telecomunicaciones. Al embajador de Estados Unidos, al avalar la ley uribista, únicamente le preocupa recoger el último y más preciado fruto de la guerra sucia contra el movimiento popular: el Tratado de Libre Comercio TLC; y se limita a amenazar a Colombia con "el peor de los mundos", si no lo firma.
"Dios no castiga ni con palo ni con rejo" dice el refrán popular. Argentina, por ejemplo, ha visto desplomar sus leyes de impunidad, que también tenÃan patente de corso de las trasnacionales europeas y norteamericanas. La crisis económica cÃclica, abrió el espacio a lucha masiva del pueblo, que hizo dar fruto a la resistencia diaria que por años encabezaron las Madres de la Plaza de Mayo. También los Pinochet y Montesinos han pasado de héroes a villanos. Fujimori y Videla ahora en desgracia, al menos pudieron antes decir que habÃan derrotado a la subversión, cosa que en Colombia no pueden afirmar ni los paramilitares ni Uribe.
Pero por ahora la patente de corso, los dólares, las libras y los euros alcanzan para financiar la campaña de reelección de Uribe y podrÃan prolongar el auge de la Bolsa hasta el 2006. FantasÃa destinada a evaporase en buenos aires.
*Los artÃculos de esta sección no expresan la opinión del medio. Por lo tanto, Actualidad Étnica no se hace responsable de los mismos.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
El advenimiento del Nuevo Pachakuti fue marcado por un fuerte sismo que se sintió en diferentes puntos del planeta y que los indios, sentimos que era la llegada de la luz. Desde ese dÃa (23 de Junio 2001) hasta la fecha, han trascurrido apenas cuatro años, pero son una clara señal de los cambios que vendrán.
En todo el continente se siente el despertar de los llamados PUEBLOS ORIGINARIOS, quienes empiezan a ponerse de pie y hacen sentir su voz de protesta y aspiración a recuperar lo que por derecho natural es suyo y se les arrebató. Las formas como se dan las respuestas de las naciones indias son distintas, ya que obedecen a las particularidades de cada una y a la situación en que se encuentran. Desde Chiapas (en tierras Mayas) hasta las selvas de Arauco en la nación Mapuche, una ola emergente de demandas crece diariamente, teniendo a los Andes Centrales (Ecuador, Perú y Bolivia) como eje principal.
Los gobiernos, de dichos estados republicanos, no logran entender lo que está sucediendo, sus ideólogos polÃticos... tampoco. ¿A que se debe ello ...? La razón es una sola. Los pueblos indios, nunca fueron tomados en cuenta, al momento de elaborar sus proyectos polÃticos. Las expectativas de desarrollo de sus gobiernos, no fue la de satisfacer las necesidades nuestras, sino de las poblaciones urbanas, aspirando alcanzar un modo de vida, similar al de las grandes metrópolis occidentales. Por ello se desconciertan y no logran entender lo que está pensando. Crean mecanismos u organizaciones con el fin de ser voceros y conductores de las aspiraciones de los pueblos indÃgenas y terminan fracasando.
La izquierda marxista (una de las opciones del sistema occidental) intenta introducirse dentro del movimiento indÃgena a fin de dirigirlo y, también fracasa. Es que sus sociólogos y antropólogos llegaron tarde cuando ese renacer indio surgió. Por lo tanto no logran entender lo que está sucediendo. Ensayan respuestas e hipótesis, pero desde su óptica, en vista que les resulta imposible hacerlo desde la nuestra. Por lo tanto continúa su fracaso.
Y si bien no logran comprender la lógica de nuestro pensamiento, sus analistas polÃticos reconocen, que el panorama se les escapa del control y no lo pueden manejar como siempre lo hicieron. Que no son sus tradicionales opositores polÃticos quienes levantan su voz y empiezan a presionar exigiendo se de atención a sus reivindicaciones, y que toman decisiones que el Estado no se atreve a tomar. Que no son estudiantes universitarios, sus propios trabajadores o los llamados campesinos, sino que son las propias comunidades o el pueblo indÃgena. Y reconocen que en los próximos años la situación tenderá a agudizarse. Que éste les puede generar serios problemas geopolÃticos, ya que en muchos casos los conflictos podrán tener como escenario zonas fronterizas, igualmente prevén que ello puede perjudicar las inversiones extranjeras, al no contar con la tranquilidad que requieren para el desarrollo de su actividad, y por lo tanto deberán estar preparados para actuar ante tal eventualidad.
Los graves conflictos que se han presentado en las últimas semanas en Perú, entre comuneros andinos de Cajamarca y Qosqo con los grande consorcios mineros, parecerÃa indicar que el diagnóstico que hicieran era acertado. Pero no es asà y, esto debemos tenerlo absolutamente claro.
Es totalmente cierto que las reivindicaciones de los comuneros son justas, pero los métodos utilizados y el grado de violencia desatada indican la presencia de elementos foráneos y la presencia de organizaciones polÃticas de izquierda, que han buscado empujar a las comunidades al empleo de la violencia, como forma de expresión y herramienta que les permita alcanzar sus demandas. En Bolivia el conflicto entre las tierras bajas, ricas en recursos naturales y ocupadas por grandes empresarios ligados al capital extranjero, versus las tierras altas de la puna y el altiplano con fuerte hegemonÃa aymará, se han agudizado tanto que han provocado nuevamente la caÃda de otro presidente.
Las reivindicaciones del pueblo boliviano son justas, al igual que su oposición a la erradicación de los cultivos de hoja de coca. Pero detrás de ello podemos ver la mano de occidente, que azuza el conflicto buscando agudizar aún más la crisis. La misma que hoy puede llevar a la ruptura del paÃs u ocasionar una intervención militar extranjera, con el pretexto de salvaguardar sus intereses económicos o para restablecer el orden y la tranquilidad en la región.
En tal sentido la actitud de algunos dirigentes polÃticos, como Evo Morales y su partido el MAS, resulta sumamente preocupante. Una pregunta que cabe hacernos es si occidente, no ha sido capaz de elaborar una cocaÃna sintética. La cual podrÃa ser mucho más barata a la que se produce mal usando nuestra planta sagrada.... ¿ es que ha fracasado en su intento?. Nos resulta difÃcil de creerlo, ya que con todo su adelanto cientÃfico y tecnológico, debieron haberlo conseguido. Salvo que sea conveniente a sus intereses y su lucha por erradicar los cultivos de hoja de coca, sean un pretexto para ocultar otros intereses.
¿Cuáles podrán ser? .... No necesitamos ser adivinos para darnos cuenta que lo que más les interesa es disponer de nuestros recursos naturales. No solo por la gran riqueza biogenética de la región sino también por sus grandes reservas de petróleo, gas y agua. Es bien sabido que tanto el gas como el agua, serán los recursos más cotizados en las próximas décadas. Y nosotros disponemos de ellos en abundancia. Quienes los tengan bajo su control podrán asegurar su hegemonÃa a nivel mundial. Por lo tanto a Estados Unidos le interesa disponer libremente de ellos. Mas aun cuando saben que China va camino a convertirse en la Primera Potencia Mundial, en los próximos 15 años.
Si Estados Unidos quiere seguir siendo potencia, deberá asegurar recursos naturales, mano de obra barata y mercado para sus productos... ¿donde? En lo que ellos llaman su “Patio traseroâ€. Vale decir, la América Andina. Ese es el gran objetivo que persiguen y para lograrlo TODO VALE. Desde una intervención militar directa al estilo HAITI, al desmembramiento de los paÃses poseedores de estos recursos y su absorción por otros más fuertes pero aliados de occidente (como Brasil y Chile) o provocando una salida tipo Yugoslavia desencadenando terribles conflictos étnicos. La salida no les importa, siempre que ello les permita asegurar y disponer de nuestros recursos.
Occidente sabe que aquellos estados que no han logrado desarrollar un proyecto nacional, están condenados a ser neutralizados o desaparecer por la globalización y Ecuador, Perú y Bolivia no son estados Nacionales, ya que en su interior conviven diversas naciones indias que aún conservan sus raÃces ancestrales. Son paÃses, estados, con régimen republicano, pero no son naciones. Pero nunca lo quisieron reconocer y menos aceptar. Hoy estas naciones indÃgenas siguen vivas, sin contar con un Estado o Gobierno. Viven subterráneamente posicionadas sobre sus antiguos territorios.
Esto evidentemente genera choques, conflictos que inevitablemente tenderán a agudizarse, pues son dos sistemas que se mueven con lógicas distintas. Uno formal, basado en una legalidad que solo favorece a una minorÃa y tiene su base en las ciudades y otro andino, que se mueve combinando y armonizando el derecho privado - familiar con el comunitario. Que se gobierna solo, donde el estado formal destaca por su ausencia, no llegan los programas de desarrollo o estos no pueden ser aplicados por desconocimiento de la realidad andina y donde, la justicia que se aplica es la ancestral. Aceptada por todos y que busca que los problemas no se conviertan en conflictos. Que es funcional y efectiva pese a que muchas veces por incomprensión se le vea como primitiva o salvaje.
En los últimos años se ha planteado el tema de interculturalidad y de esta se habla en todo el continente. No solo por las implicaciones de la globalización, sino además porque se espera que a través de programas de interculturalidad sea posible acercarse a entender la lógica del pensamiento y comportamiento indÃgena y andino.
La protesta es de una integración cultural, pero sobre todo lo que se busca es que podamos ser asimilados por occidente, a partir de reconocer que algo de valor tenemos y que justifica que occidente nos absorba. El problema es: ¿que se puede hablar de interculturalidad?, si se desconoce a la cultura que se tiene al frente y con quien deberá relacionarse. Peor aún sà desde un inicio se subestima a una de las partes.
El choclo con queso es un potaje muy andino y puede servirnos de ejemplo de cómo debe manejarse la interculturalidad para que funcione. El choclo es nuestro, mientras que el queso es de origen occidental. Es una combinación sabrosa y a todos nos gusta ¿El secreto?... que se reconoce el valor que ambos tienen por separado. Ninguno opaca o subestima al sabor del otro. Tiene orÃgenes distintos, pero juntos se complementan y dan un sabor agradable que satisface a quien lo prueba.
Ahora bien... ¿qué culturas pretenden combinar con la interculturalidad? Si la que llega por televisión y los medios de comunicación es negativa, brutal, violenta y donde el más fuerte y sanguinario es presentado como poderoso y por más que se muestre su comportamiento negativo termina convertido en un modelo a seguir. Si esos medios de comunicación se burlan de nuestra cultura y nuestra gente, como en el caso del personaje de televisión “la Paisana Jacinta†o ese otro que muestra a un homosexual vestido de mujer andina. Ambos son una ofensa al mundo andino. Entonces ... ¿De qué interculturalidad se habla, cuando occidente nos muestra lo peor de su sociedad y se burla de la nuestra? .... Sencillamente de ninguna.
Pero los libros y ensayos que tratan sobre este tema son muchos. Y son tantos que nos indican que simplemente no entienden la raÃz del problema. Visto desde esta perspectiva, el panorama que se nos presenta es bastante alarmante ya que está en riesgo no solo nuestra cultura, sino también la existencia misma de las naciones indÃgenas y pueblos originarios. Es muy sintomático que en los libros de las escuelas norteamericanas, aparezca el mapa de nuestro continente, señalando que la gran región amazónica, es parte del patrimonio que Estados Unidos deberá defender para asegurar su supervivencia como potencia.
Y ningún estado ha levantado su voz de protesta ante tal atropello. Ningún polÃtico de izquierda y derecha lo ha denunciado. Es que tal como lo venimos sosteniendo, ambos son opciones del propio sistema. Y nada nuevo podemos esperar de ellos. Mucho menos que actúen con dignidad o valentÃa. Son pocos los intelectuales o pensadores indÃgenas, que han logrado entender el siniestro juego de occidente, ya que ellos cuentan con el poder de los medios de comunicación y la información, la ocultan y manipulan de acuerdo a sus intereses.
Pero nuestra fuerza radica donde están sus carencias. En nuestra enorme riqueza espiritual y cultural. Frente a la decadencia social y de valores de occidente. Son nuestras tierras las que pretenden volver a usurpar, expulsándonos de ellas. Pero es la fuerza de nuestro número la que se los ha impedido hasta el momento y además, el hecho de que es mayoritariamente población indÃgena la que en ellos habitan. Es también el no haber caido atrapado en la enfermedad del consumismo y es sobre todo la fuerza de nuestra ancestral cultura.
Es por ello que religándonos nuevamente a nuestra cultura y retornando a nuestras raÃces, que lograremos sobrevivir y – además - salir victoriosos de este nuevo conflicto al que pretende llevarnos occidente. Nunca debemos olvidar que nuestra cultura es de vida, mientras que la de ellos es de muerte. La nuestra de armonÃa y la de ellos de conflicto. Y es allà donde radica nuestra fuerza. Si algún “dirigente indio†o andino, dice recoger nuestra justas aspiraciones o reivindicaciones y nos presenta salidas que no corresponden a la naturaleza real de nuestra cultura, simplemente es un instrumento de occidente. Sea conciente o no de ello. Y esto no podemos equivocarnos, pues serÃa fatal.
Una propuesta alternativa
Por todo lo expresado queda claro que debemos desarrollar una propuesta alternativa distinta a la que pretende occidente y que vele por nuestros intereses como naciones indias. Mientras ésta es elaborada, es necesario ir tomando algunas medidas tendientes a consolidar nuestra identidad y que a su vez ayude a nuestros niños y jóvenes a retomar a sus raÃces. Estas pueden ser:
En el núcleo familiar:
Reivindicar y sentirse orgulloso de ser indios. Sin que sea un impedimento que algunos no sean originarios. Ya que ser indio no es solo una cuestión racial, sino fundamentalmente cultural. Incentivar el respeto a nuestra Santa Madre Tierra. A sus leyes y normas de vida en armonÃa. Que nuestros niños lleven por lo menos un segundo nombre, de origen andino: Diego Lautaro, Lorena Nayra, etc. Enseñar a ser respetuosos con nuestros hermanos comuneros. Toda vez que ellos han sido celosos guardianes de nuestra cultura y que hoy, podemos sentirnos orgullosos de ser indios.
Hacer hincapié en la supremacÃa de nuestra cultura. Y que si esta fue vencida – temporalmente – por el invasor, no fue porque la nuestra fuera débil, sino porque occidente habÃa desarrollado una cultura de guerra y de muerte. Por lo tanto, enseñarles a rechazar cualquier manifestación cultural que signifique desarmonÃa, violencia o muerte. Totalmente ajena a nuestra forma de ver y entender la ida y el mundo.
Formar a nuestros hijos en nuestros valores culturales andinos, como son el rechazo a la mentira, ser solidarios con sus hermanos, familiares y la comunidad, no entender el trabajo como “castigo divino†sino como competencia, fiesta, integración, etc. Que nuestra dieta alimenticia priorice por los alimentos naturales. Que rechace los que son enlatados. Y además enseñarles a consumirlos, tal como lo hacÃan nuestros abuelos. Preocuparnos porque no desaparezcan nuestras lenguas nativas. Incentivar que se hable en quechua, Aymará, etc.
Dar prioridad a la celebración de las festividades andinas muchas de las cuales por una cuestión de sincretismo cultural, coinciden con el calendario religioso cristiano/ occidental. Cuando ello suceda, explicar su origen y valor. No permitir que se pierda nuestra tradición de ofrendar a la Santa Madre Tierra, a nuestras Montañas Sagradas, a nuestros antepasados, el sorteo con hojas de coca, etc y practicarlos con nuestros hijos y nietos. Transmitir en familia, nuestros mitos, leyendas y tradiciones, a fin de evitar que sean borrados de nuestra memoria colectiva. Incentivar el respeto por todos nuestros valores culturales y sÃmbolos no permitiendo que se manoseen, mal usen o trafique con ellos.
En el ámbito comunal y como movimiento indÃgena:
Debemos tomar conciencia que somos dueños absolutos de todos los recursos naturales que se encuentran en el subsuelo, el sobresuelo y el suprasuelo de nuestro territorio y debemos estar prestos a defenderlos. Reconocernos como indios, independientemente sà somos agricultores, pastores, artesanos, mineros, estudiantes o profesionales y trabajar comprometidos con nuestras nacionalidades originarias.
Hacer hincapié que nuestros sÃmbolos sagrados son la Wiphala de cuarenta y nueve cuadrÃculas de siete colores, la Wiphala blanca, la Chakana, las hojas de coca, nuestras montañas sagradas y paqarinas de origen. Debemos trabajar para el fortalecimiento del ayni, la mink´a y la reciprocidad andina.
Es de suma importancia lograr que nuestros jóvenes tomen conciencia que el status de ecuatoriano, peruano o boliviano no obedece a nuestra realidad cultural. Que la IDENTIDAD CULTURAL no es producto ni propiedad de los Estados, sino de las naciones. Por lo tanto primero debemos reconocer nuestra condición de naciones indias, por sobre los Estados, que han pretendido imponernos, a partir de la llamada independencia de España.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Los acontecerse en el Putumayo siguen igual, es decir “hay normalidad totalâ€, es decir, siguen las quemas de carros, el paro de transporte, la escasez de suministros básicos, las amenazas e intimidaciones, los desplazamientos, las muertes selectivas, las desapariciones, en fin todo lo que según el gobierno parece normal en el Putumayo; mientras tanto aquà el terror y el miedo de la gente es muy grande y para completar ayer en la mañana aparecieron algunos letreros en todo Mocoa contra las FARC lo cual ha causado mayor pánico e incertidumbre.
Algunas organizaciones populares y sociales entre las que se encuentran los desplazados, han organizado unos conversatorios sobre la situación actual y las posibles soluciones, ojalá definitivas, a la gran problemática que vive este departamento y que esta inmersa en toda esta realidad nacional que nos abruma.
Después de 3 dÃas seguidos de conversatorio de ideas y propuestas se acordó que se iba realizar varias actividades a saber:
- Declaración pública firmada por las organizaciones que se conformaron como Mesa Permanente de Organizaciones sociales de Mocoa (cerca de 30) denunciando la situación actual.
- Participación en programas radiales de análisis y discusión de la situación actual.
- Convocatoria a una Marcha por la Paz, la solución PacÃfica al conflicto armado y diálogo regional.
- Asamblea permanente una vez culmine la marcha donde se citan al gobernador y alcalde de Mocoa aprovechando que ha venido la Comisión de Conciliación para que haya acuerdos sobre soluciones definitivas. (por ejemplo con el Plan Integral Único para los desplazados)
- Comisión a Bogotá de parte de las organizaciones populares para dialogo directo con el gobierno nacional.
- Denuncia nacional e internacional sobre el desplazamiento forzado y las fumigaciones a los cultivos de coca.
- Declaración de rechazo al TLC y los megaproyectos para la amazonÃa
Le cuento que una vez se propuso la marcha, el ejército para el dÃa de hoy (miércoles) convocó a otra march,a cosa que fue rechazada por la mayorÃa de la gente por lo que la iglesia “la iglesia de los pobres y desamparados, la de los humildes, la voz de los sin voz,†afirmó que preferÃa guardar un “prudente silencio†ya que el momento era “peligroso.†Sin embargo, asumió la marcha del ejercito como propia y le puso el nombre de procesión; el resultado de esto fue que la participación de las organizaciones sociales y populares y de la comunidad en general fue bajÃsima.
En la marcha procesión de nuestro amado “obispo general†salieron pancartas con las mismas pintas de las que se ven hoy en los muros de Mocoa y ya hay rumores de intimidación para los que quieran participar en la marcha del viernes.
Como vera la normalidad es total, la paz de las tumbas y los cementerios, el silencio no se sabe si cobarde o cómplice de quienes pudiendo decir, hablar dialogar o gritar…. callan ..callan y callan… se vendan los ojos…. se tapan los oÃdos…. y de esa manera la realidad para ellos no existe…
La gente de ACNUR anda por estos dÃas de misión humanitaria por San Miguel donde dicen hay cerca de 40 desaparecidos, dos de los cuales ya fueron encontrados muertos; en el dÃa de hoy están llegando a Orito los primeros muertos, y heridos de los duros combates que hay en este lugar que se extienden por casi todo el departamento y que hoy ha llegado al Cauca en la parte limÃtrofe con Putumayo con la toma de Piamonte.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
En Santander de Quilichao se desarrolló la Segunda Audiencia Pública por la vida, la verdad y la dignidad, la cual contó con una participación de más de cinco mil personas provenientes de los diferentes territorios del Norte del Cauca, delegados de otras zonas indÃgenas del departamento y representantes de 52 organizaciones sociales tanto del Cauca como de otras regiones del paÃs, igual que de voceros de organismos de derechos humanos nacionales e internacionales.
En ella se hicieron las respectivas denuncias y aclaraciones sobre las afirmaciones hechas tanto por el Presidente de la República, por el Gobernador del Cauca y el General Pérez Molina en el sentido de un cogobierno con las FARC en Toribio y la utilización de recursos de cooperación internacional para apoyar a la subversión. Igualmente los delegados de Caldono denunciaron tanto los señalamientos de ser colaboradores del bando contrario por parte de todos los actores armados como la continua amenaza institucional por oponerse al desvió del RÃo Ovejas para nutrir la represa de la Salvajina acción que desarrolla la empresa EPSA con la multinacional Unión FENOSA Se expreso por varios de los asistentes que el gobierno usa términos que ponen en riesgo la vida de las personas, procesos y comunidades y que en cambio de parte del estado si existe un cogobierno entre el presidente y el paramilitarismo, porque asà lo evidencian los hechos.
Las diferentes denuncias mostraron la realidad que viven los niños, jóvenes y personas en los territorios por culpa del conflicto armado, las detenciones masivas y las fumigaciones. Los diferentes testimonios identificaron situaciones anormales en el comportamiento de la fuerza pública, en especial del ejército colombiano que no solo controla el ingreso de alimentos en las zonas sino que toma sin consentimiento de las comunidades ganado y gallinas para su alimentación, produciendo daño en los linderos y cercas y saqueo en las casas. Denuncian también el consumo de alucinógenos por parte de los efectivos lo cual hace que aumenten su agresividad contra la población civil. Una situación de claro desconocimiento del derecho internacional humanitario lo denunciaron las autoridades de huellas Caloto en donde varios civiles fueron maltratados por el ejército nacional al tratar de auxiliar a una niña herida durante los combates con la guerrilla. En ese mismo acontecimiento los uniformados obligaron a los comuneros a cargar con los cuerpos de dos guerrilleros muertos por varios kilómetros. Después la guerrilla amenazó a los comuneros bajo el argumento que ellos habÃan entregado a miembros de sus filas al ejército.
Se criticó la ausencia institucional, en especial la inasistencia del general Mario Zambrano Correa que el dÃa anterior habÃa confirmado su presencia en la Audiencia pública. Lo mismo que la ausencia de representantes del gobierno departamental y central, situación que lamentaron los asistentes pues se dijo que en estos eventos se aprende de los indÃgenas a construir sociedad por medio de la palabra pues la paz no se construye con violencia. Las organizaciones sociales lamentaron que quienes hicieron los pronunciamientos públicos no hayan asistido y se comprometieron a hacer conocer lo que aquà se ha dicho. Se alertó por la otra guerra, la que hacen los medios de comunicación que destacan situaciones del accionar de las instituciones y desconocen las actividades de las organizaciones en defensa de la vida y la autonomÃa. Mencionaron los asistentes que el presidente no puede negar que en Cauca y en Colombia hay guerra y que la población no puede seguir siendo escudo de los actores armados, además que la ley de justicia y paz no ha garantizado la verdad de las vÃctimas sino que está favoreciendo la impunidad y a los actores que han cometido la barbarie.
Se comprometieron los asistentes a seguir caminado la palabra por la verdad y la dignidad de los pueblos, por lo cual se coordinará con otros sectores en la perspectiva de fortalecer dinámicas de construcción de tejido social como el foro sobre cultivos de uso ilÃcito que se desarrollará en el macizo, una nueva audiencia del sur occidente en perspectiva del Tribunal de opinión y la jornada de consulta popular sobre el TLC, rematando con la gran movilización social en el mes de octubre. Se fue claro que este proceso tiene la perspectiva de la consolidación de los planes de vida de los pueblos indÃgenas, campesinos y afrocolombianos, entendiendo que no estamos solos, y que continuamos en la idea de construir un mundo posible comprometiéndose los asistentes en llevar las conclusiones a todos sus lugares de origen y haciendo replicas de resistencia comunitaria con sus comunidades.
Sólo la palabra garantiza la verdad para seguir construyendo futuro.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
ALAI). En estos momentos se prepara la Cuarta Cumbre de las Américas, ocasión en que se reunirán todos los jefes de estado del continente, a excepción de Cuba. Se llevará a cabo en Mar del Plata, Argentina, el 4 y 5 de noviembre de 2005. En plena era de la globalización, los presidentes de los estados Americanos, incluyendo el presidente Bush, se juntarán para firmar nuevos acuerdos económicos y polÃticos. Encabezadas por los Estados Unidos y Canadá, quienes son los propagadores e impulsores de estas cumbres, las citas se llevan a cabo cada cuatro años. La primera cumbre tuvo lugar en Miami, Florida en 1994.
Con el apoyo económico y polÃtico del gobierno canadiense, la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá (AFN) y la Organización de Pueblos IndÃgenas de Argentina, ONPIA (una coalición de grupos indÃgenas) están organizando la Segunda Cumbre de los Pueblos IndÃgenas de las Américas en la ciudad de Buenos Aires, una semana antes a la cumbre de los presidentes.
La primera Cumbre de los Pueblos IndÃgenas, también auspiciada por el gobierno de Canadá, bajo el lema “Los Pueblos IndÃgenas: Integrándose a la Nueva EconomÃaâ€, tuvo lugar en Ottawa en marzo del 2001, tres semanas antes de la Tercera Cumbre de Presidentes que tuvo lugar en la ciudad de Québec City.
Una cantidad de organizaciones indÃgenas del continente, en desacuerdo con la Cumbre IndÃgena en Buenos Aires, a la cual consideran manipuleada por el gobierno canadiense, han decidido organizar una Cumbre IndÃgena Independiente en Mar del Plata, lugar de la Cumbre de los presidentes (en la costa atlántica, 420 kilómetros al sur). Esta tendrá lugar el 30 de Octubre y 1 de noviembre, tres dÃas antes de la Cumbre oficial.
En la organización de la Cumbre Independiente están involucradas alrededor de veinte organizaciones de Argentina, incluyendo la Confederación Mapuche de Neuquen y la Comisión IndÃgena de la Asociación de Abogados de Argentina (CJIRA), quienes conjuntamente con las principales organizaciones de pueblos indÃgenas, tales como la Confederación de Naciones IndÃgenas de Ecuador ,CONAIE, la Organización Nacional IndÃgena de Colombia, ONIC, el Congreso Kuna de Panamá y más de una docena de otras organizaciones de las Américas, incluidas algunas de EEUU y Canadá están organizando esta Cumbre. Todas ellas han hecho un llamado para reunirse en Mar del Plata junto a otras organizaciones IndÃgenas del continente.
Historia de una manipulación
Invitados por la Asamblea de las Naciones Originarias de Canadá, pero enteramente financiados por el gobierno canadiense, alrededor de 170 delegados de América Latina llegaron a Ottawa en Marzo del 2001 para participar a la “Primera Cumbre IndÃgena de las Ameritasâ€, tres semanas antes de la Cumbre de los Presidentes. Aunque los delegados indÃgenas acudieron de buena fe, luego de ver en la agenda el borrador de declaración, preparado por la AFN, vieron claramente la intención del gobierno canadiense de hacer que los delegados indÃgenas apoyaran la globalización a través de acuerdos como el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), presentándolo como algo positivo y una oportunidad de progreso para los pueblos indÃgenas.
Esta era precisamente la razón detrás del lema de la conferencia: “Los Pueblos IndÃgenas: Integrándose a la Nueva EconomÃaâ€. Los delegados indÃgenas se opusieron al borrador de declaración debido a la certeza de que la nueva economÃa debilitará sus derechos, y procedieron a modificar radicalmente la declaración. Con posterioridad los delegados indÃgenas descubrieron que el documento final aprobado por los delegados no fue el que se presentó a los jefes de estado en la ciudad de Québec. HabÃa sido modificado y suavizado su contenido.
Además, los delegados indÃgenas de América Latina estuvieron desilusionados y se sintieron frustrados frente a la decisión arbitraria del gobierno de Canadá de realizar la Cumbre IndÃgena de las Américas tres semanas antes de la Cumbre de Presidentes. Cuando se dieron cuenta de que habÃan caÃdo en el ardid, ya era demasiado tarde pues sus boletos de avión no contemplaban quedarse e ir a Québec City ni siquiera se les iba a pagar el alojamiento y comida. Además de impedir a los dirigentes que se unieran a las miles de personas que se congregaron en Québec para protestar por las actuales polÃticas globalizadoras. Al consultársele por las razones de las distintas fechas de las cumbres, un funcionario del gobierno canadiense que pidió permanecer en el anonimato dijo directamente: “El gobierno canadiense financiará el encuentro, pero no quiere que los pueblos indÃgenas se unan a las protestas anti-globalizaciónâ€.
Ahora, la Cumbre IndÃgena Buenos Aires, esta oficializada (figura en la pagina web oficial de la Cumbre). Con un presupuesto de más de medio millón de dólares aportados por el gobierno canadiense se desplegarán cientos de presentaciones de artistas indÃgenas, de jóvenes, mujeres, ancianos, además de empresas y demostraciones de alta tecnologÃa. Posteriormente las delegaciones volverán a sus paÃses debido a que no existen planes para que los delegados puedan viajar a Mar del Plata para unirse al Foro de la sociedad civil o a la Cumbre de los Pueblos.
Un funcionario del Ministerio de Asuntos IndÃgenas del gobierno federal de Canadá está trabajando para la AFN y fue nombrado Secretario Ejecutivo de la AFN para la Cumbre IndÃgena en Buenos Aires El año pasado, en una conversación informal que tuvo lugar en Nueva York, el funcionario declaró que “nosotros los aborÃgenes no debemos involucrarnos con los manifestantes anti-globalizacionâ€. También mencionó que en Buenos Aires se elaborará un documento y que una delegación de representantes indÃgenas que será nominada en la Cumbre IndÃgena de Buenos Aires viajará a Mar del Plata para entregar el documento a la Cumbre de Presidentes.
El gobierno de Canadá estaba muy interesado en que esta Cumbre IndÃgena se llevara a cabo en marzo pasado, cuando se produjo un impase debido al conflicto entre las organizaciones CJIRA y ONPIA en Argentina sobre cómo organizar la Cumbre; una delegación del Ministerio de Asuntos IndÃgenas del gobierno de Canadá viajó a Buenos Aires con el fin de tratar de convencerlos de conciliar las diferencias y trabajar juntos para el éxito de la Cumbre que ellos están planeando.
Los representantes de las principales organizaciones de los Pueblos IndÃgenas de las Américas denunciaron recientemente en un “Pronunciamiento†a la Cumbre que organiza Canadá en Buenos Aires, y hacen un llamado a las organizaciones IndÃgenas del continente a sumarse a la Cumbre Continental IndÃgena en Mar del Plata y manifiestan: “Esa Cumbre tiene por objeto, manipular a las organizaciones IndÃgenas del continente, pues se llevara a cabo en Buenos Aires, con una agenda despolitizada y con una exhibición folclórica. La intención es clara, dividir al movimiento IndÃgena y separarnos de la sociedad civil y de los pueblos que acudirán a Mar del Plata a debatir el futuro y denunciar la polÃtica globalizadora (…), se repite la manipulación, colonización y control que ejercen Canadá y Estados Unidos sobre las sucesivas cumbresâ€.
La realidad es que se sigue la misma estrategia de dominación, corromper gobiernos, dividir a las organizaciones mediante el ofrecimiento de dinero, son las estrategias económicas de globalización de las empresas transnacionales que están explotando y despojando la tierra y los territorios de los pueblos indÃgenas, con la complicidad de los gobiernos. Muchos de estos proyectos son financiados por instituciones multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, bancos comerciales privados y otras instituciones financieras internacionales.
Al mismo tiempo los dirigentes indÃgenas que están defendiendo sus derechos son reprimidos y hasta asesinados por grupos militares y paramilitares. La guerra contra el terrorismo impulsada por el presidente Bush con posterioridad al 11 de Septiembre ha sido adoptada por los gobiernos para criminalizar las demandas pacificas de los pueblos indÃgenas, acusándolos de actividades terroristas en contra de la democracia. En un informe del 2005, AmnistÃa Internacional declara que : “la guerra contra el terrorismo es una nueva fuente de abusos de los Derechos Humanos; está amenazando con expandirse a América Latina, apuntando la represión a los pueblos indÃgenas que están exigiendo autonomÃa y manifestándose en contra de las polÃticas de mercado y la globalización neo-liberalâ€.
El gobierno canadiense esta vez ha ido demasiado lejos al tratar de dividir al movimiento indÃgena y separarnos de muchos potenciales aliados con las organizaciones de la sociedad civil y de los pueblos, que están exigiendo justicia y que desean construir una sociedad más democrática e incluyente. Luis Macas, presidente de la CONAIE de Ecuador, declaró recientemente: “Es una hipocresÃa que el gobierno canadiense esté auspiciando ese evento, mientras en todas los encuentros internacionales están oponiéndose y negando los derechos indÃgenas, y sus empresas petroleras, mineras (uranio), forestales, de agua y otras están aprovechándose de la globalización, saqueando recursos naturales y contaminado el medio ambienteâ€.
En la agenda de la Cumbre IndÃgena de Buenos Aires, la AFN presentará una Cumbre Empresarial IndÃgena. Habrá oportunidad para hacer negocios, cientos de presentaciones artÃsticas y se ofrecerá “El Pow Wow de las Américasâ€. El Pow Wow es una actividad folklórica de danzas y de intercambio comercial que se instauró en el siglo IXX después de las masacres por parte del ejército norteamericano en contra de los Pueblos IndÃgenas. Es una práctica cultural de los pueblos indÃgenas de algunas partes de Estados Unidos y Canadá, pero esto no se conoce entre los pueblos indÃgenas de América Latina, sin embargo en Buenos Aires se pretende poner a todos los IndÃgenas a bailar en el “Pow Wov de las Américasâ€. “Será una exhibición y una feria empresarial†dice Verónica Huillipán de la Coordinadora Mapuche y coordinadora de la Secretaria PolÃtica de la Cumbre Independiente. “Nosotros los pueblos indÃgenas tenemos que construir unidad entre el Norte y el Sur, pero la manipulación polÃtica y el paternalismo atenta contra nuestro entendimiento, aún entre los indÃgenasâ€.
Arthur Manuel, Shushwap de Columbia Británica y antiguo Jefe dijo: “Las Naciones Unidas en la última sesión de Derechos Humanos en Ginebra recomendó al gobierno canadiense que hiciera esfuerzos para mejorar la situación de los pueblos IndÃgenas, que son los más pobres entre los pobres. Sin embargo, el gobierno canadiense ha tenido éxito en comprar a la dirigencia indÃgena al crear una bien remunerada burocracia aborigen en Canadá y ahora intenta exportar este modelo a América Latinaâ€.
(*) Nilo Cayuqueo, Mapuche de Argentina es Co-director de Abya Yal Nexus para los Derechos de los Pueblos IndÃgenas, sede Oakland, California.
Traducción: Cristian Opaso, Periodista chileno.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
¿Por qué matar a las mujeres indÃgenas? Hasta ahora, la estrategia de control (aniquilación?) de los pueblos indÃgenas se venÃa centrando en la eliminación de los lÃderes de sus organizaciones, de sus autoridades tradicionales y guÃas espirituales o chamanes, es decir, de sus actores sociales más visibles o comprometidos en las tareas de organización para la resistencia de sus pueblos. No obstante, con la profundización del terror como parte de las tácticas de contrainsurgencia (y hasta de insurgencia) la violencia se generalizó y abarcó otros sectores de población, entre ellos, las mujeres, los ancianos y los niños. Y como la estrategia indÃgena ha sido la de resistir, pues cada vez se hacen más sofisticadas las estrategias de “persuasión†y control psicológico de sus poblaciones.
En el caso de las mujeres no es nueva la estrategia de tomarlas como botines de guerra, pues su degradación desmoraliza y debilita al contrario; sin embargo creo que las mujeres indÃgenas no solamente son vÃctimas del conflicto. Más que botines de guerra, las acciones de los grupos armados contra ellas parecen una forma de castigo por atreverse a ejercer su ciudadanÃa, por asumir un rol activo en la defensa de sus comunidades, por aumentar su participación social, transformar sus roles tradicionales y saltar a la esfera de lo social comunitario. Y es que ellas vienen apareciendo no sólo como mediadoras o voceras ante los actores armados, para reivindicar su autonomÃa territorial y de gobierno, sino también como retadoras de sus polÃticas de dominio, como actoras sociales que reclaman el ejercicio de derechos, que exigen el respeto a sus formas de vivir y la devolución de sus hijos reclutados en sus filas o de sus lÃderes retenidos. Asà parecen evidenciarlo las cifras analizadas por etnia, pues las más castigadas ¾por decir lo menos¾ son las mujeres wiwa, destacadas en el liderazgo de los proyectos sociales y de vida de sus comunidades; seguidas de las paeces, actoras fundamentales de sus procesos comunitarios y del desarrollo del proyecto de vida de los nasa; luego las chamÃes, quienes además de proclamar sus derechos de reconocimiento y participación como mujeres indÃgenas han prohibido públicamente a sus compañeras y jóvenes relacionarse con cualquier actor armado, so pena de excluirlas de sus derechos étnicos. La guerra las ha presionado a asumir nuevos roles, dentro y fuera de sus comunidades, y viene siendo un factor importante de cambio cultural y de las relaciones de género en las comunidades.
Obviamente ha cambiado la representación y significación del ser mujer, y este cambio se relaciona también con la dinámica de los movimientos reivindicativos de los derechos de las mujeres en todos los paÃses del mundo. Esto ha ido a otro ritmo y con otras dimensiones en el ámbito indÃgena, pero también allà se ha dado un cambio importante. En general hay una percepción de las mujeres como sujetos más activos en las dinámicas sociales, que de alguna manera las coloca en el terreno del combate, en pie de “igualdad†con los hombres para sufrir los estragos de la guerra. “Han pasado 500 años y más, de atropellos, usurpaciones y humillaciones, pero hemos batallado y resistido; de esta forma sobrevivimos y lo seguiremos haciendoâ€, afirmó contundentemente la indÃgena caucana del pueblo Naza, Alicia Chocué. Como mujeres, han estado en medio de la guerra, y en muchas ocasiones han entrado a dialogar con los grupos armados que violentan sus territorios. Son las voces que ayudan y alientan a sus lÃderes; son la fuerza de sus comunidades para seguir adelante. De esta manera se destaca el papel esencial de la mujer indÃgena como formadora y constructora de la paz. Por último, las lÃderes indÃgenas han afirmado que estarán al lado de sus pueblos “al momento de luchar contra la barbarie y continuarán resistiendo a la destrucción y a la muerte que traen todos aquellos que quieren someternos y vincularnos a sus proyectos de guerraâ€.[1]
Aquà vale un testimonio personal. Hace unos dos años estuve haciendo un trabajo con el Resguardo de Jambaló, Cauca. Allà estaba un frente de las FARC que nos amenazó y ordenó salir del territorio o de lo contrario “no respondemos por sus vidasâ€. Y en un abrir y cerrar de ojos las mujeres de la comunidad, guardias cÃvicas, nos rodearon y protegieron con sus brazos diciendo: “no los vamos a dejar llevar, primero nos tienen que coger a nosotrasâ€. Luego, cuando el gobernador de cabildo fue exigir respeto a su gobierno y a nuestra seguridad, las mujeres fueron las primeras en poner el pecho, en recriminar este accionar de los armados y exigir su derecho a vivir de acuerdo con sus propias prioridades de vida. Fueron ellas quienes explicaron a los jóvenes guerrilleros por qué no debÃan actuar asÃ, y exigieron que no se llevaran a sus hijos como carne de cañón de esta guerra, que no presionaran ni asesinaran a sus lÃderes. Es decir, muchas de ellas vienen siendo beligerantes en la oposición a sus estrategias de guerra y por lo tanto son un estorbo en el camino, que en una lógica perversa a lo mejor se deba eliminar.
Si bien el papel de las mujeres indÃgenas como mediadoras de conflictos intra e interétnicos y en el marco del conflicto armado, en la mayorÃa de los casos todavÃa no guarda relación con su reconocimiento social, hay que resaltar esta dinámica como un aprendizaje formativo que recoge tradiciones importantes de unos pueblos para enriquecer a otros y lógicamente modificar los roles de las mujeres, a partir de las expectativas de sus culturas. Esta práctica probablemente tiene su origen en la tradición matrilineal de la cultura Wayuú, donde el papel asignado a la mujer como mediadora de los conflictos interclaniles o interétnicos se corresponde con el liderazgo que tienen las mujeres en esta cultura: las mujeres siempre han llevado la vocerÃa en los conflictos interclaniles, porque existen unas normas de conducta y de moral que señalan que en las confrontaciones interclaniles ¾muchas veces violentas¾ únicamente entran los hombres. Entonces el papel de las mujeres es tratar de evitar la confrontación llevando la vocerÃa ante las otras familias, clanes o ante el Estado. De esta modo se protegen los hombres del riesgo de ser partÃcipes en una forma directa que puede ser la guerra, pero también se protege la cultura con un tratamiento preventivo del conflicto vÃa palabra, confrontación de argumentos, búsqueda de soluciones pacÃficas y acuerdos. En esta cultura hay unos códigos de guerra compartidos y respetados, y una de sus reglas es que las mujeres y los niños no se tocan en las confrontaciones. En ese sentido, otros pueblos y organizaciones también han encontrado en las mujeres una vÃa de comunicación y negociación con los actores armados para el respeto a sus culturales, con experiencias relevantes como la de la Organización IndÃgena de Antioquia, con Eulalia YagarÃ. Pero esta práctica no deja de representar un riesgo para las mujeres indÃgenas en el contexto nacional, pues si algo tenemos claro es que esta guerra no se rige por ningún código de honor. Razón de más para que puedan ser consideradas actoras, eso sà civiles, del conflicto y objetivos militares del mismo.
Esto se relaciona con otro aspecto que creo conveniente señalar y que también hace parte de esta complejidad. En el siglo XX se pasó de una representación doméstica de la mujer a la representación de una mujer guerrera, y con las mujeres indÃgenas creo que está pasando algo similar. En el desarrollo del conflicto armado, siendo los territorios indÃgenas uno de sus principales escenarios de la disputa territorial por ser inaccesibles, por estar en corredores aptos para el tráfico de armas, tropas, drogas y recursos, ha sido también notoria la pretensión de los distintos actores de involucrar sus poblaciones al servicio en la guerra; bien sea como combatientes (soldados regulares, soldados campesinos, guerrilleros, autodefensas), bien como informantes, guÃas,[2] transportadores, o agentes pues “las operaciones secretas son esenciales en la guerra; de ellas depende el ejército para realizar cada uno de sus movimientosâ€.[3] Entonces no es casual que la estrategia de guerra del actual gobierno de Uribe y de los grupos irregulares tenga como uno de sus pilares fundamentales el uso de la población civil en su calidad de informantes, dando cuerpo a aquello que las viejas teorÃas de la guerra conocieron como la “divina redâ€, compuesta por cinco clases de agentes secretos: los agentes indÃgenas, los interiores, los agentes flotantes, los agentes liquidables, los agentes dobles. Como la información previa “no puede obtenerse de los espÃritus, ni de las divinidades, ni de las analogÃas, ni de los cálculosâ€, es necesario obtenerlos de hombres y mujeres que conozcan bien al enemigo y al terreno; pues cuando estos cinco tipos de agentes actúan simultáneamente constituyen el tesoro más preciado de los generales. De ahà que tampoco sea casual que los distintos actores armados, incluidos los estatales, violando las normas del DIH de proteger la población civil, incorporen estas figuras en sus tácticas de control de la población indÃgena y no indÃgena, pues “un ejército sin agentes secretos es como un hombre sin ojos ni oÃdosâ€. Pero además de ser los ojos y oÃdos de los ejércitos regulares e irregulares las mujeres y los hombres indÃgenas voluntaria o involuntariamente no sólo han sido sus proveedores, su carne de cañón, sino también por qué no decirlo, sus combatientes y hasta planeadores o comandantes.
El Informe sobre la situación de los derechos humanos de las mujeres en Colombia, presentado al Comité de Derechos Humanos de la ONU (2004), se refiere a esto de la siguiente manera: “La presión de los actores del conflicto por vincular a las mujeres a sus filas ha venido aumentando; es difÃcil identificar la diferencia entre reclutamiento voluntario y forzado. Muchas veces las mujeres jóvenes y los menores de edad deciden unirse a las filas de los grupos armados, debido a las graves condiciones de pobreza en que viven y a los altos Ãndices de violencia en el interior de sus hogares. Además, desafortunadamente no pocas mujeres han entrado en contactos afectivos o de amistad con miembros actores armados que, mediante el convencimiento o el engaño, las llevan a involucrarse con ellos o a ingresar a sus filas, lo cual también las convierte en objetivo de sus adversarios. Si tenemos en cuenta, además, el aumento de los embarazos en las jóvenes de las zonas en conflicto, muchos atribuidos a miembros de la fuerza pública, se puede concluir que además del desmadre de las tropas hay que buscar los impactos del conflicto en los entramados de la cotidianidad de las comunidades, más allá de las tipologÃas establecidas por las normas de DDHH y DIH. Estamos hablando de niñas embarazadas por paramilitares, miembros del ejército y guerrilleros, no siempre en contra de su voluntad o producto de violaciones, lo cual evidencia que el problema de los actores armados no es simplemente el problema de la violencia que ejercen: han logrado insertarse por el útero de las mujeres de algunas comunidades, construir nuevas relaciones y generar dinámicas sociales que las corroen por dentro.
Pero volviendo al punto, de alguna manera se ha venido consolidando la idea de una mujer también guerrera, no indefensa y potencialmente ofensiva. Se ha ido transformando ese imaginario de la mujer indÃgena como dadora de vida, apolÃtica, doméstica, en fin, idea que medianamente la protegÃa de las agresiones o atrocidades de aquellos que más que machos se sentÃan caballeros. La mujer ha dejado de ser sólo un botÃn de guerra que se toma, usa y desecha para zaherir o desmoralizar al enemigo. Un poco la hipótesis un tanto aventurada es que de la representación como ser indefenso, inofensivo, vÃctima, la mujer indÃgena ha pasado a tener una doble condición que también la ubica como guerrera. Y es muy factible que a medida que aumente su protagonismo, aumenten también las cifras que la muestren como vÃctima del conflicto, pues aniquilando las mujeres se aniquila la misma posibilidad de vida de las comunidades; toda vez que la mujeres son quienes garantizan hoy en dÃa la reproducción fÃsica, social, cultural y hasta material de las etnias. Tradicionalmente, ellas han tenido promedios de vida muy bajos: actualmente el DNP lo sitúa en 57 años, frente al promedio nacional de 73 años. De continuar esta perspectiva en materia de violación de sus derechos humanos y a la vida, los impactos para la pervivencia de sus culturas serán sencillamente devastadores.
¿Quiénes son los principales detractores de la mujeres indÃgenas? Vistas las violaciones de derechos humanos y DIH que afectaron a individuos (no a grupos o colectivos de personas) durante el primer semestre de 2003, encontramos que los principales presuntos responsables de las violaciones de derechos de las mujeres indÃgenas (y también de los hombres) fueron las Autodefensa Unidas de Colombia (7 y 92 respectivamente), seguidas de autores desconocidos en un porcentaje importante de los casos (5 y 26), de las Fuerzas Militares (24) y de policÃa (1), de las FARC (2 y 14) y otros.
Curiosa y concomitantemente con el incremento desmesurado de violaciones de DDHH contra mujeres indÃgenas, en ese mismo periodo del año 2004, si bien las AUC se mantienen en el liderazgo de presuntos responsables (7 mujeres y 31 hombres), hay un repunte preocupante de las violaciones contra mujeres atribuidas a las fuerzas militares que, de un caso denunciado en el periodo anterior pasaron a 10, con un incremento de 1.000%, mientras se redujo el número de vÃctimas hombres atribuidas a ellos (15).
(*) Investigadora Fundación Hemera
Codirectora Actualidad Étnica
[1] Periódico Actualidad Étnica. Fundación Hemera. www.etniasdecolombia.org, 2004. Marchas indÃgenas del Cauca.
[2] “Los que no recurren a los guÃas locales no podrán obtener ventajas del terreno (...) el jefe de un ejército debe familiarizarse (...) con los pasos peligrosos para los carros y carretas, aquellos en los que el agua es demasiado profunda para los vehÃculos y los collados de las montañas conocidos, los rÃos principales, el emplazamiento de las tierras altas y de colinas, los lugares en que los juncos, los bosques y las cañas crecen profusamente, la longitud de los caminos, la importancia de las villas y ciudades (...) todos estos datos hay que conocerlos con exactitud (...)â€, El arte de la guerra, pp. 74 y 75.
[3] Ibid., p. 134.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Desde el año 1994, cada 9 de agosto se celebra el DÃa internacional de las poblaciones indigenas. Este reconocimiento a las poblaciones aborÃgenes fue aprobado mediante la resolución 49/214 de diciembre de 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el marco del Decenio Internacional de los Pueblos Indigenas.
Muchos hechos motivaron la decisión de la Asamblea General. “La Declaración y el Programa de Acción de Viena y la Conferencia Mundial de Derechos Humanos de 1993, reconoció la dignidad intrÃnseca y la incomparable contribución de los pueblos indÃgenas al desarrollo y al pluralismo de la sociedad y reiteró firmemente la determinación de la comunidad internacional de garantizarles el bienestar económico, social y cultural y el disfrute de los beneficios de un desarrollo sostenible...†Esta determinación de la comunidad internacional, obliga a los Estados a “adoptar medidas positivas y concertadas para asegurar el respeto de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de los pueblos indÃgenas tomando como base la igualdad y la no discriminación, y reconociendo el valor y la diversidad de sus propias identidades, culturas y formas de organización socialâ€. No obstante esta directriz, la Comisión de derechos humanos expresó en el 2004 “su profunda preocupación por los precarios niveles de desarrollo económico y social que afectaban a los indÃgenas en muchas partes del mundo en comparación con la población en general, asà como por la persistencia de graves violaciones de sus derechos humanos, y reafirmó la urgente necesidad de reconocer, promover y proteger más eficazmente sus derechos y libertadesâ€
La culminación del decenio no significó la terminación de los problemas que dieron pie a su instauración. Y aunque en algunos paÃses se han logrado cambios significativos con respecto a las poblaciones indigenas, con adecuaciones constitucionales y legales realmente progresistas, la verdad es que la realidad de estas poblaciones sigue siendo, en la mayorÃa de los casos, igual o peor.
Colombia es uno de esos paÃses en los cuales se han introducido cambios normativos de gran trascendencia para los pueblos indigenas, al punto de obtener grandes reconocimientos por parte de la comunidad internacional. Desafortunadamente estos cambios no se compadecen con la realidad del ejercicio del derecho para estas poblaciones. “sin querer establecer un vademécum del pesimismo, es bueno establecer que esa suerte de
La existencia de normas no significa la superación de los problemas que se quieren atacar. Los pueblos indigenas colombianos, como ninguno otro en el continente poseen tantas normas para el amparo de sus derechos. No obstante, los indicadores en materia de salud, de educación, de vivienda, empleo etc., parecen haberse detenido en el tiempo, o sus movimientos son tan leves, que parecen imperceptibles. Para no pecar de extremos, podemos aseverar que los cambios logrados durante los últimos quince años se corresponden al desarrollo normal de las polÃticas para el grueso de la población y en modo alguno se corresponden con la implementación de una polÃtica diferencial que atienda de manera prioritaria a estos pueblos.
HabrÃa que aclarar que una cosa es la existencia de “bocetos†de polÃtica que bien puede expresarse en la expedición de una ley para atender los problemas de la salud, o en normas que reconocen la importancia de impulsar los planes de vida de las comunidades o incluso en otras normas que buscan su afianzamiento cultural y su pleno desarrollo polÃtico y otra bien distinta, el que esos esbozos de polÃtica logren transformar la realidad de los pueblos indigenas, en el convencimiento de la aplicación de una polÃtica del reconocimiento, en la cuial estén comprometido el Estado y todas sus instituciones y obedezca a una verdadera politica de concertación. Eso como tal, no existe.
En el campo de los derechos humanos la situación es aun más apremiante, por no decir que resulta lo mismo de apremiante, desde la llegada del invasor español, hace 513 años. “Desde el mismo momento en que Colon pisó tierras americanas, se inició la historia del exterminio y aniquilamiento de los pueblos indÃgenas. “La desaparición de pueblos por la resistencia a la conquista y colonización, las enfermedades que trajeron los europeos y la asimilación diezmaron en pocas décadas la población amerindiaâ€. Producto de esta polÃtica que resulta atemporal, hoy perviven en Colombia cerca de noventa pueblos o etnias aborÃgenes y cerca de la mitad está en peligro de exterminio.
Una mirada rápida a la población indigenas colombiana, la reconocida por la Dirección de etnias del Ministerio del interior (84 etnias), nos dice que en Colombia, al menos tres etnias superan los 50 mil habitantes (Pastos, paeces y wayuú); en el rango de los 10 mil a los 50 mil individuos existen once pueblos; son treinta los pueblos que se ubican en el rango entre los mil y diez mil individuos y casi cuarenta los pueblos que están por debajo de mil personas, casi todos estos pueblos, en la region de la amazonia. HabrÃa que prender las alarmas, tratándose de pueblos como los Dujos, Pisamira, Makaguaje y Taiwano, cuyas comunidades no llegan siquiera a los cien habitantes. “La densidad demográfica de los pueblos indÃgenas, sobre todo en la región de la AmazonÃa, introduce un sesgo de vulnerabilidad, no solo en el marco del conflicto armado, sino, en el marco de una situación aun mas compleja, determinada por la presencia de cultivos de uso ilÃcito, la presencia de narcotraficantes y la realidad de unas fronteras que magnifica los elementos de adversidadâ€.
El conflicto polÃtico y social que aqueja a Colombia y la llegada a los territorios indigenas de las diferentes expresiones de la violencia armada, han agudizado los Ãndices de vulnerabilidad de estas poblaciones. Con ello, se han desactivado otras conflictivas –no se sabe cual mas grave-, que como el desplazamiento forzado y el confinamiento, hacen peligrar su existencia. Tan grave resulta para estas comunidades el confinamiento al que vienen siendo sometidos los doce pueblos del Putumayo, como el desplazamiento al que se han visto abocados cerca de 30 mil indigenas en los últimos años, sin contar los 2.535 indigenas desplazados en cuatro casos diferentes en el pasado mes de julio.
La declaración de las Naciones Unidas resalta la contribución de las poblaciones indigenas al pluralismo de nuestras sociedades, pero los Estados poco han contribuido al afianzamiento de su inmensa diversidad; La declaración llama al desarrollo de polÃticas que sean garantes de su bienestar económico, social y cultural de estas etnias, pero los Estados, sobre todo en esta parte del continente, se empeñan en fumigar sus territorios, acabando con todo vestigio de vida y cultura ancestral; La declaración invita a los Estados a promover el desarrollo sostenible de las comunidades aborÃgenes, pero los Estados latinoamericanos se empeñan en suscribir tratados y convenios que hipotecan su independencia y condicionan su desarrollo económico, haciendo totalmente inservibles las economÃas nativas. La declaración invita a los Estados a establecer medidas positivas y polÃticas concertadas, sobre todo cuando se trata de la explotación de recursos en sus territorios, mientras los Estados, incluyendo Colombia, se empeñan en desarrollar grandes proyectos en dichos territorios, desconociendo las normas nacionales e internacionales. Y por ultimo, la declaración hace un ferviente llamado al respecto de sus derechos humanos, mientras en un paÃs como Colombia, diariamente son vulnerados sus derechos por toda suerte de actores, incluyendo las propias fuerzas del Estado.
Recogiendo el llamado que hace la Organización Nacional IndÃgena de Colombia, el "DÃa Internacional de las Poblaciones IndÃgenas" es una buena oportunidad para llamar la atención sobre los problemas que afectan a las poblaciones indÃgenas de Colombia y el mundo, asà mismo, para celebrar y reflexionar sobre la contribución realizada por ellas a la diversidad cultural de nuestro planeta. A través de sus contribuciones musicales, artÃsticas, de lenguaje y de su forma de vida, las poblaciones indÃgenas enriquecen la vida de nuestro planeta de una manera especial que refleja su particular relación y respeto hacia el medio ambienteâ€. Pero realmente podremos celebrar algo, el dÃa que los Estados se decidan a acoger la normatividad internacional y asumir con voluntad las tareas, que devuelvan a os pueblos indigenas, el espacio de dignidad, que nos engrandece a todos.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Resulta sorprendente constatar la convicción con que los pueblos indÃgenas se apropian hoy dÃa de la Internet. Si bien la escasez de recursos es una premisa fundamental, la necesidad de contar con sistemas de información y comunicación avanzados los lleva a superar cualquier tipo de limitaciones.
Para comprender las dimensiones de la apropiación entre sus comunidades y organizaciones hay que adentrarse en la cosmovisión indÃgena: la necesaria interrelación que se establece entre el espacio fÃsico (la tierra), el espacio simbólico (la cultura) y el espacio virtual (la Red).
Para construir el conocimiento es imprescindible partir de este triple vÃnculo para ellos inseparable. Sin embargo, la crisis económica y las migraciones están a la orden del dÃa en la mayorÃa de los casos. Internet desempeña un papel fundamental al entrelazar a los miles de emigrantes que año con año dejan sus tierras; desde esta perspectiva es fundamental comprender la manera en que la virtualidad es capaz de responder a las demandas de identidad y fortalecimiento de sus culturas.
El ciberespacio conforma un capÃtulo inédito en este sentido; la teorÃa de los usos sociales parece responder al necesario enfoque multidisciplinario que se requiere para comprender el proceso de apropiación tecnológica entre sus comunidades, donde hay que destacar: la escritura de lenguas indÃgenas, las representaciones digitales de la identidad, la intercomunicación entre culturas indÃgenas aisladas por más de 500 años, la recuperación de la sabidurÃa ancestral en formatos numéricos, los derechos de autor y el respeto a la cultura indÃgena en la Red, el despliegue de sitios comunitarios interétnicos y, más que nada, una concepción propia ante el uso de las TIC que se funda en sistemas de información hÃbridos que van desde la oralidad hasta la escritura hipertextual.
Abundan los análisis sobre proyectos y programas institucionales y transnacionales que se interesan por llevar la Internet y con ella un supuesto desarrollo a los pueblos indÃgenas. Sin embargo, para hablar de la construcción de un verdadero uso social es fundamental apreciar sus propios sitios, a fin de descubrir cómo la Internet se integra a sus culturas. Uno de los capÃtulos por venir se refiere a las redes internacionales indÃgenas que ya se contactan por la WWW a nivel continental, confirmándose asà la reintegración de una cultura indÃgena panamericana que coexistió en la época prehispánica (Bonfil Batalla, 1991). Esta moneda tiene dos caras: ¿qué tanto están preparadas las culturas no indÃgenas para adentrarse en la cosmovisión indÃgena que ya circula por la Internet? ¿Hasta dónde las normas de difusión de información en la Web responderÃan a las pautas que rigen el acceso a sus formas de conocimiento milenarias y contemporáneas, las mismas que es fundamental integrar a las redes de conocimiento universal?
- Detalles
- Categoría: Columnistas
El año 2005 ha sido sumamente complicado para el movimiento indÃgena latinoamericano. En algunos paÃses, la relación de los pueblos indÃgenas con los Estados nacionales sigue siendo conflictiva. En el escenario internacional y regional el panorama tampoco es halagador. Esta nota de reflexión hace énfasis en tres procesos recientes que amenazan la unidad de los pueblos indÃgenas de América Latina. Asomarse a la crisis, ruptura y división entre los lÃderes y los representantes de los pueblos indÃgenas, nos debe obligar a tomar las mejores decisiones con serenidad y privilegiando el interés supremo de nuestros pueblos indÃgenas. Nunca es tarde para reflexionar, evaluar y hacer un balance polÃtico sobre el efecto positivo y/o negativo de nuestras acciones y decisiones.
Los desacuerdos indÃgenas en Ginebra
El pasado mes de abril, se abrió un debate sobre el receso o suspensión temporal del Grupo de Trabajo Intersesional del proyecto de Declaración de los Derechos de los Pueblos IndÃgenas en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Parte del epicentro de la contienda la protagonizó el Consejo Internacional de Tratados Indios (CITI) y, entre otros, por la Conferencia Circumpular Inuit y la Fundación Tebtebba. La primera corriente de organizaciones planteó el receso o suspensión temporal y la segunda por la renovación del mandato del Grupo de Trabajo Intersesional. En la toma de decisiones de las diversas instancias del sistema de las Naciones Unidas, optaron por la segunda estrategia.
Las dos corrientes de organizaciones indÃgenas internacionales buscaron respaldos y apoyos de adhesión a su postura hacia diversas regiones del mundo. Decenas de organizaciones indÃgenas de América Latina inclinaron su solidaridad hacia una de las dos opciones. La falta de capacidad para superar la polarización de posiciones puso en riesgo la ruptura del movimiento indÃgena latinoamericano. En casos extremos, varias organizaciones indÃgenas llegaron a manifestar su apoyo simultáneo a las dos posiciones. Ello ocurrió con algunos lÃderes indÃgenas de México y de Abya Yala.
Desde México, exhortamos oportunamente al movimiento indÃgena internacional a superar las posturas divergentes y trabajar sobre un planteamiento de consenso. También sugerimos valorar la experiencia para no repetir los mismos errores en el escenario regional e internacional. Asimismo, recomendamos al cónclave de lÃderes indÃgenas que participan en los procesos de negociación en el sistema de las Naciones Unidas, hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar la amenaza de fisuras que atentan con la unidad de visiones y posiciones de consenso. Un espectáculo de confrontación entre lÃderes indÃgenas nos lleva a perder la escasa fuerza polÃtica construida durante largos años de ardua lucha. No podemos darnos el lujo de arruinar la esperanza de nuestros pueblos.
La crisis de la COICA
La crisis de la Coordinadora de Organizaciones IndÃgenas de la Cuenca Amazónica (COICA) estalló con la celebración simultánea de su VII Congreso General en dos sedes de manera simultánea. Se resquebrajaron 21 años de lucha; naufragando ideales y sueños de los pueblos amazónicos. La reparación de su imagen institucional que se hace trizas dÃa con dÃa, es una emergencia polÃtica que los fundadores de esta organización regional deben retomar urgentemente.
Del 20 al 25 de junio, algunas organizaciones miembros de COICA se movilizaron para celebrar su VII Congreso General en Guyana Francesa. Los delegados debaten la agenda, toman sus acuerdos y deciden nombrar a un nuevo Consejo Directivo, encabezado por Jocelyn Therse, como Coordinador General en sustitución de Sebastiao Manchinery.
A sólo dos dÃas después de la celebración del Congreso de la COICA en Guyana, otras organizaciones miembros, con plenos derechos en la COICA, también se reúnen del 27 de junio al 1º de julio para realizar su VII Congreso General en Santa Cruz de la Sierra Bolivia. La noche del 30 de junio, los delegados asistentes a la reunión dan lectura al Acta del Congreso y toma juramento de su nuevo directorio para el perÃodo 2005 al 2009. Nombran como Coordinador General de COICA a Egberto Tavo Chipunavi, ex presidente de CIDOB y originario del pueblo cavineño. También sustituye a Sebastiao Manchinery.
En los paÃses del área de influencia de COICA y a nivel internacional, reina la confusión sobre la legitimidad y legalidad del nuevo interlocutor institucional. Las organizaciones indÃgenas amazónicas atraviesan una crisis severa. En menos de seis meses estallaron sus divisiones; sus organizaciones se encuentran confrontadas y su propia coordinación general tiene dos Consejos Directivos con estructura de mando paralelo. Ante esta situación, debemos preguntarnos: ¿Es una batalla fratricida en la cual se ensayan estrategias de escisión para ser aplicadas en otras regiones indÃgenas de Abya Yala? ¿Estamos ante un plan transnacional para destruir el movimiento indÃgena en América Latina? ¿Es un problema local o hay fuerzas internacionales y geopolÃticas interesadas en expandir el mercado mundial en el Amazonas?
Rodrigo de la Cruz, uno de los brillantes intelectuales indÃgenas con mayor conocimiento del Amazonas y la COICA reflexiona sobre algunos de los temas anteriores:
“Las estrategias geopolÃticas de los organismos internacionales y los paÃses desarrollados con respecto a la cuenca amazónica, apuntan a que se sienten las condiciones polÃticas y jurÃdicas favorables para la explotación irracional de los recursos naturales estratégicos, como son los hidrocarburos, las minas, la biodiversidad, la madera, el agua y los conocimientos ancestrales de los pueblos indÃgenas. La construcción de ejes viales claves en la cuenca amazónica y la declaratoria de los llamados corredores biológicos, son solamente un ejemplo de esta realidad y que paradójicamente estos se encuentran en los territorios indÃgenas. Tuve la experiencia de ver de cerca los enormes intereses que hay detrás de los recursos estratégicos en toda la cuenca amazónica por parte de las empresas extractivas multinacionales y los Estados Nacionales, y en mas de una ocasión fui testigo presencial en los debates o los llamados diálogos en los que con altura y profunda convicción de sus intereses como pueblos, se planteaban las posiciones polÃticas en temas como de áreas protegidas, recursos genéticos, la propiedad intelectual, manejo de bosques, hidrocarburos y minasâ€.
Luis Macas, otro destacado intelectual indÃgena y presidente de la CONAIE, considera que hay un “perverso plan de división de las organizaciones indÃgenas de América Latina…, para arrebatarnos las principales fuentes de agua dulce del planeta, yacimientos petroleros, minerales y los recursos de la biodiversidadâ€. No duda en considerar que los principales enemigos de los pueblos indÃgenas amazónicos son empresas petroleras transnacionales y los diversos acuerdos de integración económica que los gobiernos locales y extraregionales impulsan en los territorios indÃgenas.
Estos son algunas de las razones principales para debilitar a una de las principales organizaciones regionales. Desarmar a la COICA es suprimir una de las organizaciones más fuertes en la defensa de los derechos de los pueblos indÃgenas amazónicos y de América Latina. Enmudecer a la COICA es apagar una voz que defiende a los amazónicos de la depredación y saqueo de sus recursos estratégicos. Condenar a la COICA a una guerra de lÃderes indÃgenas contra lÃderes indÃgenas, es provocar que se devoren unos contra otros. Hacer a un lado a la COICA de la región amazónica es abrir el mercado a las transnacionales y a la comercialización de tierras, bosques y aguas.
En memoria de los grandes lÃderes que fundaron a la COICA, no deben permitir que el escenario anterior ocurra despiadadamente. Las generaciones presentes y futuras de los pueblos amazónicos, tampoco perdonarÃan no actuar y no tener la capacidad de cohesionar las acciones y defender las necesidades comunes. El interés supremo de nuestros pueblos debe prevalecer por encima de cualquier diferencia individual o grupal.
Aliento cierta confianza para que la COICA tenga la capacidad de procesar y resolver el conflicto que lo azota. Debe retomar el liderazgo regional que lo caracterizó por más de dos décadas y volver a enarbolar las grandes demandas de los pueblos amazónicos. Han sido pocos dÃas, semanas y meses desde la agudización de su crisis global y ya se siente el vacÃo que está dejando en el Amazonas y en la esfera internacional. La COICA no debe prolongar su ausencia en los complejos temas de debate nacional, regional e internacional. Que los grandes Dioses los ilumine y ayude a encontrar el camino y salgan de la crisis en que se encuentran sumidos. Las crisis, rupturas y conflictos son dolorosos, pero ayudan a depurar el cuerpo social para volver a nacer con una renovación, reforma y reestructuración institucional con mayores y nuevos brÃos. Ojalá que ello ocurra.
La Cumbre de las Américas y las dos “Cumbres IndÃgenasâ€
Mientras que los amazónicos se debaten entre dos COICAS, en medio de una disputa de liderazgos donde prevalece el caos organizativo, en la Patagonia está latente la amenaza de celebrar dos “Cumbres IndÃgenasâ€. Al igual que la experiencia comentada sobre “Los desacuerdos indÃgenas en Ginebra†y “La crisis de la COICAâ€, vuelve a presentarse la confrontación entre dos corrientes de organizaciones indÃgenas que no logran establecer acuerdos ni consensos para celebrar coordinadamente la “Cumbre Continental de los Pueblos y Organizaciones IndÃgenasâ€, prevista a realizarse en octubre próximo en la República de Argentina.
En el contexto de la celebración de la Cuarta Cumbre de las Américas a celebrarse en Mar del Plata los próximos 4 y 5 de noviembre, se han lanzado diversas iniciativas de “Cumbresâ€, “contracumbresâ€, espacios de consulta de la sociedad civil organizada bajo el esquema oficial, independientes y propuestas libres de diversos sectores sociales históricamente excluidos. En el marco del cónclave de los grandes poderes del hemisferio, habrá “cumbritis†y “contracumbres†y la celebración de la IV Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de las Américas, que se reunirán para tomar acuerdos estratégicos de la agenda polÃtica del continente.
Los representantes de los pueblos y organizaciones indÃgenas de las Américas se movilizan en torno a dos iniciativas continentales. La primera liderada por la Asamblea de las Primeras Naciones de Canadá (APN), la Organización de Naciones y Pueblos IndÃgenas de Argentina (ONPIA) y la Confederación de Pueblos IndÃgenas de Bolivia (CIDOB); quienes, el mes pasado, organizaron en Guatemala la Consulta IndÃgena Mesoamericana y el 1 y 2 de agosto celebraron en Santa Cruz de la Sierra, la Consulta IndÃgena Mesoamericana. Han nombrado sus Comités de Planificación Regional, analizan la situación de los pueblos indÃgenas de América, la vinculación de la OEA con los temas indÃgenas y elaboran el documento de base de su declaración polÃtica.
Con base a la Consulta IndÃgena Mesoamericana y Sudamericana, la APN, ONPIA y CIDOB tienen previsto celebrar, en la República de Argentina, el próximo mes de octubre, la Cumbre de los Pueblos IndÃgenas de las Américas y canalizar sus propuestas polÃticas a la IV Cumbre de las Américas.
Diversas organizaciones indÃgenas de Mesoamérica y Sudamérica vienen participando en esta convocatoria. Dos lÃderes indÃgenas de México se han adherido a dicha iniciativa y han sido nombrados parte del Comité de Planificación.
El mes pasado fue lanzada una segunda convocatoria para celebrar, a finales de octubre, en Mar del Plata Argentina, la “Cumbre Continental de Pueblos y Organizaciones IndÃgenasâ€. La propuesta es promovida fundamentalmente por la Coordinación de Organizaciones Mapuches de Argentina (COMA) y la Comisión de Juristas IndÃgenas de la República de Argentina (CJIRA). Su pronunciamiento polÃtico y llamado a los Pueblos Originarios de Abya Yala es respaldado por más de 15 organizaciones indÃgenas con trayectoria nacional e internacional. Han conformado un Comité Nacional integrado por más de 17 organizaciones locales y otro tanto de comunidades indÃgenas de Argentina. También han constituido un Comité PolÃtico Internacional compuesto por diversos representantes de las principales organizaciones indÃgenas de Abya Yala. Cuentan con estructuras organizativas de base, regional e internacional.
Su pronunciamiento polÃtico reivindica que no encabezan una lucha nueva. Afirman retomar y valorizar la historia del movimiento indÃgena continental y, con base a esta memoria de la lucha de los pueblos, esbozan algunos temas centrales de su agenda polÃtica.
No es posible conjeturar cuántas organizaciones indÃgenas más se adherirán a esta segunda propuesta. Lo que no puede negarse es que ellos son actores polÃticos con trascendencia y trayectoria de trabajo que nadie debe darse el lujo de ignorar. Contradictoriamente, un par de lÃderes indÃgenas de México son parte activa en la promoción de esta segunda convocatoria, incluso uno de ellos es miembro del Comité PolÃtico Internacional, el cual me comentó: “…estamos siendo jaloneados por las dos partes…â€.
La misma situación presenta CIDOB, quien aparece como suscriptor de ambas convocatorias. Ni que decir de las organizaciones indÃgenas argentinas: divididas y partidas por la carencia de voluntad polÃtica por conciliar posiciones. Esta es la tragedia que viene. De no tomarse sabias decisiones, la colisión que se produzca en Argentina causará efectos desastrosos en el movimiento indÃgena de América Latina. Pienso que estamos a tiempo de actuar.
Mi modesta experiencia me indica que no hay otra alternativa que el acercamiento de posiciones entre las dos corrientes de organizaciones convocantes. El primer paso es la conciliación de intereses entre los propios lÃderes indÃgenas de Argentina. No es tarde para que establezcan un pacto y una alianza estratégica. Ningún dólar americano o canadiense puede valer más que la unidad y reconstitución de sus comunidades y organizaciones indÃgenas a nivel nacional.
El segundo paso es que los actores externos dispongan de voluntad polÃtica para contribuir y empujar este proceso para fortalecer la unidad nacional indÃgena. Ello implica “no echar más leña al fuego†y detener el concierto de voces entre “dimes y diretesâ€.
El tercer paso es hacer un esfuerzo en la unificación de la agenda de debate y, sobre todo, el diseño de un documento de base o declaración polÃtica unitaria que refleje el verdadero problema de los pueblos indÃgenas del continente.
El cuarto paso es la designación de un pequeño grupo de “embajadores indÃgenas†para que establezcan los enlaces diplomáticos con los responsables ejecutivos de la IV Cumbre de las Américas y negociar la inclusión de un párrafo sobre la situación de los pueblos indÃgenas de América. Como en toda Cumbre y reunión de alto nivel diplomático, hay procedimientos protocolarios necesarios de abordar a la brevedad. En el documento borrador del Proyecto de Declaración de Mar del Plata que los Jefes de Gobierno y de Estado suscribirán, el tema indÃgena es prácticamente inexistente. Sólo una referencia a las oportunidades de “empleo para los pueblos indÃgenas†y su reafirmación en el numeral 31 que a la letra dice:
“Reafirmamos nuestro compromiso con lograr finalizar exitosamente las negociaciones en el contexto de la Declaración Americana sobre los derechos de los IndÃgenasâ€.
En su proyecto borrador del Plan de Acción no hay ningún compromiso concreto sobre los pueblos indÃgenas de América. Ello implica una fuerte negociación y presión polÃtica para incluir el tema indÃgena en el proyecto de Declaración PolÃtica y Plan de Acción de los Jefes de Estado y de Gobierno.
De considerarse necesario, puede pensarse en un quinto paso para impulsar alguna instancia o fórmula de intermediación polÃtica para propiciar el diálogo y la construcción de alianzas y pactos entre las dos corrientes de organizaciones indÃgenas. La comisión de intermediación debe tener alta autoridad moral y polÃtica. Deben privilegiarse las personalidades del mundo indÃgena. Por ejemplo Wilton Littlechild, indÃgena canadiense, copresidente de la I Cumbre de los Pueblos IndÃgenas de las Américas, de Ottawa, en marzo del 2001. Actual miembro del Foro Permanente para las Cuestiones IndÃgenas de la ONU. También pienso en los liderazgos con alta autoridad moral como la Dra. Nina Pacari, también miembro del Foro Permanente.
El sexto paso debe tejer alianzas con otras iniciativas de la sociedad civil nacional e internacional para sumar la voz de los pueblos indÃgenas en el contexto global de la Cumbre de los Pueblos. Es imprescindible unificar la voz de los pueblos indÃgenas y no lanzar declaraciones dispersas que se pierdan en el mundo de los papeles y discursos huecos con nulos impactos para nuestros pueblos.
Todos ustedes y todos nosotros tenemos la palabra.
__________
*Los artÃculos de esta sección no expresan la opinión del medio. Por lo tanto, Actualidad Étnica no se hace responsable de los mismos.
**Experto IndÃgena e I
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Hacia finales del siglo XX a lo largo de América Latina se asiste a las reformas del Estado, a la muerte del modelo que desde el siglo XIX se erigÃa en referente fundacional y que descansaba en el principio de existencia de una nación y de la universalidad de una sola cultura. La nación representada en la unidad de una sola cultura se fragmenta, emergen etnias y pueblos como sujetos de derechos colectivos, la identidad de los Estados se alimenta en el multiculturalismo. Con el correr de los anos, las reformas que se anunciaban en los inicios de la década de los noventa, se descubren en su verdadero sentido y finalidad.
Las reformas emprendidas en el plano constitucional, como tendencia general, entran en contradicción con las polÃticas económicas de los distintos Estados y los proyectos de las trasnacionales especialmente cuando se trata de acceder a recursos forestales y mineros, fundamentalmente los de tipo energético. En el nuevo universo de globalización o de trasnacionalización de la economÃa, los derechos reconocidos a pueblos y etnias, a la vez que se convierten en obstáculo para el desarrollo de ciertos proyectos, al mismo tiempo son alternativa para negociar directamente con las comunidades por parte de los agentes de las trasnacionales, pasando por encima o en connivencia con los Estados, siempre en condiciones desfavorables para los dueños de los territorios.
Los ordenamientos constitucionales nacidos de las reformas del Estado, cuando ya se acercan a dos décadas de su promulgación, no se proyectan en cuanto a generar mecanismos para hacer efectivos los derechos enunciados de forma general. En el caso extremo estarÃa Guatemala, donde la Constitución emerge como resultante de la negociación de un largo periodo de guerra y donde la promesa de fondo es restituir los territorios a los pueblos indÃgenas. AllÃ, la reforma agraria se ha venido aplazando, sin que la territorialidad indÃgena se constituya en el soporte para la reproducción de su cultura.
En el caso de Colombia, contrario a Guatemala, la territorialidad de pueblos y etnias es progresiva, y sin que el problema este resuelto, cerca del 30% del territorio nacional es reconocido como propiedad de los diferentes pueblos que se diseminan a lo largo del territorio nacional. Sin embargo, el ejercicio del control del territorio se experimenta limitado por diferentes causas, unas agenciadas por el Estado, otras por factores derivados de la situación de guerra que se vive desde hace varias décadas.
Esta situación donde el Estado reconoce en el piano jurÃdico los derechos de etnias v pueblos, pero a la vez en el desarrollo de sus polÃticas restringe y limita el ejercicio de su autonomÃa, es susceptible de valorar y conocer en lo relacionado con la normatividad que regula el acceso a los recursos forestales. Para Etnias & PolÃtica, el caso de la polÃtica forestal en Bolivia y Colombia, muestra claramente los limites en los que los Estados inscriben o subordinan el ejercicio de la autonomÃa de los pueblos indÃgenas.
En Colombia, el 50% de los bosques disponibles son en la actualidad tierras colectivas de pueblos indÃgenas y de comunidades negras. Esta realidad impone que para el acceso a los recursos de esos bosques medie el conjunto de derechos que de manera especial el Estado reconoce a estos sectores de la población; pero, en contravÃa, el Estado elabora una polÃtica forestal y legisla en procura de limitar tales derechos y de expropiar del bosque a sus habitantes ancestrales.
Etnias & PolÃtica, en el presente número, muestra como la polÃtica forestal que en la actualidad se esta estructurando en Colombia no es invención apropiada al contexto nacional. Ella tiene sus antecedentes, es estrategia global y es manifestación de la confrontación internacional por el acceso a los recursos. En Bolivia, en la década pasada, el Programa Bolivia Forestal agenciado por USAID implemento una polÃtica de ajuste a la normatividad estatal, de tal forma que se diera viabilidad y legitimidad al saqueo de los bosques, y funcionalizando formalmente los derechos indÃgenas a esta finalidad, pero contradiciéndolos en la practica.
Luego de una década de saqueo en Bolivia, el modelo se traslada a Colombia y sin mayor artificio se le nomina Programa Colombia Forestal. Los objetivos son de la misma naturaleza: ajustar la normatividad y modernizar el sector forestal. Avanza la discusión legislativa, la Ley Forestal esta a punto de ser aprobada, y los bosques que en el pasado reciente eran valorados por su riqueza en biodiversidad y soporte de la existencia cultural de las comunidades indÃgenas y negras, ahora, por el nuevo ordenamiento jurÃdico pretenden reducirlos a madera, a simple recurso por extraer, a mercancÃa. Con la nueva Ley Forestal, los pueblos indÃgenas y negros, de propietarios se transformarÃan en mano de obra de las empresas que fomenta el Programa Colombia Forestal.
Flexibilizar las normas para acceder a los bosques de los territorios colectivos expresa bien la lógica de las polÃticas de los Estados, las cuales se subordinan a los intereses del capital trasnacional y se ajustan en función de los mercados. Esta lógica se proyecta con mayor impacto cuando se trata de los recursos del subsuelo, que se impone incluso con métodos menos sutiles, a través del ejercicio de la violencia, de la desterritorialización y de la destrucción de las culturas.
En el nuevo escenario en el que se impone la paulatina restricción de los derechos conquistados por pueblos indÃgenas y grupos étnicos, la revista Etnias & PolÃtica busca ser un espacio de lectura critica a la acción del Estado, pero igualmente al modelo de gestión y gobierno que en lo local vienen decantando dichos pueblos, con la intención de generar la reflexión al interior de los movimientos indÃgenas y negros y alimentar en torno a ello el debate nacional. Es condición apropiar la visión de lo global como contexto que determina o impone, pero de igual modo es necesario conocer sobre el modo como esos poderes externos se integran en lo local y crean sus propias redes.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Colombia cuenta con las guerrillas más viejas del continente, porque ha vivido más de cincuenta años de lucha armada permanente. A raÃz de la expansión del paramilitarismo en los últimos diez años, se han vuelto a revivir las escenas de crÃmenes atroces, tan macabros como los de la violencia polÃtica de los años 50, agravándose la situación con el problema del desplazamiento de aproximadamente tres millones de colombianos.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Cuando hablamos sobre Derechos Humanos, estamos hablando de la vida. Tu vida, mi vida, la vida de los que están allá y mucho más allá, la vida que existe en las cuatro direcciones.
Al hacer esta afirmación estamos reconociendo que somos diversos y que somos iguales y que somos naturaleza que estamos y vivimos de la tierra. Entonces somos sus hijos con una misma madre: la Tierra (Pachamama). Si entendemos esto, quiere decir que sabemos que somos hermanos y hermanas, por ello, no podemos estar en contra de la vida de ninguno de nuestros hermanos, pues somos la familia. Familia también de los no humanos; también, porque somos parte de ese todo, y en relación con el todo es decir de lo animado e inanimado el cual está en nosotros, y con nosotros, y para nosotros, y nosotros estamos en ellos. Porque todo es vida con derecho de ser y existir por ley natural.
Siendo asÃ, no nos explicamos por qué los Derechos de los Pueblos IndÃgenas no se han aprobado en 10 años (1994-2004), ¿que paso? (2) ¿Es que es un asunto difÃcil y se requiere de otros 10 años más (2005 -2015) para que se pueda aprobar dicha declaración?
Esto es patético para la humanidad. Tengo vergüenza ajena. 20 años y tal vez más se requiere para aprobar los derechos de nosotros los indÃgenas y nuestros pueblos. Esto mide las concepciones, los valores en las cuales esta sustentada esta sociedad. ¿Tal vez soberbia?
La sociedad humana civilizada del globo terráqueo no firma hasta ahora los derechos indÃgenas. Esto quiere decir que nosotros los indÃgenas no existimos, o no significamos nada para el mundo, tampoco significa nada nuestro aporte cultural, de conocimientos, nuestros avances tecnológicos y cientÃficos en todos los campos aportados al mundo. Y ahora pretender expropiarnos de lo único que nos queda: nuestra dignidad. ¿Tanto odio se cierne sobre los hombres y mujeres de las Primeras Naciones y sus pueblos? ¿Quieren seguir ignorándonos 10 años más?
Somos 6.427.010.932 (1) de personas en todo el mundo; y la población de los Pueblos IndÃgenas (Originarios) somos mas de 500 millones, es decir mas 500 millones de personas absolutamente carentes de representación polÃtica oficial, en los estados. Los Estados nos niegan o suprimen. Ellos piensan que somos invisibles ante el sistema a nivel global. Se trata de la única ‘"raza’" humana sin representación y con competencia plena en Naciones Unidas, sustantivamente por no reconocérsenos legalmente atributos "humanos universales visibles" es decir, derechos a la propia lengua, cultura, formas de espiritualidad, reconocimiento especÃfico de nuestra propia historia, formas de organización social, económica y polÃtica. Se trata, en suma, del escándalo legal más grande cometido en el milenio a vista y paciencia de todos los organismos que se precian de guardar y velar por los valores más elementales y humanos.
¿Cómo es posible que a los indÃgenas siendo hombres y mujeres de las primeras naciones en pleno siglo XXI no se nos reconozca nuestra existencia? ¿Tanta indolencia del mundo hacia nosotros?
Reclamamos nuestro derechos ha existir! y ser! ¿Por qué nadie dice nada frente a esta canallada y genocidio legal? La Década de los Pueblos IndÃgenas fue concebida como una oportunidad, para generar y practicar nuevas relaciones equitativas sociales, económicas, polÃticas y culturales entre Estados y pueblos indÃgenas, la sociedad en general. Sin embargo, el obstáculo mayor reflejado son los desencuentros conceptuales sobre pobreza, democracia, ciudadanÃa, poder-gobernabilidad, desarrollo, seguridad que dan cuenta de la subordinación colonial que sigue caracterizando a los Estados.
En Mayo 2005 se realizó la IV Sesión del Foro Permanente de Pueblos IndÃgenas del Mundo en las Naciones Unidas y sus conclusiones se traducen en una tarea inconclusa, pues no hay materialización en el reconocimiento y ejercicio de nuestros derechos en el Sistema de las Naciones Unidas; ¿que paso? Los Estados y Gobiernos no asumieron su compromiso. Y por otro lado las corporaciones transnacionales monopólicas, lejos de construir un compromiso social, amenazan la vida y los derechos colectivos de nuestros pueblos, al privilegiar sus desmesurados intereses particulares, legitimados por los procesos de negociación de tratados comerciales, que subordinan a las propias soberanÃas de los Estados.
Y claro toda la maniobra tiene un objetivo: y es la firma del tratado económico y en especial énfasis el tratado de libre comercio, pues, en todos los paÃses del Continente de América Latina y el Caribe, (Abya Yala) se viene promoviendo; eso tiene una razón, el apoderamiento de nuestras tierras, nuestros territorios y sus recursos naturales y energéticos, nuestra mano de obra casi regalada, al no tener derechos legales que nos asistan, se hace mas fácil desaparecernos como pueblos.
Nuestros territorios son inmensamente ricos y nuestro conocimiento y consentimiento no son necesarios para ese plan-acuerdo porque dificultan los intereses de los colonialistas imperiales, pues los gobiernos se los dan gratuitamente. Los gobiernos nacionales sin nuestra voz legal entregan nuestros territorios y recursos naturales y con nosotros dentro como si fuéramos mercaderÃa o ganado, mas fácilmente. Asà que hecha la ley hecha la trampa como decÃan nuestros abuelos. No se respeta el derecho consuetudinario. Por ello reconocer nuestros derechos en 2005 hubiera traÃdo complicaciones a los depredadores de los Pueblos indÃgenas y los entreguistas gobiernos de los estados nacionales. Pues, sin legislación sin reconocimiento de derechos a los Pueblos indÃgenas somos vulnerables, por tanto la no firma de los Derechos indÃgenas les facilita las cosas.
¿Donde están los polÃticos y politiqueros criollos que no acusan a estos gobiernos como traidores a la patria por entreguistas? ¿Dónde están las defensorÃas del Pueblo?, ¿dónde están los supuestos nacionalistas congresistas criollos, supuestos padres de la patria, cuando juran y prometen fidelidad, lealtad y asumen sus compromisos poniendo de por medio su bandera y sus sÃmbolos patrios?, luego en el nombre de la supuesta patria entregan la soberanÃa de un estado nación con sus habitantes a los bloques del capital financiero y usurero del comercio injusto del imperialismo. Que vergüenza; ¿podrÃamos llamarlos traidores a la patria?
Ante la ausencia legal de un instrumento internacional como es los derechos de los pueblos indÃgenas, el imperialismo y transnacionales pretenden asegurar la libre circulación de la mercaderÃa y el capital por todo el continente. Y claro con el aval de las Iglesias doctrineras y sus jerarquÃas pretenden lograr el control de las economÃas de cada uno de los PaÃses de las Américas. Para los indÃgenas esta situación significa que se continúa en Colonización. ¿Dónde están las llamadas independencias?
TodavÃa algunos pretenden hacernos creer que el ALCA aportara algún beneficio a los estados nacionales. Las gentes de las Primeras Naciones, practicantes milenarios de la democracia participativa, sabemos que no es asÃ. Tenemos 513 años de resistencia y sabemos que nada bueno se negocia a espaldas del Pueblo y en secreto entre gallos y media noche, pero ya nada esta oculto bajo el sol. Acaso no vemos que se reúnen con sus únicos cómplices que tiene en cada paÃs y esos son los gobiernos de las respectivas repúblicas (salvo honrosas excepciones en A. L.) y algunos grandes empresarios y todavÃa van de rodillas a suplicar que firmen. Estos malos dizque "negociadores" (encomenderos) saben que lograrán de sus patrones del imperio, gratificaciones personales/grupo, se harán acreedores a un cargo dizque importante por sus servicios.
El gobierno de Estados Unidos y las multinacionales económicas necesitan del ALCA para solucionar sus problemas económicos y satisfacer su deseo de dominación y saqueo y destrucción de nuestros recursos naturales y humanos, para ello cuentan con los gobiernos corruptos y socios locales, de los Estados Nacionales del Continente, de esta forma se aseguran un mercado sin limitaciones y sin competidores.
Esta es una larga historia de injusticia y opresión para los Pueblos de América y especialmente para los Pueblos IndÃgenas, los mismos que nos hemos convertido en los mas vulnerables de esta avanzada imperial, debido a que los Gobiernos de los diferentes paÃses de América no tienen voluntad polÃtica para cumplir con las polÃticas públicas, leyes e Instrumentos Internacionales que ellos mismos han aprobado o firmado, sumiéndonos en la mas absoluta pobreza, hambre, discriminación, racismo, xenofobia, criminalización y judicialización de nuestros lÃderes, desprecio, pues no nos incluyen para nada en nada y muy por el contrario han permitido se sigan apropiando de nuestras tierras, territorios, recursos naturales del suelo y subsuelo, de los patrimonios y legados de nuestros ancestros, no respetando el derecho consuetudinario.
Y como consecuencia de ello hemos sido expulsados de nuestras tierras ancestrales para convertirnos en trabajadores temporales, migrantes urbanos, muertos de hambre, limosneros y por ultimo servidores domésticos a cambio de solo la comida, por lo tanto expuestos a las formas mas inhumanas de explotación laboral y social, pues los llamados "ajustes económicos" a costa del hambre, la miseria, la negación de todos los derechos humanos y ancestrales entre los cuales están el derecho a la tierra y los derechos sobre los recursos, el derecho al territorio ancestral, el derecho a la libre autodeterminación, a la participación en la vida del Estado, la nacionalidad, salud, seguridad social en general, el derecho a la identidad espiritual, lingüÃstica y cultural, el derecho a la educación intercultural bilingüe, a la información, al trabajo, a la participación en el desarrollo, el derecho a participar en la vida polÃtica, económica y social de la sociedad en la que vivimos. En lugar de todo ello hemos sido objetos de exclusión total.
Estamos en 2005, y ¿qué tenemos como base legal de reconocimiento internacional a nivel de Naciones Unidas sobre nuestra existencia? Nada.
Se nos ha implementado el modelo neoliberal, modelo que exige la entrega de todo a través de privatizaciones mediante las cuales se vienen entregado el petróleo, los hidrocarburos, las empresas nacionales, las aerolÃneas, los ferrocarriles, las empresas de teléfonos y se siguen entregando territorios, el agua, sin ningún beneficio a cambio.
Se instalaron grandes empresas destruyendo el equilibrio ecológico, la biodiversidad y miles de hectáreas fueron deforestadas para desarrollar cultivos de exportación que utilizan agrotóxicos en gran escala, en desmedro de los cultivos tradicionales que constituyen la dieta alimentaria de las personas, de las comunidades, de los pueblos originarios. Se abrió paso a la proliferación de transgénicos y semillas hÃbridas, a la deforestación de grandes extensiones de bosques nativos, explotación desmedida de minerales y con ello el envenenamiento de lagos y rÃos.
Se pretende convertir a nuestros pueblos en consumidores y proveedores de materia prima o bienes manufacturados de bajo valor agregado, pretende imponer normas que obstaculicen la capacidad de control de cada paÃs, de cada estado nación sobre las actividades de los inversores extranjeros donde las ventajas son siempre para estos en desmedro de la pequeña y mediana empresa nacional y el resto de la población, pretenden fundamentarse en los derechos del mercado es decir: derecho a la mayor ganancia de los grandes capitales a costa, como hemos dicho, del saqueo de las riquezas naturales de nuestros pueblos y la explotación de seres humanos, mis hermanos, nuestros hermanos.
Se dará igual trato para una pequeña empresa como también a la gran transnacional (alegan que dar apoyo o proteger a la pequeña o mediana empresa nacional significará discriminar a la gran corporación transnacional). Nuestra vida nos ha enseñado que trato igual entre desiguales solo puede conducir a mas desigualdad e injusticia. Cualquier norma de protección a la industria nacional aplicada en los paÃses de la región podrÃa considerar las grandes empresas transnacionales como discriminatoria y estas podrÃan llevar a juicio a los estados nacionales que incurrieran a cargo de tribunales internacionales.
Con la supremacÃa del mercado, se pierden los derechos fundamentales de los indÃgenas y las personas en general, se anula la función de los Estados. La instalación del ALCA agudizara: la precarización y flexibilización del trabajo, la desregulación del mercado financiero, la libertad de los grandes grupos económicos en desmedro de los pequeños. O sea, todos los derechos para los grandes capitales, sin que el Estado pueda regular o establecer derechos a los nacionales, los grandes capitalistas tendrán el derecho de cerrar una fuente de trabajo e irse a otro lugar donde puedan pagar menos a los trabajadores (como ya lo estamos viendo), o bien atropellar, contaminar el medio ambiente, perjudicar a todos los medianos y pequeños empresarios y agricultores nacionales sin que nada pueda frenarlo. Si hubiera oposición el Estado debe aceptar someterse a las normas de dominación que impondrá el ALCA
Pruebas al canto
¿Que pasó después de 8 años de haber firmado el tratado de libre comercio de América del Norte cuyas siglas son TLCAN o NAFTA que se firmó en 1994 y donde participaron Canadá y México?.
México tiene una pobreza nunca antes vista. No en cuanto al PBI, sà en cuanto a la situación de la población, de cada 100 personas 75 son pobres, el salario mÃnimo perdió mas de tres cuartas partes de su poder adquisitivo, 200,000 puestos de trabajo fueron destruidos, en el Estado de Guerrero fue desmontado el 40% de la selva, se ha incrementado el trabajo infantil y las condiciones de vida son de desprotección e insalubridad.
Canadá, entre otras situaciones, por la imposición del sistema de reparto proporcional, tiene que enviar a E. U. el 55% de la producción total de gas, aunque en Canadá se necesite y tengan que pagarlo mas caro. Algo semejante sucede con el petróleo, tiene que enviar a los E. U. el 1,3 millones de barriles diarios de petróleo, siendo la producción de 2,3. En E. U. muchos miles de trabajadores han perdido su trabajo debido a que las empresas han preferido trasladarse a otros paÃses donde les paguen menos la mano de obra, exploten con mayor facilidad y con la anuencia del gobierno puedan tener mayores ganancias.
Toda esta situación afecta a la vida cotidiana de las personas especialmente a las que tiene menos recursos y son mas vulnerables, pues los gobiernos en su afán de cumplir fielmente con el mandato impuesto, se desentienden del rol que deben cumplir, rol que está expuesto en cada una de las Constituciones de cada PaÃs. Me refiero a los servicios sociales que tienen cumplir por obligación, los cuales se han convertido en una mercancÃa y solo es para los que pueden pagar, por ejemplo, si una persona se enferma si no tiene dinero está condenada a morir porque debe pagar atención, exámenes, medicina y hasta la estadÃa en la cama del hospital, aun haya aportado durante toda su vida a la seguridad social.
La recuperación de la salud a cargo de empresas buscaran el mayor lucro y por supuesto los pobres y los indÃgenas quedaremos fuera de toda asistencia y protección por parte del Estado, fuera de todo programa de salud, vivienda, educación, etc, la protección gratuita por parte del Estado podrÃa ser cuestionada por las empresas extranjeras transnacionales como competencia desleal, y podrÃan querellar al Estado que lo haga, llevándolo a juicio a dicho Estado ante tribunales supranacionales. La salud de la población se perjudicará, más aún si se tiene en cuenta el consumo de alimentos transgénicos los cuales no tienen ningún control.
En cuanto a la agricultura que realizamos los diferentes pueblos y comunidades indÃgenas, ésta ya no se permitirá, será suplantada por la agro industria, agro empresa, la competencia acabará con los pequeños y medianos productores, lo mismo ha ocurrido con los pequeños comercios que han sido arrinconados por los supermercados. Y lo que es peor se apoderaran de nuestras semillas y el agua, como lo venimos viendo.
Nosotros vemos que ALCA afecta en demasÃa a nuestros derechos ancestrales a la tierra y el territorio, a los recursos naturales, al respeto a nuestra identidad, a nuestra cultura y saberes tradicionales a nuestra autodeterminación como naciones originarias.
En cuanto al Agua (Mamayaku) "oro azul". Hay un plan de apropiación de los recursos hÃdricos han empezado con la privatización y venta ha través del embotellamiento que venden en la ciudades; piensan expropiarnos los mas importantes acuÃferos de agua dulce en América del Sur como la Región Amazónica y otros.
Nuestra lucha no debe quedar solo en denuncia, aunque algunos grupos sociales nos ignoren, no podemos perder de vista a los grupos sociales conscientes, la lucha contra el proyecto imperial que se expresa en el ALCA requiere de todos y todas, pues no debe pasar la creciente militarización, la criminalización y judicialización de nuestra demandas en contra de la deuda externa (esta ha sido pagada con creces y no es una cuestión económica, es una cuestión polÃtica, es un instrumento de dominación y chantaje, mediante el cual más pagamos, más debemos, menos tenemos y mas esclavos somos). Es necesario plantear la necesidad urgente de una ruptura completa con el sistema de dominación actual y aceptar en su lugar el desafÃo de una integración y una globalización basada en los valores y el respeto a la diversidad cultural de los pueblos y a la colaboración solidaria entre ellos, es decir a la reciprocidad, principio fundamental de nuestros ancestros.
La construcción concreta de una integración alternativa basada en el derecho de los pueblos a su autodeterminación, asà como nuevos modelos de desarrollo respetuosos del medio ambiente, basados en la equidad, la inclusión y el respeto de los derechos humanos y los no humanos son una alternativa pues nos GARANTIZAN UNA EXISTENCIA DIGNA.
Por ello; la alternativa es la integración de nuestros pueblos, es necesario la unidad para luchar, para vencer, para planear nuestro destino en la reconstruyamos de nuestra Madre Patria Tawantinsuyana, a través de la resistencia; pues la lucha por nuestra independencia ideológica/polÃtica continúa hoy mas que nunca. Nuestros pueblos indÃgenas son inclusivos y siempre lo fueron esa es nuestra expresión natural como hijos de Pachamama por ello todos y todas somos necesarios. Somos gente de las primeras naciones y tenemos experiencia en la resistencia. Ante la pretensión imperial a través del ALCA, digámosles a los genocidas colonialistas del siglo XXI; ¡Ama Sua!, ¡Ama Llulla!, ¡Ama Qhella!, código ancestral quiere decir no seas ladrón, no seas mentiroso, no seas ocioso.
La vida con dignidad es importante ante cualquier interés mezquino. Somos gente de la Tierra y estamos aquà con nuestra inteligencia, nuestra voluntad, amor, somos el presente y vamos al futuro porque nuestra historia se fundamenta en miles de años de experiencia de trabajo, lucha, sabidurÃa y conocimiento, los que aportamos y seguimos aportando dÃa a dÃa a la humanidad. Como gente de la Tierra hemos sacado del hambre y la muerte a las gentes del mundo con nuestra inmensa variedad alimenticia. Somos inteligentes, creativos y dueños de una cultura, tenemos una identidad ligada a nuestra Madre Tierra y Padre Sol.
Nuestros ancestros están con nosotros, Pachamama nos seguirá ayudando. Ella nos dio enseñanzas de vida para nuestro crecimiento, nos da el munay, el yankay y el yachay. somos hijos de la tierra y no, necesitamos de otras leyes o mandamientos; porque el amor (munay) nos hace conscientes del "servicio", que debe ser siempre el "servicio del ser", ya que el servicio es la conciencia de la reciprocidad o trabajo. . . estemos seguros/ras que el amor y el trabajo (yankay) nos llevan a la conciencia superior del saber o conocer (yanchay). allà esta la sabidurÃa que necesitamos, allà esta nuestra palabra flecha, nuestra energÃa ,allà esta nuestra lucha y allà esta nuestro derecho a ser, existir para vivir con dignidad. pachakuti esta cerca pues ya soplan vientos de libertad.
Notas:
(1) De acuerdo a Internacional Programs Center, U. S. Bureau of the Census, la población total del Mundo proyectada para el 27 de marzo de 2005 a las 19:59 GMT (EST+5) es de 6,427,010,932.
(2) Adelfo Regino dirigente de Servicios del Pueblo Mixe (SER) y experto ante el Foro Permanente para las Cuestiones IndÃgenas de la ONU. Apuntó que sobre todo Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia tienen una posición muy clara de negación y cuestionamiento del derecho de los pueblos indios a la libre determinación y a sus tierras y territorios. Entrevista de Rosa Rojas para el diario La Jornada 11 de abril.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Es inminente el alto grado de violación de DDHH y de violencia que invade a Buenaventura, el primer puerto de Colombia sobre el litoral pacÃfico que maneja más del 70 % de las exportaciones del paÃs, es contradictorio e irónico que el principal puerto de Colombia sea uno de los municipios más olvidados por el Estado colombiano y que no haya autoridad polÃtica ni militar que ponga freno a los hechos de barbarie de los cuales es victima esta sociedad.
Los aires de tristeza y desolación han embargado a los más de 500 mil habitantes de este municipio que este año no pudieron disfrutar de las anheladas fiestas patronales de San Buenaventura ni del festival folclórico, que tradicionalmente se realizan en julio y agosto. Estas fiestas, consideradas como uno de los escenarios mas propicios para la promoción de la cultura que los caracteriza y que permiten a sus pobladores intercambios culturales con otros municipios y departamentos de la región pacifica como Cauca, Chocó y Nariño, se han visto empañadas por las innumerables masacres y desapariciones de los últimos años.
Para efectos de vislumbrar el panorama de orden público que presenta Buenaventura, nos permitimos citar el Informe presentado por el Proceso de Comunidades Negras, El Palenque Regional El Congal y la Pastoral Afrocolombiana, realizado con el apoyo de la Asociación Minga, la Corporación Sembrar y el Comité Andino de Servicios, en Julio de este año, acerca de la situación de DDHH de las comunidades negras y en el municipio de Buenaventura .
Dicho informe presenta un bosquejo general de la situación de DDHH en este municipio desde el año 2000 y relata como las masacres, los asesinatos, las desapariciones, las amenazas y los desplazamientos se han convertido en un elemento común en el diario vivir de sus habitantes.
Según medicina legal, en el año 2000 hubo 559 asesinatos, en el año siguiente la cifra disminuyó a 534, para el 2002 siguió disminuyendo, la cifra estuvo cerca de los 455 asesinatos, sin embargo, esta cifra se disparó, en el año 2003 se registraron 567 asesinatos, para el año 2004 los asesinatos ya sumaban 409 vÃctimas a Noviembre, cifra preocupante considerando que en Diciembre dichos crÃmenes aumentan considerablemente, a Julio 12 de 2005 ya van 213 asesinatos, situación alarmante si consideramos que apenas han pasado siete meses de este nuevo año, por lo tanto dicho número puede llegar a más de 400 asesinatos a fin de año, estas cifras resultan aterradoras para una sociedad que estaba acostumbrada a que los miembros de su familia murieran de viejos, no por los estragos de la violencia y menos por la barbarie de una sociedad que se empeñan en destruirse los unos a los otros.
La mayorÃa de las vÃctimas de estos asesinatos presentan señas de tortura, que hacen pensar en que estos actos delictivos están asociados con retaliaciones o venganzas, ya sea por intolerancia social, narcotráfico, por supuestos vÃnculos con la guerrilla, paramilitares o algún tipo de relación con alguno de los actores del conflicto. Al respecto, llama la atención el alto porcentaje de cadáveres sin identificar (15%), por su alto grado de descomposición.
Se han presentado cerca de 32 masacres desde el año 2000 a la fecha, que arrojan un número de muertos que va de un mÃnimo de 3 personas a un máximo de 106 por masacre. La más recordada por los habitantes es la del Alto Naya, del 4 Abril de 2001, donde murieron aproximadamente 106 personas, y hay otras tantas desaparecidas.
Otro flagelo que azota a la comunidad bonaverence es el indiscriminado número de desapariciones forzadas y desplazamientos de la zona, en cuanto a desapariciones en el año 2000 se registraron 41 desaparecidos, cifra que aumentó en el 2001 con un número de 48 personas desaparecidas, en el 2002 se registro 44 desaparecidos pero la alegrÃa de esta disminución en las cifras tardo poco en desaparecer porque en el 2003 estos Ãndices se dispararon a 100 personas vÃctimas de los llamados desaparecimientos forzados, para agosto de 2004 dicha cifra ya iba en 79 y para finales de ese mismo año llegó a 160 desaparecidos, de los desplazamientos ni hablar, el panorama es mucho más desolador y preocupante, ya que se habla de miles de personas desplazadas, en el año 2000 hubo 7.500 personas que tuvieron que dejar sus hogares por la barbarie de la violencia, en el 2001 los desplazados fueron 14.700 personas, para el 2002 la cifra aumentó y el margen llegó a 17.300 personas, pero las cifra más aterradoras se estipulan para el 2003 y 2004 que superaron los 20 mil desplazamientos, 23.000 y 24.600 respectivamente, y eso que las cifras del año 2004 están tasadas a agosto porque los archivos de los meses restantes desaparecieron, entonces podemos promediar mas o menos a cuanto pudo haber ascendido dicho Ãndice. Las tasas de desplazamiento preocupan mucho a la comunidad porque el campo se ve triste y desolado, la pesca de rÃo ha desaparecido y la ciudad se ve superpoblada, sin empleo, ni salud, ni vivienda, ni educación para los que llegan.
Cabe señalar que el 90% de estas violaciones quedan en la impunidad por la inexistencia de una polÃtica social y jurÃdica, por parte de la Administración Municipal y de la Fuerza pública, que ponga fin a esta situación de violencia y desorden público.
Los habitantes de Buenaventura viven en continua incertidumbre y zozobra, porque sienten que las “autoridades†no les garantizan ni siquiera su derecho fundamental a la vida, ni les brindan una mÃnima protección que les permita disfrutar de los hermosos rÃos y paisajes que los rodean, los bonaverenses ya no pueden disfrutar de sus tradicionales paseos familiares por temor a ser victimas de esa violencia indiscriminada que ha inundado a la ciudad.
Asà las cosas, los habitantes de este olvidado municipio vallecaucano claman ayuda a sus autoridades municipales, departamentales y especialmente al Estado colombiano para que tomen medidas efectivas para que estos crÃmenes cesen, que se investiguen a los responsables, ya que la impunidad genera mas delincuencia, porque los delincuentes no sienten la rigidez de las leyes y sienten que pueden violarla porque no habrá castigo, y que se repare integralmente a la comunidad y a las miles de vÃctimas que ha dejado este conflicto.
Es importante que el Gobierno Nacional se ocupe de cumplir con sus funciones constitucionales en pro de la defensa y protección de las comunidades afrodescendientes, siendo el principal derecho de estas comunidades el de existir como pueblo, permanecer en sus territorios y transmitir su cultura de generación en generación y no es justamente la cultura de la violencia y la autodestrucción la que quieren transmitir a sus descendientes.
Buenaventura defiende el derecho a la vida, los actores del conflicto los han hecho parte de una guerra en la que no les interesa participar, los porteños solo quieren disfrutar de sus tierras, contribuir al turismo de este paÃs, crecer como puerto de puertos y permitirse en un futuro ser una de las puertas más importantes al comercio internacional que demanda la globalización, que su mar represente riqueza y la sonrisa de su gente paz, que los niños bailen currulao y se respiren aires de tranquilidad, que la cultura no muera y que lo malo quede atrás.
- Detalles
- Categoría: Columnistas
Con la participación de Varios delegados de las organizaciones sociales más representativas de las América se dio el lanzamiento del Foro Social Mundial a realizarse en Caracas Venezuela en el mes de Enero de 2006. Gustavo Codas, dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores CUT de Brasil, dijo que “el Foro Social Mundiales un espacio para la recuperación y confluencia de las experiencias de movilizaciones como la de Seattle contra el ALCA, el alzamiento en armas de los ZAPATISTAS, las movilizaciones más grandes de la humanidad en contra de la guerra y todas aquellas que resisten a la globalización destructiva a lo largo y ancho del continente y del mundo, siendo estas reacciones contrahegemónicas y de resistencia al imperialismo y el capitalismo neoliberalâ€.
Blanca Chancoso, delegada del Foro Social de las Américas, aseguró que “las luchas de los pueblos son una lucha por la dignidad y por la vida, por tal razón la gran necesidad de unir todos esos esfuerzos para construir otro mundo posible. Dando seguimiento al Foro Social Mundial se origina el Foro Social de las Américas como un espacio para encontrarnos todos los diversos que negamos el neoliberalismo y que luchamos para que el continente pueda tener vida en abundanciaâ€.
Blanca también dijo que en este momento es primordial mantener la resistencia al ALCA y los TLCs. Que es una alegrÃa tener a la cabeza el ejemplo de resistencia y lucha de Cuba y Venezuela. Y dijo: basta ya de guerra, queremos vida con paz y soberanÃa.
Jacobo Torres de la Federación Bolivariana de Trabajadores anunció que en el marco del Foro Social Mundial se realizará el Segundo Foro Social de las Américas, el Tercer Foro Panamazónico y distintos eventos sectoriales de indÃgenas, campesinos, mujeres y afros entre otros.